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A Pocholo todo el mundo le saluda por la calle. “Ha hecho mucho por el pueblo”. “¡Fue una pena que se fuera!”, exclaman los vecinos a su paso. José Ignacio Delgado, de 57 años, fue alcalde de Caleruega, un municipio de 419 habitantes de Burgos, más de 15 años. Primero, por el partido regionalista Tierra Comunera. Después, desde 2016, por Ciudadanos. Pero dejó el Ayuntamiento poco después para ser procurador en las Cortes de Castilla y León en el grupo parlamentario de Cs.

Pocholo ha logrado lo imposible, y es colorear de naranja uno de los 2.248 municipios de Castilla y León en medio de la caída en picado del partido. Porque, en Caleruega, ni ganando Ciudadanos, ha ganado Ciudadanos. “Si no es por Pocholo, aquí Ciudadanos no saca ni dos votos. Se ha votado a su persona, como cuando se vota al alcalde”, subraya Jesús Manuel Cámara, de 65 años, dueño de una empresa de maquinaria agrícola de la zona.

Los caleroganos alaban que Pocholo, como se le conoce, haya “reformado” y “puesto en el mapa a su pueblo”, uno de los catalogados como “más bonitos” de España. Además, el municipio es el único de toda Castilla y León en el que ha ganado Cs en las elecciones autonómicas, en las que Pocholo volvió a presentarse como número uno por Burgos. “No votamos a Ciudadanos por el partido. Si [Pocholo] se hubiera presentado por otro, también hubiéramos votado a ese partido”, repiten los vecinos.

Esther Bravo, de 54 años, regenta el bar La Plaza, donde Pocholo apura el aperitivo. En las elecciones generales de noviembre de 2019, Ciudadanos sufrió una de las mayores debacles al pasar de 52 diputados a 10 en el Congreso. Bravo suele votar al PP en los comicios generales, pero en las elecciones del domingo se decantó por Cs. Ella es una de las 106 personas que apoyó a Ciudadanos el 13-F en Caleruega, donde el 50,7% votó al partido de Igea, el único municipio de toda la comunidad donde Ciudadanos fue la fuerza más votada. La razón de esta rara avis tiene nombre propio, y no es precisamente Igea, sino Pocholo. “Ya le gustaría a Sánchez o a Casado tenerlo en sus equipos. Hemos querido demostrarle que estábamos con él”, afirma Bravo.

“Ya le gustaría a Sánchez o a Casado tenerlo [a Pocholo] en sus equipos”

Esther Bravo

Funcionario de prisiones en los calabozos de plaza de Castilla, en Madrid, donde pasa algunos días cada semana, Pocholo se desplazaba desde Caleruega a Valladolid para ejercer como diputado regional, hasta que Alfonso Fernández Mañueco precipitó las elecciones. Los vecinos subrayan que, desde que se fue, sigue cogiendo “la azada si hace falta” para plantar árboles o hacer una zanja, y que “es el alcalde en la sombra”. Quienes pasean por las calles de la localidad, cuna de Domingo de Guzmán, fundador de la orden los dominicos, coinciden en que Pocholo sigue volcándose por el pueblo.

Durante su época como regidor, levantó un pabellón deportivo, arregló el pavimento, construyó varias piscinas y mejoró el entorno natural. Y cuando estuvo en el Parlamento autonómico, consiguió dos carreteras que conectan la localidad con pueblos vecinos. “Es más gratificante ser alcalde porque ves los resultados más cercanos. Como procurador, te pierdes entre tanta proposición de ley y mociones”, confiesa Pocholo.

Ciudadanos se ha desplomado en las elecciones de Castilla y León al pasar de 12 procuradores a uno, en medio de la crisis que encadena la formación de Arrimadas desde hace meses. En 2019, cuando Igea entró en el Gobierno, Cs ganó en 23 municipios. En las últimas, solo en Caleruega. En los comicios generales de noviembre de 2019, cuando Albert Rivera dimitió como presidente, ni la fuerza de Pocholo arrastró tantos votos: en ningún municipio de toda España venció Ciudadanos.

En Caleruega, los vecinos trabajan en la ganadería, en una residencia de ancianos o en el sector servicios. El turismo rural es uno de sus principales atractivos. Todas las casas del pueblo son de piedra, tiene un monasterio, un convento y está atravesado por el camino del Cid. María Jesús Peña, de 58 años, trabaja cuidando ancianos: “Mi familia y yo hemos votado a Ciudadanos porque conocemos a Pocholo y nos gusta cómo ha trabajado”.

Pocholo es un hombre afable, de intensos ojos azules y habla por los codos. Sobre todo comenta cada arreglo que ha hecho mientras camina por su pueblo. Entró en política por casualidad. Un amigo lo incluyó en las listas de Tierra Comunera y el gusanillo de la política le picó porque “quería darlo todo por los suyos”. “Como buen colchonero no me gusta ir con PP y PSOE, que siempre ganan”, bromea Pocholo, amante de la avicultura, frente a una reserva de buitres del municipio. Dejó Madrid hace unos años y volvió al pueblo que le vio nacer cuando salió elegido como alcalde. Y desde entonces la palabra “alcalde” la lleva escrita en la frente. “Me esperaba el mal resultado de Ciudadanos en las elecciones autonómicas. No hemos sabido transmitir a la gente la necesidad de Ciudadanos. Pero el sol sale todos los días. Y yo, no vivo de esto”, sentencia.

Ciudadanos ha evitado hacer autocrítica tras el nuevo golpe del domingo pasado. Miembros de la Ejecutiva como Edmundo Bal o Daniel Pérez repiten desde el lunes el mismo mantra que Igea defendió tras el escrutinio, que siguen en las Cortes y el PP no ha conseguido su propósito, hacerles “desaparecer”. La formación ha enviado incluso una circular a los militantes vanagloriándose de que permanecen en el Parlamento regional, aunque sea con un solo procurador.

Igea afirmó este jueves en rueda de prensa que el resultado “no es satisfactorio”, y anunció que puso su cargo a disposición de la Ejecutiva para que su partido decidiera cómo actuar tras la debacle electoral, y recalcó que Ciudadanos le pidió que siguiera en el puesto. El dirigente relativizó los pésimos resultados diciendo que se ha cumplido el objetivo de seguir en el Parlamento: “Salíamos con muy, muy malas perspectivas, lo normal era acabar fuera del Parlamento, pero nos hemos mantenido”. Además, cree que la “caída permanente” de Cs se ha cortado al haber conseguido esta exigua presencia en las Cortes, informa Juan Navarro.

Enlace de origen : Caleruega, la aldea gala de Ciudadanos