Acuerdo técnico cerrado entre Cataluña y Aragón para los Juegos de Invierno del 2030

La candidatura catalano-aragonesa para albergar los Juegos Olímpicos de Invierno del 2030 entra en una nueva fase. La Generalitat de Cataluña y el gobierno de Aragón han alcanzado un primer acuerdo para el proyecto técnico de la iniciativa, que está previsto que se presente el próximo lunes. Tras semanas de discusiones sobre la ubicación de las pruebas de hielo, la comisión técnica, formada por representantes del COE y ambos gobiernos, propone que las competiciones de hoquei se celebren en Barcelona; el curling, en Jaca; y las pruebas de velocidad y patinaje artístico, en Zaragoza. El resto de disciplinas estaban ya distribuidas: las pistas de La Molina y Masella acogerán el esquí alpino; Baqueira, el snowboard y el freestyle; y las instalaciones aragonesas, el esquí de fondo. Cataluña también acogerá el esquí de montaña, previsiblente en Boí Taüll. Falta decidir dónde se celebrarán las pruebas del tubo de hielo (luge, boblseigh y skeleton) y los saltos, cuyas instalaciones, las más caras, más complicadas de mantener y menos utilizables en un futuro, no se construirán en aras de un presupuesto sostenible. El COE estudia deslocalizarlas a Sarajevo (Bosnia), Francia o Italia. La Generalitat y el gobierno de Aragón negociarán este fin de semana los últimos detalles del acuerdo.

El acuerdo deja atrás meses de desconfianza entre los dos gobiernos autónomos y allana el camino de la candidatura a un año de que el Comité Olímpico Internacional (COI) decida la sede. Una voz autorizada del COE señala los “dos tsunamis” que han amenazado el proyecto pirenaico. El primero, los continuos desacuerdos de Cataluña y Aragón que ahora empiezan a diluirse: Lambán ha reivindicado siempre una candidatura “al 50%”, mientras que Aragonès ofrecía “colaboraciones”. El presidente aragonés llegó a amenazar en dos ocasiones en romper la candidatura, algo que finalmente parece que no ocurrirá. El presidente del COE, Alejandro Blanco, aseguró este viernes en un acto en Barcelona de la Fundación Campalans, del entorno del PSC, que “hemos vencido las dificultades y en el momento que demos el paso, la semana próxima, esta candidatura será imparable”. El próximo reto es concretar el nombre definitivo de la candidatura.

El segundo gran peligro, señalan desde el COE, es la permanente desconfianza entre Esquerra y Junts, socios en la Generalitat de Cataluña. Los dos partidos independentistas trabajan en un referéndum popular que respalde el proyecto, pero siguen sin ponerse de acuerdo en qué territorios podrán votar, ni qué pregunta plantearán. ERC aseguró que la pregunta sería “clara” en relación a los Juegos, mientras que Junts propone incluir el proyecto olímpico en una propuesta para el desarrollo del territorio. El COI ya ha transmitido su incomodidad en una consulta que pregunte exclusivamente por el apoyo a los Juegos porque teme que un resultado negativo dañe su imagen internacional. Algunas candidaturas ya quedaron por el camino en ciudades con tradición olímpica (Sion, en Suiza; Innsbruck, en Austria; Calgary, en Canadá) en los últimos años tras perder una votación y el comité internacional prefiere evitar ese riesgo. Los grupos contrarios a la cita olímpica denuncian el impacto medioambiental de los Juegos y su coste económico, que según los organizadores alcanzaría los 1.400 millones de euros. Las últimas ediciones costaron entre 2.000 y 4.000.

El propio vicepresidente del COI, Juan Antonio Samaranch Salisachs, ya aseguró en EL PAÍS que “en los referéndums se vota de todo excepto lo que se pregunta”. La ascendencia de Samaranch Jr., que suena como posible sucesor de Thomas Bach en la presidencia del COI, se presenta favorable para las posibilidades de la candidatura. Su hipotética presidencia le permitiría inaugurar unos Juegos en el 2030, como ya hizo su padre en Barcelona en 1992.

El proyecto nació en 2010 en Barcelona, pero hasta 2018 no tomó un impulso definitivo en Cataluña con el aval técnico del COI. La propuesta catalana cumplía los nuevos requisitos del comité internacional, mucho más mundanos que hace una o dos décadas. Nada de nuevas infraestructuras ni de construcciones para dos semanas. Las dificultades del COI para encontrar ciudades interesadas en albergar unos Juegos, ya fueran de verano o de invierno, obligó al organismo a replantearse el rumbo. “Queremos unos Juegos sostenibles y que ayuden a desarrollar un territorio, y no al revés”, insiste un alto cargo del comité. “Si alguien quiere construir una pista nueva solo para los Juegos ya no nos interesa”. Es por esto que el COI acepta celebrar las pruebas con grandes infraestructuras en instalaciones ya construidas de otros territorios.

El COI admite que la candidatura española está bien situada. El relato de unión a través del deporte gusta mucho en el comité. También la posibilidad de poner los Pirineos en el mapa internacional. Vancouver (Canadá) es actualmente el principal rival de Barcelona-Zaragoza-Pirineos (el nombre aún no es definitivo). Salt Lake City (Estados Unidos) ya anunció al COI que descartaba presentarse de cara al 2030 y Sapporo (Japón) está limitada por la reciente celebración de los Juegos de Tokyo 2020, marcados por la pandemia y por las discrepancias entre comité internacional y gobierno nipón. Ucrania, por su parte, es el único territorio que oficializó su interés para la cita de 2030, pero el actual conflicto bélico impide su avance.

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