El Barcelona demuestra autoridad y se divierte contra el Chelsea en la ida de las semifinales de la Champions

Una vez más. Un partido más. Una semifinal, la tercera consecutiva, más. Barcelona y Chelsea, los dos gigantes dominadores en su liga local, volvieron a encontrarse en un Estadi Johan Cruyff pintado a medias por el sol y la sombra. El Barça estuvo lúcido, jugando como siempre, y concentrado como nunca. Pero, sobre todo, se divirtió, y fue en parte gracias a la actuación de Claudia Pina, que entró como revulsivo a revolucionarlo todo, a marcar dos goles junto a los de Irene Paredes y Ewa Pajor, y a sentenciar un partido histórico para las culés: por primera vez el Barcelona vence a las blues en casa (4-1). No importó el penalti fallado por Alexia Putellas; tampoco el gol de Sandy Baltimore. No se puede dudar de este Barça.

FCBFFC Barcelona Femenino

4


Cata Coll, Esmee Brugts (Fridolina Rolfö, min. 81), Irene Paredes, Mapi León (Ingrid Engen, min. 45), Ona Batlle, Aitana Bonmatí, Alexia Putellas, Patri Guijarro, Salma Paralluelo (Vicky López, min. 88), Caroline Graham Hansen (Clàudia Pina, min. 65) y Ewa Pajor

CHEChelsea Femenino

1


Hannah Hampton, Sandy Baltimore, Millie Bright, Lucy Bronze, Nathalie Björn (Naomi Girma, min. 80), Keira Walsh, Erin Cuthbert, Johanna Rytting Kaneryd, Agnes Beever-Jones (Guro Reiten, min. 61), Wieke Kaptein (Catarina Macário, min. 60) y Mayra Ramírez (Sjoeke Nüsken, min. 87)

Goles
1-0 min. 34: Ewa Pajor. 2-0 min. 69: Clàudia Pina. 2-1 min. 73: Sandy Baltimore. 3-1 min. 81: Irene Paredes. 4-1 min. 89: Clàudia Pina

Arbitro Katalin Kulcsár

Tarjetas amarillas
Mayra Ramírez (min. 40), Catarina Macário (min. 71), Clàudia Pina (min. 76)

A la memoria culé vinieron rápidamente la rivalidad entre ambos equipos desde hace años. Aquella final de Göteborg en la que el Barcelona levantó su primera Champions contra las blues; o aquellas semifinales de hace dos años que llevaron a las azulgranas a levantar la segunda en Eindhoven. Pero sobre todo la eliminatoria del año pasado, cuando el Barça tuvo que remontar en Stamford Bridge tras una dolorosa derrota en casa. Para no repetir la agonía del pasado año, y teniendo en cuenta los antecedentes e intensos duelos entre ambos, Pere Romeu colocó un once inicial con todas las estrellas. Entre ellas, Alexia Putellas, de vuelta como titular a unas semifinales de la Champions tres años después. Pero este Chelsea —con un banquillo extenso de primer nivel y engrosado a golpe de talonario— es más peligroso en transiciones, más ofensivo, con la fuerza y potencia de Mayra Ramírez aguantando una delantera sin Lauren James y Sam Kerr, lesionadas.

Sobre todo, hubo ritmo e intensidad. No faltó nada en un Johan Cruyff lleno que batió el récord de asistencia con 5.750 espectadores y 157 profesionales acreditados. Se notaban los nervios en aficionados y jugadoras. En el Barcelona, destacó la concentración. Antes del pitido inicial, Alexia abrazó una por una a las futbolistas. La 11, durante todo el partido, no dejó de dar órdenes a sus compañeras y de hablar con Pere Romeu. El Chelsea presionó muy arriba, pero el Barcelona no se dejó doblegar, y dominó en ataque con valentía. Tras un lanzamiento de córner que Irene Paredes remató, la colegiada pitó mano de Nathalie Björn. Minuto 11, como si el destino hubiese aparecido, penalti para el Barcelona. La lanzadora: Alexia Putellas, la capitana y símbolo del club. El público la animó, pero rápidamente pidió silencio. Uno, dos, tres, cuatro y hasta cinco pasos. Pero el disparo de Alexia se marchó demasiado centrado, demasiado fácil para Hampton.

Las blues, tras el error de las culés, cogieron confianza y se mostraron más cómodas moviendo el balón, intentándolo por la izquierda con Sandy Baltimore, que se retaba con Graham Hansen, y Mayra se peleaba con medio equipo culé que trataba de retenerla. Mientras el Chelsea subía, pero no remataba, el Barça no decaía. Alexia, con la pelota en los pies, borró rápidamente el mal recuerdo del penalti fallido: la capitana vio el espacio, puso un balón perfecto para la pichichi culé Ewa Pajor, que definió con el interior de la bota derecha, cruzó el área de Hampton y entró en la portería. Subió el gol al marcador, y también la energía del Barça.

No la de Mapi León. En la última jugada de córner de la primera parte, Alexia miró al banquillo y pidió el cambio de la aragonesa, sustituida por Ingrid Engen por precaución tras notar molestias en el cuádriceps de su pierna derecha. Todo el equipo hizo esfuerzos defensivos para defender su ventaja en el marcador. Aitana Bonmatí estaba en todas partes, Patri Guijarro subía y bajaba, al igual que Esmee Brugts, veloz por su banda y Salma Paralluelo desquiciaba a Lucy Bronze. Se echó en falta la presencia de Graham Hansen, que se marchó en la segunda parte para dar entrada a Claudia Pina, la máxima anotadora de la Champions esta temporada.

Y cuatro minutos después, la canterana lo volvió a hacer, volvió a marcar tras una jugada colectiva de ADN Barça y un centro de Ona Batlle. Se besó el escudo, sin ser consciente de lo que sucedería poco después. El Chelsea seguía con ambición, y Baltimore, totalmente sola en la frontal del área, aprovechó el despiste de las culés para marcar el primero y tratar de iniciar la remontada. Pero sus intenciones fueron rápidamente frustradas por un córner que Paredes remató de cabeza. Y entró.

El Barcelona se envalentonó aún más. El cuarto podía caer en cualquier momento. Desde que Pina entró en el campo, el Barça se divirtió, y la canterana quiso un gol más. Lo hizo: marcó el cuarto después de un pase de Alexia. Y el Barça, sonrió, se marchó al vestuario soñando con un destino cada vez más real, la final de Lisboa. Pero no pueden relajarse. Quedan otros 90 minutos por disputar en Stamford Bridge. Sí pueden, pero, ilusionarse.

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