Ducati da la campanada y cierra el fichaje de Marc Márquez
Marc Márquez se subirá en 2025 a la moto más codiciada del paddock de MotoGP. Así lo ha confirmado el equipo oficial de Ducati, la fábrica que marca el paso en la categoría reina del motociclismo estos últimos años, que sella el fichaje del español para las próximas dos temporadas. La marca de Bolonia juntará al ocho veces campeón del mundo español con el tricampeón italiano Pecco Bagnaia, actual defensor de la corona y segundo clasificado en la tabla este 2024. El anuncio de este auténtico Dream Team, que genera tanta ilusión como inquietud en las filas del constructor de Borgo Panigale, desencadena ahora el resto de movimientos en un mercado de pilotos embarullado, que llevaba meses especulando sobre la complicada decisión de los italianos.
Después de deshojar la margarita con mucho suspense y decidirse, en primera instancia, por Jorge Martín, actual líder del campeonato, el órdago de Márquez en Mugello pilló por sorpresa e hizo recular de inmediato a los dirigentes de Ducati Corse. Gigi Dall’Igna, gurú de la fábrica y un auténtico enamorado de las virtudes del catalán, reconocía a EL PAÍS en Montmeló, hace dos semanas, que un desenlace ideal a este culebrón en los despachos era “imposible”. El CEO de la compañía, Claudio Domenicali, decía más de lo mismo desde el trazado italiano: “No meter la pata es casi imposible, pero lo estamos intentando”.
Intuían ambos que su plan A, vestir a Martín de rojo y a Márquez de púrpura Pramac con el total apoyo de la fábrica, era probablemente una quimera. El octocampeón, efectivamente, cuando se enteró de la hoja de ruta de la fábrica, se apresuró en desestimar esa posibilidad pública y rotundamente, amenazando con marcharse a otra marca. Enseguida, los gerifaltes de Ducati le retiraron la oferta apalabrada al madrileño, que hastiado decidió romper las negociaciones y acelerar su desembarco en Aprilia, un acuerdo anunciado este mismo lunes por sorpresa, apenas 30 minutos después de la firma del mismo, en una decisión que se tomó de la noche a la mañana.
Márquez, que tras abandonar Honda ha recuperado su mejor versión y vuelve a verse capaz de pelear por el título gracias a la Ducati GP23 que convirtió a Bagnaia en bicampeón de MotoGP el año pasado, tenía ofertas tanto de Aprilia como KTM encima de la mesa. Aunque eran escenarios “cómodos”, factibles, prefería dar continuidad a su adaptación fugaz a la moto de referencia en la parrilla. “No me apetece tener que adaptarme de nuevo a una moto, pero no lo descarto”, decía antes de celebrarse la cita de Mugello, donde terminó de amarrar su nuevo destino con un órdago de manual y otra actuación meritoria en su séptima carrera con la Desmosedici.
Tercero en la clasificación del Mundial, a 35 puntos del líder Martín y a 18 de su futuro compañero en el equipo de fábrica, Márquez ya no esconde que su objetivo es volver a proclamarse campeón del mundo. En Gresini, modesta estructura cliente de la fábrica, ha reencontrado la ilusión por las carreras y la mordiente para verse ganador tanto dentro como fuera de las pistas, y nadie descarta que pueda pelear con los actuales referentes de la marca. En Ducati tendrán que gestionar ahora el alboroto dentro del gallinero hasta que finalice la campaña, cuando todavía quedan 13 citas y 26 carreras puntuables.
Hace unos meses, nadie podía imaginar que Márquez terminaría de rojo al lado del actual defensor de la corona, pero el 93 ha superado las reticencias por su carácter y mala fama como compañero complicado, reivindicando su talento innegable sobre la pista a los motivos de marketing que justifican, también, su desembarco en el equipo de fábrica. Dall’Igna, que ya trabajó entre bambalinas para asegurar su presencia en la escuadra satélite dirigida por Nadia Padovani, quiere saber hasta dónde puede llegar Ducati de la mano de uno de los mejores pilotos de la historia del motociclismo.
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