Alerta cautelosa ante la covid

El indiscutible éxito de la campaña de vacunación coloca a España en una situación mucho más favorable que los países del este y centro de Europa, donde una nueva ola de contagios les ha obligado a imponer de nuevo amplias y en algunos casos severas restricciones. Con el 91% de la población mayor de 12 años inmunizada con la pauta completa, contamos con la gran ventaja de poder aprovechar mejor la principal herramienta que tenemos contra la pandemia, pero ello no debe llevarnos a un exceso de confianza, pues el virus sigue circulando y la situación puede empeorar con rapidez.

Aunque el número de enfermos hospitalizados y en unidades de críticos sigue siendo bajo, no debemos minimizar el repunte que se está produciendo, tanto en los contagios como en los ingresos hospitalarios. Sabemos por los datos recabados por este diario que el 60% de quienes precisan cuidados intensivos son personas no vacunadas. Una parte cada vez mayor de las nuevas infecciones afectan a personas ya vacunadas. Según datos recopilados en Cataluña y Madrid desde finales de junio, el porcentaje es del 20% y el 28%, respectivamente.

Todo indica que las vacunas siguen protegiendo en un 90% de sufrir una enfermedad grave en caso de infectarse, pero diversos estudios muestran que la protección frente al contagio es mucho menor y disminuye con el paso del tiempo hasta caer por debajo del 50% al cabo de unos meses. Eso significa que mientras no se administre una tercera dosis de refuerzo, la circulación del virus seguirá aumentando también entre las personas vacunadas. De ahí la importancia de seguir utilizando mascarillas y evitar situaciones de riesgo. La bolsa de población susceptible de infectarse y contraer una infección grave es aún elevada y no se limita a los casi cuatro millones de adultos que no se han vacunado. Aparte de los menores de 12 años, que ahora son un vector importante de transmisión y también pueden enfermar, aunque de forma leve en general, hay que contar un 10% de las personas vacunadas en las que la vacuna no surte efecto y un porcentaje considerable de población mayor o con patologías previas graves que, aun estando inmunizadas, tienen un alto riesgo de muerte si se infectan por covid.

Existe también la posibilidad de que el repunte de contagios coincida con la epidemia de la gripe y otras virosis respiratorias, que en condiciones normales ya suelen colapsar los hospitales. Hoy no lo están, por fortuna, pero la transmisión del virus tiene también efectos económicos y sociales al ralentizar la vida de contagiados y contactos estrechos. La evolución de la pandemia, por tanto, puede acabar obligando a aplicar restricciones adicionales, hoy quizá todavía prematuras, además de acelerar la administración de la tercera dosis a los colectivos de riesgo.

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