Binance renuncia a comprar FTX y deja a la plataforma de criptomonedas al borde del colapso

Logos de las plataformas Binance y FTX.
Logos de las plataformas Binance y FTX.DADO RUVIC (REUTERS)

La supervivencia de la plataforma de criptomonedas FTX pende de un hilo. En unas horas frenéticas, sus dueños y clientes han pasado del alivio por el rescate que habría supuesto su anunciada venta a Binance, a la decepción, la angustia y la incertidumbre por la renuncia final de dicha compañía a llevar a cabo la operación. La transacción conllevaba para Binance asumir numerosos riesgos por el estado de FTX, golpeada por la retirada de depósitos y cercada por los reguladores, que estudian si han incurrido en irregularidades en el manejo del dinero de sus usuarios. La alternativa, dejarla caer, tampoco va a ser indoloro para un sector del que Binance es uno de sus mayores exponentes: un colapso significaría nuevos damnificados que sumar a los de Luna, Celsius, Three Arrows Capital y otros fiascos de este 2022. Y una cuchillada más a la credibilidad y la reputación del universo cripto, exhausto por las pérdidas e incapaz de generar confianza.

El fundador y consejero delegado de Binance, Changpeng Zhao, lamentó no poder ser erigirse en el salvador que FTX busca desesperadamente. “Día triste. Lo intentamos, pero…”, se excusó en la red social Twitter. Su plataforma comunicó que tras revisar las finanzas de FTX y seguir las noticias sobre la investigación de la SEC a FTX por un presunto mal manejo de los fondos de sus clientes, llegaron a la conclusión de que no darían el paso. “Al principio, nuestra esperanza era poder ayudar a los clientes de FTX a proporcionar liquidez, pero los problemas están fuera de nuestro control o capacidad de ayudar”.

Las turbulencias de FTX pueden librar a Binance de uno de sus grandes competidores, pero eso, que en otros sectores podría ser una buena noticia al dejar en herencia a los supervivientes más cuota de mercado, no lo es tanto en este caso por el riesgo de que vaya acompañado de un efecto contagio a otras compañías, y porque ya está hundiendo la cotización del bitcoin y otras criptomonedas. Muchos clientes de FTX han vendido sus bitcoins para saltar del barco ante el temor a perderlo todo, y ese pánico puede retroalimentarse en una espiral mortífera difícil de parar si no aparece rápidamente un comprador sólido.

Según The Wall Street Journal, el jefe de FTX, Sam Bankman-Fried, dijo a los inversores que necesita fondos de emergencia para cubrir un agujero de 8.000 millones de dólares tras las solicitudes de retirada de dinero recibidas en los últimos días. Bankman-Fried, de 30 años, considerado hasta ahora uno de los talentos precoces de la industria que lo volvió multimillonario, había celebrado la decisión de Binance de comprar FTX, pero no ha reaccionado a su renuncia.

Binance, en cambio, aludió a algo parecido a la selección natural. “Creemos que con el tiempo quienes hacen un uso indebido de los fondos de los usuarios serán eliminados por el libre mercado. A medida que se desarrollen marcos regulatorios y la industria continúe evolucionando hacia una mayor descentralización, el ecosistema se fortalecerá”, dijo.

Un millón de usuarios

Por ahora, esa declaración son solo deseos. La sensación es sobre todo de debilidad y vulnerabilidad. Una fragilidad que se ha manifestado con miles de despidos para adelgazar unas plantillas hinchadas en tiempos de bonanza, y que las cotizaciones recogen: el bitcoin ha caído con fuerza en las últimas horas hasta situarse por debajo de los 16.000 dólares, niveles que no se veían desde finales de 2020. Y esa misma fue la tónica en el resto de criptomonedas y en otros actores: Coinbase, la única plataforma cotizada, rival de FTX y Binance, cayó un 9,5% en Bolsa, y su precio tocó mínimos históricos desde que saltara a Wall Street en abril de 2021.

FTX llegó a estar valorada en 32.000 millones de dólares en una ronda de financiación, y el año pasado, cuando todo iba viento en popa, pagó 135 millones de dólares para dar nombre a la cancha de los Miami Heat de la NBA durante 19 años —hoy FTX Arena—. Aprovechando el creciente interés por las criptomonedas ante el bum que vivieron en 2021, casi todo parecía posible: contrataron a la leyenda del fútbol americano Tom Brady y a la modelo Giselle Bündchen como embajadores de la compañía, y Bankman-Fried se convirtió en uno de los mayores donantes de la campaña electoral hacia la Casa Blanca del entonces candidato demócrata Joe Biden.

Hoy, el escenario ha cambiado radicalmente. Su posible colapso ha depreciado el token FTT de los 50 dólares que valía en marzo a poco más de dos dólares, y amenaza además con arrastrar a Alameda Research y al token Solana, vinculados ambos a FTX. Lo que más preocupa es su impacto en los pequeños inversores: según asegura en su web la firma, cuentan con alrededor de un millón de usuarios, con lo que de consumarse su caída, las víctimas que verían esfumarse parte o todos sus ahorros serían numerosas.

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