Debate electoral en Castilla y León, en directo | Igea y Tudanca salen al ataque frente a Mañueco

El ambiente es tenso en la campaña de Castilla y León. Algo se ha torcido para el PP y todos los análisis en la prensa apuntan a un posible fiasco en las urnas, pese a que Alfonso Fernández Mañueco adelantó los comicios para liberarse de ataduras puede terminar obligándole a cambiar un socio moderado (Ciudadanos) por otro radical (Vox). En ese contexto, los candidatos del PSOE, Luis Tudanca, y Cs, Francisco Igea, han aprovechado esta noche el último debate electoral en la televisión de Castilla y León para salir al ataque, acusando al hasta ahora presidente de haber convocado las elecciones “desde la deshonestidad y la mentira” (Igea) o bien “por motivos inconfesables, por los líos internos del partido, por la corrupción del PP” (Tudanca). Mañueco no ha contestado a eso ni a sus intenciones con respecto a Vox.

Mañueco ha abandonado en los primeros compases el tono nacional y ha bajado a la arena regional, en contra de lo que hizo en el primer debate. Pero sus contrincantes no le han dado tregua, para intentar asestarle un golpe que lastre su camino a las urnas. “Imagínense dónde estaban hace 35 años”, ha arrancado Tudanca: “Quienes se acuerden verán lo mucho que han cambiado las cosas en Castilla y León, lo único que no ha cambiado es el Gobierno del PP”, ha dicho Tudanca, en un argumento muy similar al que el PP utilizó en Andalucía para descabalgar al PSOE de la Junta. En esa línea, Igea ha asegurado que Mañueco ha puesto la región “al servicio del PP”.

El dirigente de Cs se ha presentado como garantía para que Castilla y León no acabe gobernada por PP y Vox, pero tampoco por un acuerdo entre socialistas y Podemos. Por ello en ningún momento ha dejado de lado a Tudanca, a quien siempre lanzaba un golpe mientras contestaba a Mañueco. Este ha reivindicado el trabajo de su Gobierno durante la pandemia, ha prometido no cerrar los ambulatorios médicos de pueblo (una afirmación recibida con escándalo por sus contrincantes: “¡Pero si ya lo ha hecho!”, han clamado ambos) y ha pedido blindar la sanidad pública para no dejarla al albur del debate político.

Mañueco sigue en cabeza en los sondeos, pero las cosas han cambiado mucho desde el primer debate de la semana pasada y ya no le sirve con empatar. El candidato del PP tiene que coger vuelo porque la tendencia de su partido es a la baja. Su objetivo es en lo que resta de campaña el tratar de convencer a los indecisos que dudan entre coger la papeleta del PP o de Vox, o bien la de Ciudadanos o abstenerse. No es una estrategia sencilla porque obliga a hacer guiños a izquierda y a derecha que pueden ser incompatibles entre sí y desconcertar al votante.

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En el PP esperaban esta vez unos adversarios más agresivos que en el primer debate, sobre todo en el caso de Tudanca. El socialista buscó un perfil presidenciable en el primero y por eso le faltó mordiente. El PP estaba convencido de que Igea iba a seguir la misma línea de ataque contra Mañueco. El candidato de Ciudadanos tuvo un buen desempeño en el primer duelo, incluso a pesar de tener que intervenir desde su casa, donde estaba confinado y en cuarentena por covid. Y los dos han jugado el papel que se esperaba frente al hasta ahora presidente regional.

Esta vez, Igea está cara a cara en el plató buscando el cuerpo a cuerpo con su exsocio. Lo interesante del choque entre Mañueco e Igea es que son dos políticos con mucha información el uno del otro, porque hasta hace poco más de dos meses eran presidente y vicepresidente de un mismo Gobierno.

Uno de los principales puntos de fricción es la previsible dependencia del PP de Vox. Mañueco insiste en defender un Gobierno en solitario, pero evita definir como una línea roja no gobernar con los ultras. “Quiero un Gobierno del PP en solitario”, expresó esta mañana en una entrevista horas antes del debate, en la que también dejó una puerta abierta al entendimiento con el partido de Santiago Abascal. “Yo puedo entenderme con todo el mundo”, sostuvo.

Esta noche ha vuelto a rechazar que vaya a pactar con Vox. “Yo quiero gobernar en solitario”, ha insistido, a despecho de las encuestas y de las sonrisas de los rivales en el debate cada vez que Mañueco rechazaba que fuese a pactar con Vox.

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