El BCE advierte del riesgo de una corrección por la “exuberancia” en los mercados inmobiliario y financiero

La recuperación económica ha reducido los riesgos para la estabilidad financiera, pero el rebote que empezó con el desbordante optimismo que trajeron las vacunaciones contra el virus ha ido acompañado de una sobrevaloración de determinados activos con potencial para crear turbulencias en los meses venideros. Así lo apunta el Banco Central Europeo en un informe publicado este miércoles. “El riesgo de correcciones de precios ha aumentado en algunos mercados inmobiliarios y financieros”, advierte.

La entidad también reconoce que el atasco global en las cadenas de suministro y el repunte de los precios de la energía podrían mantener alta la inflación más tiempo del esperado, desgastando la recuperación. Y completa el memorial de peligros citando otras amenazas que pueden frenar la economía: las bajas tasas de vacunación en ciertas zonas del planeta, la fragilidad de las empresas más afectadas por los confinamientos, todavía débiles, sobre todo aquellas muy endeudadas, las crecientes vulnerabilidades de los países emergentes y las tensiones inmobiliarias en China de la mano de la sobreendeudada Evergrande, si bien puntualiza que la exposición global de la firma parece “relativamente pequeña”.

Los desplomes de los mercados financieros e inmobiliarios durante la pandemia han dado paso a una situación opuesta alentada por los estímulos públicos de los Gobiernos y la enorme inyección de liquidez de los bancos centrales. Con los depósitos ofreciendo rentabilidades exiguas por los bajos tipos de interés, el BCE estima que la búsqueda de rentabilidad está incentivando las inversiones de más riesgo y engordando el sector inmobiliario.

Los números apoyan esa tesis. Las Bolsas alemana y francesa están en máximos históricos. Las stablecoins, cuya evolución está ligada a monedas tradicionales como el dólar o a activos como el oro, menos volátiles que las criptomonedas, están aumentando la interconexión entre las divisas digitales y los mercados financieros convencionales, una ligazón que no gusta en Fráncfort. Y los precios de la vivienda en la zona euro subieron a su ritmo más rápido desde 2005 en el segundo trimestre de 2021 apoyados por el crédito barato, un avance que el banco opina que puede resultar especialmente desestabilizador en el caso de los países que ya contaban con un mercado sobrecalentado antes de la pandemia.

El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, cree que la euforia desmedida puede acabar en borrachera. “Los mercados de acciones y los activos de riesgo han mantenido su notable exuberancia, haciéndolos más susceptibles a las correcciones. Ha habido ejemplos de agentes del mercado que exploran inversiones más novedosas y exóticas [en referencia a las stablecoins]. En paralelo, el sector inmobiliario de la zona euro se ha expandido rápidamente, con pocos indicios de que los estándares crediticios se estén endureciendo como respuesta”, reprobó.

La entidad sostiene que esas altas valoraciones aumentan el riesgo de una corrección desordenada, lo cual, unido al elevado endeudamiento, está volviendo a las empresas más sensibles a una subida de tipos de interés que si bien no es inminente, llegará tarde o temprano. E insiste en que en ciertos casos se están asumiendo riesgos excesivos en busca de rentabilidad. “Los fondos de inversión, aseguradoras y fondos de pensiones continuaron aumentando su exposición a deuda corporativa con las calificaciones más bajas y podría enfrentar pérdidas crediticias sustanciales si las condiciones en el sector empresarial empeoran”, argumenta. En el caso de los criptoactivos, detecta que hay inversores que se están endeudando para adquirirlos y tratar de maximizar sus ganancias, lo cual puede dar lugar a “pérdidas abundantes y concentradas”.

Sin embargo, también hay luces. El banco admite que la temporada de resultados empresariales ha mostrado una fuerte recuperación de los beneficios en la primera parte del año, lo cual ha ayudado a contener las insolvencias. Y las pérdidas de los bancos se han mantenido bajas. Para este sector señala dos retos: la sobrecapacidad y la búsqueda de la eficiencia.

En cuanto a la inflación, situada en el 4,1% —máximos de 13 años en la zona euro— la institución con sede en Fráncfort achaca las subidas de precios a las interrupciones en la cadena de suministro y el bum de los precios del petróleo, el gas y la electricidad. Y reconoce que en muchas economías desarrolladas las tasas de inflación han superado las proyecciones en medio de problemas de escasez de ciertos productos y de mano de obra —la falta de camioneros es uno de los más urgentes—.

La situación puede deteriorarse aún más. “De cara al futuro, las interrupciones en la cadena de suministro podrían intensificarse si nuevos brotes del virus justifican nuevos bloqueos, especialmente en los mercados emergentes, donde las campañas de vacunación están menos avanzadas”, señala el informe, el segundo sobre estabilidad de este año tras el publicado en mayo. Ese atasco global puede hacer también crecer los precios, según el banco, si los cuellos de botella se vuelven persistentes y alimentan subidas salariales superiores a las previstas, o si la economía vuelve a plena capacidad antes de lo esperado. “Un escenario de inflación alta más persistente podría traducirse en un endurecimiento intempestivo de las condiciones financieras, influyendo en la recuperación económica”, alerta.

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