Bruselas advierte de la contención del gasto de los Presupuestos de España pese a los fondos europeos

La Comisión Europea aplaude el proyecto español de presupuestos para 2022. Le gusta que haya seguido sus consejos de “respaldar la recuperación recurriendo a la financiación de Fondo de Recuperación y Resiliencia” y que mantenga la inversión. También subraya que, siendo uno de los países que se incluyen en los que tienen una deuda alta, sea uno de los pocos que reduce su gasto recurrente. No obstante, la evaluación de los presupuestos de los países de la Unión Europea divulgada este miércoles también pone el foco en que las cuentas del Gobierno de Pedro Sánchez son “contractivas”, algo especialmente llamativo cuando España es el país que más lentamente está saliendo de la crisis y será el último en volver al nivel previo a la llegada del coronavirus. Solo otros dos socios (Eslovaquia y Malta) tienen también un presupuesto restrictivo.
Bruselas pide que los presupuestos del año que viene impulsen el gasto público para salir de la crisis. Aunque no lo hace forma homogénea para todos los Estados miembros. Para aquellos que llegaron a la crisis del coronavirus con unas cuentas públicas en mejor situación y no tienen una gran carga de deuda, les reclama que inviertan de sus propios recursos. En cambio, para los que llegaron con un pasivo alto (España, Italia, Bélgica, Portugal, Francia y Grecia) que se ha deteriorado más con la pandemia, pide que ese apoyo llegue, sobre todo, del Fondo de Recuperación y Resiliencia y no disminuyan su nivel de inversión. Aunque, al mismo tiempo, les pide un difícil equilibrio para que su situación fiscal no se deteriore.
“Dado el nivel de deuda pública de España […], junto con las medidas de apoyo presupuestario, es importante mantener una política fiscal prudente para asegurar unas cuentas públicas sostenibles en el medio plazo”. Esto último pasa, explican los informes de la Comisión, por una contención del gasto recurrente. Y ahí España habría hecho los deberes, según puede verse la ser uno de los tres países que lo reduce en 2022, junto con Eslovaquia y Malta. Fuentes de la Comisión explican que esta rebaja se debe a que varias medidas impulsadas en 2020 y 2021 precedentes para combatir el desplome económico provocado por la pandemia desaparecen o menguan. En el lado contrario que España, aparece Italia, que recibe una seria advertencia por incrementar su gasto en un 1,5 puntos del PIB.
Además de la retórica, en la que se pide que se mantenga o impulse la inversión, el cambio de paradigma, hasta ahora, entre la salida de esta crisis y la anterior y cómo Bruselas está actuando de una forma casi contraria se puede ver en los propios datos que ha divulgado este miércoles la Comisión. Si en la década pasada se apostaba por la austeridad desde la capital europea -y desde Berlín- ahora es la propia Unión quien ejerce sostén del gasto público. España es un ejemplo destacado en 2022: ha presupuestado una inversión de dos puntos de PIB que serán financiados casi íntegramente por el Fondo de Recuperación.
Pero la evaluación que hacen los técnicos del Ejecutivo comunitario tiene un aspecto contradictorio en el caso español. Destaca que mantenga la inversión recurriendo al maná europeo y subraya su prudencia fiscal. Sin embargo, resalta, en la primera frase de su análisis, que las cuentas públicas que estos días reciben el visto bueno en el Congreso de los Diputados “son contractivas”. Casi ningún otro país europeo tiene este resultado, solo Eslovaquia y ligeramente Malta. La mayoría, en cambio, han diseñado unas cuentas públicas expansivas, con Italia a la cabeza.
Ese resultado “contractivo” resulta muy llamativo, pues España es el país que tuvo una caída más profunda en 2020. Y, a diferencia de lo que ha ocurrido en crisis anterior, no está siendo de los más rápidos en salir. Al contrario, las previsiones que publicó hace un par de semana la Comisión Europea la señalaban como el que iba a recuperar más tarde el nivel de actividad perdido por el golpe del coronavirus.
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