El cardenal Omella asegura que la Iglesia española investigará los casos de abusos pero rechaza crear una comisión independiente

El cardenal y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, en una imagen de archivo.
El cardenal y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, en una imagen de archivo.Ricardo Rubio (Europa Press)

La Conferencia Episcopal Española (CEE) asegura que está investigando los 251 casos de abusos que EL PAÍS entregó a su presidente, el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, que ha comparecido esta mañana ante los medios en Roma para dar cuenta de las reuniones ad limina mantenidas con el papa Francisco. Le acompañaban el cardenal Cañizares, arzobispo de Valencia; y Monseñor Planellas, arzobispo de Tarragona. Omella no ha precisado cómo se hará la investigación ni cuándo se presentarán los resultados. Tampoco ha explicado por qué un mes después de haber sido entregado el informe solo cinco de las 31 diócesis afectadas han intentado ponerse en contacto con las víctimas.“Hemos mandado a todas las diócesis y a los religiosos el informe que EL PAÍS nos entregó”, ha señalado.

Omella ha asegurado también que “todas las diócesis van respondiendo poquito a poco”. “Creo que hay más de cinco. Nos piden los datos porque en algunos no los hay. Si había una acusación a sacerdote, pues diga de quién se trata y nosotros investigamos. Eso hemos contestado a EL PAÍS. Siempre con el deseo de esclarecer y llevarlo todo a término como está mandado por los protocolos de la Santa Sede y los tribunales civiles. Está el deseo de hacerlo. Y punto”, ha indicado el presidente de la CEE.

Los obispos se han reunido esta mañana durante dos horas y media con Francisco. Una audiencia en la que se ha tocado el asunto de los abusos. La Conferencia Episcopal Española, después de un mes diciendo que es la Congregación para la Doctrina de la Fe quien debe investigar los casos, señala que comenzará a revisarlos. “A nivel de Conferencia Episcopal hay un servicio de ayuda a las diócesis pequeñas que no tienen personas que puedan ayudar en esto. Nos parece más humano y cercano que cada diócesis tenga su organismo y le ha parecido bien a la Santa Sede”, ha apuntado Omella, antes de añadir que espera que el supuesto esfuerzo de la Iglesia se vea en otros lugares. “Ojalá tantas otras instituciones hagan ese camino que en la iglesia hemos ido avanzando”. A su lado, en cambio, el cardenal Cañizares volvió a acusar a EL PAÍS de “falta de prudencia” y se revolvió contra las acusaciones.

El presidente de la CEE, además, rechaza que se vaya a crear en España una comisión independiente que investigue todos los casos de abusos cometidos en la Iglesia católica. Según Omella, las herramientas de las que dispone la Iglesia española son suficientes. “No hace falta multiplicar entes. En cada diócesis hay la parte de los tribunales y el servicio de atención a las víctimas. Y eso es independiente. Portugal, Alemania Francia hacen lo que creen conveniente. Y nosotros también, siempre de acuerdo a los protocolos de la Santa Sede. Y les ha parecido bien. Si hay alguna dificultad lo veremos sobre la marcha”, ha apuntado.

Los obispos se han reunido también estos días con el prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, el jesuita español Luis Ladaria, quien ha insistido en que son las diócesis las competentes para investigar los casos reportados por este periódico, ya que también recibieron la información. Hasta el momento, la Iglesia española aseguraba que debía ser dicho órgano vaticano quien investigase los casos. Preguntado acerca de por qué las víctimas tienen más confianza en la prensa que en la propia Iglesia para denunciar los casos, Omella ha respondido que “a veces no se ha comunicado bien la oficina que teníamos”. “El periódico ha puesto su correo y la gente lo ha aprovechado. Dicho esto, abrimos el camino para que las víctimas se acerquen a las oficinas de cada diócesis”.

EL PAÍS publicó el pasado 19 de diciembre la información con los 251 casos inéditos de abusos por parte del clero de la Iglesia católica española en los últimos 70 años. Los casos afectaban a 31 diócesis y 31 órdenes religiosas. Una documentación que había sido previamente entregada al Papa y al arzobispo de Barcelona y presidente de la CEE, Juan José Omella.

El dosier de 385 páginas entregado al Vaticano hace referencia a abusos que, sumados a los casos conocidos previamente, afectan ya al menos a más de 1.200 víctimas. El caso más antiguo del informe data de 1943, y el más reciente, de 2018. Todos son inéditos, salvo 13 ya publicados, que se han incluido porque han surgido nuevas denuncias contra esos clérigos. La Santa Sede, a través de un breve comunicado, mostró la “cercanía” y “atención” del Pontífice con todas las víctimas el mismo día que se publicó la información.

La respuesta de la CEE en su momento fue de un largo silencio, primero, y de un ataque a este periódico, después, achacando falta de rigor a la investigación y escudándose en el fallecimiento de muchos de los abusadores para no proceder a la investigación, como es su obligación. Ha pasado ya un mes de la entrega del informe al presidente de la CEE, Juan José Omella, y solo cinco de las 31 diócesis afectadas por estos casos se han dirigido a EL PAÍS para pedir ponerse en contacto con los denunciantes. La mayoría de las órdenes religiosas, por el contrario, han abierto ya investigaciones.

Una vez conocido el dosier de EL PAÍS, el papa Francisco y el arzobispo de Barcelona y presidente de la CEE, Juan José Omella, mantuvieron una conversación. El Vaticano, como acostumbra a hacer cuando las denuncias son tan numerosas y no pertenecen a una sola orden, diócesis o abusador concreto, supervisará a través de la Congregación para la Doctrina de la Fe todo el proceso que lleve a cabo la CEE. Roma esperará resultados, que según su propio código, deberían llegar en no más de tres meses.

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