Así se decoran las casas más caras de España

Las viviendas más caras de España llevan la firma de arquitectos de gran prestigio. Pero también incorporan el sello de interioristas reconocidos en todo el mundo. Son ellos quienes ponen el lazo a estas viviendas, quienes las acaban convirtiendo en pequeñas obras de arte valoradas en varios millones de euros. Se trata de dos promociones de superlujo en Madrid: Centro Canalejas y Lagasca 99. Y dos en Barcelona: Francesc Macià 10, y Mandarin Oriental Residences.

Los interioristas de estas viviendas dibujan espacios donde todo encaja, donde cada pieza, textura y color cobra un nuevo sentido. Los artífices del diseño de interiores de estas promociones cuentan cómo se enfrentan a sus proyectos, cómo logran transmitir emociones con sus diseños. Unos diseños que no están al alcance de cualquier bolsillo, aunque “a veces con unos pocos detalles un proyecto puede llegar a tener mucha personalidad y transmitir”, dice Javier Lampreave, socio director del estudio español SML, encargado del interiorismo de Lagasca 99, cuyo arquitecto ha sido Rafael de La-Hoz.

Dormitorio de una de las viviendas de  Lagasca, 99, en Madrid. El interiorismo es del estudio SML.
Dormitorio de una de las viviendas de Lagasca, 99, en Madrid. El interiorismo es del estudio SML.

Lampreave cuenta que en este proyecto optaron por “materiales nobles y acabados de calidad que perduraran en el tiempo y tonos neutros que fueran fácilmente compatibles con cualquier decoración”. Aunque cada encargo es distinto, hay dos máximas para este estudio. Una es crear espacios atemporales y acogedores. “Huimos de interiores estridentes que pueden llegar a cansar. Buscamos espacios luminosos, de líneas limpias y estética recogida y tranquila”. La otra es el hilo conductor. “Diseñamos proyectos que tienen sentido, que cuentan historias, espacios que se relacionan entre sí”. Los trabajos de este estudio se reconocen por la conexión entre el interior y el exterior y por el uso de materiales nobles, la piedra, la madera y las fibras naturales.

¿Quién manda: cliente o artista? “Manda el cliente y sus gustos personales, pero siempre tratando de dejar nuestra impronta. En las ocasiones en las que la visión es completamente dispar, llegamos a resultados muy singulares”, añade.

La promoción de Francesc Macià 10, de la firma de capital riesgo Squircle Capital, es singular porque ofrece la posibilidad de elegir entre tres interioristas. Se trata de Marcio Kogan, que ejerce tanto de arquitecto como de diseñador de interiores; Vincent Van Duysen, uno de los arquitectos e interioristas estrella del momento, además de director creativo de Molteni & C y Dada, y Vincenzo de Cotiis, reconocido por sus diseños sostenibles y por la nueva tienda principal de Burberry en Londres.

Salón de una de las viviendas de Francesc Macià, 10, diseñado por Vincent Van Duysen. Tanto los sofás como la estantería son a medida.
Salón de una de las viviendas de Francesc Macià, 10, diseñado por Vincent Van Duysen. Tanto los sofás como la estantería son a medida.

El belga Vincent Van Duysen es uno de los maestros del diseño limpio y atemporal. Lo define como “un enfoque orgánico centrado en el ser humano”. Su objetivo es “poner al cliente en el centro de la ecuación para satisfacer sus necesidades, se sienta protegido, viva en espacios funcionales y lleve una vida cómoda y feliz”, señala Van Duysen por e-mail.

Así, la funcionalidad, la durabilidad y el confort son los componentes primordiales de su obra, un lenguaje arquitectónico que no es tímido a la hora de transmitir la estética, pero que tiende a evitar las modas y las tendencias. “En Francesc Macià nos hemos mantenido cerca de nuestro ADN, por lo que se encontrarán muchos elementos que remiten a mi obra, pero al mismo tiempo hemos diseñado el proyecto de forma muy coherente porque refleja el carácter del lugar, un edificio icónico diseñado por el arquitecto suizo Marc-Joseph Saugey y renovado por el arquitecto brasileño Marcio Kogan”.

El edificio tiene ventanas de cristal del suelo al techo en una fachada curva con grandes celosías de acero. “La curvatura de la construcción existente se integró en el diseño desde el principio con toques suaves, esquinas curvas, materiales, muebles sueltos…”, añade. Esta promoción, que alberga siete pisos de 600 metros cuadrados, está en comercialización a un precio de 16.500 euros por metro, aunque se han llegado a pagar 20.000 euros por el apartamento completamente decorado.

