El AVE llegará a Galicia para Nochebuena, pero más lento de lo previsto

El parsimonioso viaje del AVE desde Madrid a Galicia arrancó hace 20 años con solemnes inauguraciones de primeras traviesas y llegará dentro de un mes después de cinco plazos oficiales fallidos. Este martes se empezarán a vender los billetes y el próximo 21 de diciembre se pondrá en servicio la línea, aunque su velocidad tampoco será de momento la comprometida. Los trayectos desde Madrid a A Coruña, Santiago, Pontevedra y Vigo durarán al menos 20 minutos más de lo finalmente previsto porque no están listos todavía los trenes de ancho variable de la serie 106 de Talgo, conocidos como Avril, los únicos que permitirán reducir los tiempos al máximo. El Ministerio de Transportes prometió en octubre que en esta línea empezarán a operar “en verano”. Este lunes no ha dado ningún plazo.
La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, la sexta persona que ha pasado por el cargo desde que se iniciaron las obras, ha presidido este lunes “el primer viaje en pruebas” del tramo con el que se culmina la línea, un trayecto de 119 kilómetros entre Pedralba de la Pradería (Zamora) y la ciudad de Ourense que incluye una treintena de túneles y otros tantos viaductos. A la cita, que ha terminado con un acto en la estación de trenes ourensana en el que los discursos han insistido en calificar el AVE gallego de “hito histórico”, “paso de gigante” y “obra colosal”, se han apuntado los presidentes de Galicia y Castilla y León, consejeros autonómicos, la exministra de Fomento por el PP Ana Pastor, los presidentes de las Diputaciones de Ourense y Lugo y los alcaldes de sus capitales, aunque a la urbe lucense ni siquiera llega la alta velocidad.
A partir del 21 de diciembre, los viajes entre Madrid y la mayor parte de las ciudades gallegas (se quedan fuera de la línea Ferrol y Lugo) se reducirán un máximo de 1 hora y 28 minutos y un mínimo de 54 minutos, según el caso. Para ir desde la capital de España a Ourense se precisarán 2.15 horas; a Santiago, 3.20; a A Coruña, 3.51; a Pontevedra, 4 horas; y a Vigo, 4.16. Cuando el año que viene lleguen los trenes Avril, estos trayectos salvo el de Ourense se recortarán en 20 minutos, informa el ministerio, unas cifras que también incumplen el último objetivo que se marcó el Gobierno de Pedro Sánchez para 2021. Según aquel compromiso ahora en el aire, que Adif aún divulga en Youtube, el viaje a Vigo duraría solo 3 horas y 20 minutos.
Según ha anunciado este lunes la ministra, desde el 21 de diciembre, los servicios diarios por sentido se incrementarán de seis a diez en las conexiones entre la capital de España y A Coruña, Santiago y Ourense; de cuatro a ocho para ir a Vigo; y de cinco a siete para viajar a Pontevedra. El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, ha pedido al Gobierno en su discurso que los trenes Avril que superan los 300 kilómetros por hora empiecen a circular por la línea gallega de alta velocidad antes del próximo verano para atender la demanda de turistas del Xacobeo 2022.
Más inversiones en noroeste
Los presidentes de Galicia y Castilla y León, ambos del PP, han aprovechado el acto con la ministra socialista para reclamar “el mismo impulso” a las conexiones ferroviarias de mercancías en el noroeste de España que en la franja mediterránea. “Necesitamos que el Gobierno de España mire a todo el territorio de la misma manera”, ha afirmado el castellanoleonense Alfonso Fernández Mañueco. “El Corredor Atlántico, como el Mediterráneo, también responde a una estrategia de país”, ha respondido Raquel Sánchez. Feijóo le ha reclamado además inversiones para conectar Galicia con Lisboa por AVE.
La construcción de la línea de alta velocidad ha supuesto una inversión en Galicia de casi 4.400 millones y numerosas inauguraciones parciales. La primera traviesa se colocó en 2001 con un acto institucional presidido por José María Aznar, con Manuel Fraga de presidente de la Xunta y Francisco Álvarez Cascos portando la cartera de Fomento. Desde entonces se encadenaron durante años eventos oficiales de primeras traviesas y viajes inaugurales de cada tramo. El primer trayecto bautizado por las autoridades como de alta velocidad en Galicia fueron 10 kilómetros entre Santiago y Ordes y se abrió en 2003 con un discurso de Mariano Rajoy como vicepresidente del Gobierno. Aquel día el trayecto tampoco estaba completo: le faltaba un túnel.
Si se cumple el plazo de verano, Galicia tendrá el AVE comprometido justo 30 años después de que España pusiera en servicio su primera línea de alta velocidad entre Madrid y Sevilla. La multimillonaria inversión en trenes rápidos a la Meseta ha engullido el presupuesto para remodelar unos servicios ferroviarios interiores especialmente obsoletos, según no ha cesado de recalcar sindicatos, ecologistas y plataformas de usuarios. Para completar los 69 kilómetros de viaje entre A Coruña y Ferrol los convoyes tardan hora y veinte minutos en recorrer una vía única sin electrificar cuyo trazado está intacto desde el siglo XIX.
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