Cortinas y sábanas

Y es que, si el comprador quiere, puede solicitar la entrega de la vivienda con mobiliario, iluminación y decoración, hasta con cortinas y sábanas incluidas. “El coste del mobiliario asciende, como mínimo, a 600.000 euros en cada vivienda, porque muchas de las piezas se diseñan y fabrican a medida, y también debido al número de muebles requeridos para unas residencias de 600 metros cuadrados”, señalan en Squircle Capital.

Cuando hablamos de diseñadores estrella internacionales hablamos de un nivel de honorarios alto, aunque es un dato que no hacen público. Según fuentes del sector, los precios son muy heterogéneos, pero si el artista está de moda y es uno de los más buscados, pueden oscilar entre los 150.000 y 500.000 euros por vivienda.

Dormitorio de una de las viviendas de Mandarin Oriental Residences, en Barcelona, cuyo interiorismo es de Muza Lab.
Dormitorio de una de las viviendas de Mandarin Oriental Residences, en Barcelona, cuyo interiorismo es de Muza Lab.

Muza Lab es el estudio londinense encargado de los interiores de las residencias Mandarin Oriental (Barcelona). El grupo KKH ha iniciado la comercialización oficial de las viviendas con el precio medio más caro de España: 30.000 euros por metro cuadrado. Se trata de 30 apartamentos y cuatro áticos repartidos en 20 plantas en la torre que antes ocupaba el Deutsche Bank. Su rehabilitación ha sido llevada a cabo por el arquitecto Carlos Ferrater (estudio OAB).

“Lo más sorprendente de este proyecto son las extraordinarias vistas a Barcelona y por eso optamos por grandes ventanales, de modo que la luz mediterránea entra a raudales. Estas casas tenían que ser muy ligeras, muy frescas”, cuenta por correo electrónico Nathan Hutchins, uno de los fundadores, junto con Inge Moore, del estudio Muza Lab, que de momento centra sus encargos en viviendas de alta gama.

Cuando Hutchins se enfrenta a un proyecto busca un objetivo claro: hacer que la gente sonría. Para conseguirlo, el espacio “tiene que ser cómodo, acogedor y bonito, todo en uno. Si consigues que alguien sonría y sienta algo de verdad, tu diseño será inmediatamente memorable”, comenta. A la hora de vestir las casas apuestan por materiales que tengan una belleza natural y que, a la vez, sean duraderos. “Por ejemplo, el suelo de roble, cuando se peina suavemente, resalta la textura natural de las vetas de la madera”, añade.

En el estudio son conscientes de que su responsabilidad es hacerse cargo de la visión del cliente, aunque esto no siempre significa que sigan sus directrices. Hutchins explica que “se trata de descubrir qué emoción quiere captar el proyecto y cómo enfocamos nuestro diseño para conseguirlo. Hay un tira y afloja”. Insiste el interiorista en que un buen diseño no significa acabados caros, sino espacios bien planificados que tienen en cuenta a las personas que van a vivir allí y que consideran la relación con el entorno.

Los compradores de uno de los pisos de Mandarin Oriental pueden solicitar la entrega llave en mano, es decir, el piso totalmente decorado por Muza Lab, con todo incluido (tanto diseño como muebles, cortinas, mesas, camas…). El coste rondaría los 300.000 euros.

Salón de una de las viviendas de Centro Canalejas Madrid. El interiorismo es de Luis Bustamante.
Salón de una de las viviendas de Centro Canalejas Madrid. El interiorismo es de Luis Bustamante.

Centro Canalejas Madrid es una de las intervenciones de mayor calado de la capital. El complejo incluye un hotel de lujo operado por la cadena Four Seasons, una galería comercial y 22 viviendas de lujo. Es obra del arquitecto Carlos Lamela y el interiorismo de las viviendas corresponde a Luis Bustamante. Los 22 apartamentos ya han sido vendidos a un precio medio de 4,7 millones de euros. El ático se ha adjudicado por 11 millones. Para este encargo, Bustamante optó por colores cálidos y materiales neutros y naturales como el roble o la piedra. Su objetivo: “Que se adapte a los requerimientos de cualquier posible comprador”. Cuando se enfrenta a un proyecto de interiorismo, Bustamante busca un resultado atemporal y acogedor. “Debe tener armonía y por supuesto que haya un balance entre la funcionalidad y la estética”. Intenta que cada proyecto sea diferente, acorde a la persona que lo encarga, “pero inevitablemente tienen un sello”.

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