El día después en el colegio de las víctimas de Almendralejo: “Hay un ambiente de disgusto y crispación. Se ve en los recreos y en clase”
Algo no va bien. Se nota en el ambiente. “Los comentarios entre los alumnos eran evidentes desde el primer momento”, cuenta un profesor de secundaria del colegio concertado Ruta de la Plata de Almendralejo a media mañana. En un aula de este centro educativo estaban sentadas algunas de las más de veinte menores, de entre 11 y 17 años, que han sido víctimas de una manipulación de su imagen creada por inteligencia artificial, en la que se las veía desnudas, elaborada y difundida por un grupo niños de este pueblo de poco más de 30.000 vecinos, donde se conocen casi todos. Si no coinciden en la plaza, se dan de bruces en el Mercadona, en el cine Carolina Coronado, en el centro o en el parque de Las Mercedes. En este colegio, según fuentes de la investigación, se da la casualidad de que conviven algunas de las víctimas junto a uno o varios de los presuntos autores de los montajes o de la difusión de los mismos. El caso continúa en investigación bajo un escrupuloso silencio. Todos son menores de edad. Una víctima, incluso, tiene 11 años. La mayor ha hecho 17 este curso.
Lo que se sabe hasta ahora es que un grupo de chavales del municipio ha capturado las fotos de los perfiles de Instagram y de WhatsApp de al menos 20 niñas del pueblo e incluso, según apunta la madre de una de las menores afectadas, hasta han fotografiado a otra durante un entrenamiento de voleibol en un pabellón municipal para, después, subir todas estas imágenes a la aplicación. Y así, a los pocos segundos, como por arte de magia, desnudarlas por completo. Como si fueran reales. Más tarde alguien ha creado un vídeo con imágenes de siete de ellas. También ha habido un caso de extorsión a una menor con una instantánea a través de un perfil falso de Instagram. Otra fuente del caso dice que los presuntos autores tenían dos grupos de WhatsApp; uno para los chavales, donde compartían estas imágenes, y otro donde se mezclaban niños y niñas del pueblo. En este último chat había 31 participantes. Aquí fue donde supuestamente apareció una de las primeras fotografías. Y el caso comenzó a correr como la pólvora por las pandillas de Almendralejo.
Aunque la mayoría de las niñas se enteraron la semana pasada con la vuelta al cole, otras voces apuntan a que quizá el primer conocimiento de este asunto se dio en verano. El caso, eso sí, ha puesto patas arriba a este pueblo pacense en las últimas 48 horas, cuando una madre, ginecóloga y con más de 130.000 seguidores en Instagram, contó el caso en su red social el pasado domingo. Su hija era una de las víctimas:
—Mamá, mira lo que ha pasado. Se lo han hecho a muchas niñas.
La menor, de 12 años, le enseñó la foto de ella misma desnuda. Hasta 27 madres de cuatro centros educativos diferentes se han organizado a través de un grupo de WhatsApp para coordinarse. Han presentado 11 denuncias en siete días. Cuatro, en las últimas 24 horas. “Pero creemos que hay muchas más”, dice una fuente policial de la investigación. Por las calles del centro de Almendralejo se ven continuamente cámaras de televisión. La rueda de prensa del alcalde y el delegado del Gobierno de Extremadura de este martes en el edificio donde nació el poeta José de Espronceda ha contado con más de diez medios.
Aquí, en el centro educativo Ruta de la Plata, dos profesores han accedido a hablar con tal de no decir su nombre. Uno de ellos ha dado una charla sobre los medios de comunicación a primera hora en un aula donde estaban sentados niños y niñas implicados en el caso. “Había un ambiente de crispación y de disgusto, de no saber. También se ha visto en los recreos, que es el sitio donde mejor se puede observar esto”.
El profesor les ha explicado en una clase sobre comunicación que la inteligencia artificial no se puede usar al tuntún, que siempre hay que hacer un buen uso de ella. Y al rato, narra, se ha producido un breve diálogo a viva voz entre él y los chavales:
—¿Nos sentimos manipulados por los mensajes?
—Sí.
—¿Hace falta poner algún ejemplo?
—No.
“Les he dicho”, continúa el tutor, “que esto de los montajes sucede igual con las ilustraciones; si a la inteligencia artificial le decimos que nos pinte un cuadro de una época determinada, nos lo hace en cuestión de segundos, pero esto no me lo pueden presentar como un trabajo. Hay que hacer siempre un buen uso de ella”. También les ha dicho que se salvarán de entrar en prisión por los pelos. Que si esto les llega a ocurrir en el curso siguiente, tendrían penas de cárcel. “El daño a la sociedad y a vuestras compañeras ya está hecho, pero esto no puede volver a ocurrir”. El tutor cree que quienes hayan sido son ya conscientes por la gravedad de los hechos: “No son chavales. Se merecen un escarmiento. ¿Con trabajos a la comunidad?, pues con trabajos a la comunidad. No son niños chicos”.
El centro cuenta con medidas disciplinarias, pero siempre y cuando este tipo de actos se produzcan en el interior del centro, y no ha sido así. El colegio también ofrece charlas de prevención en redes sociales con guardias civiles y policías durante el año. “Pero cada familia”, apunta uno de los tutores, “debe trabajar también en casa. Todas las partes de la sociedad deben caminar juntos. Esto no son cosas de niños”.
A solo siete minutos en coche de aquí, se sitúa el colegio público Santiago Apóstol, con más de 500 alumnos. “Por desgracia, raro es al año que no tenemos algún caso de violencia de género o de ciberchantaje con un trasfondo sexual de fondo en el colegio”, cuenta el jefe de estudios, Ricardo Hurtado, de 36 años. “Este es un caso impactante, pero llevamos notando un aumento y goteo constante con casos así en los últimos años”. Por ahora, no les consta que tengan alumnas que hayan sido víctimas de este caso. “Pero es probable”. Hurtado imparte una asignatura pionera en Extremadura y también de las primeras en España: Educación para la Igualdad de Género. Es una optativa de tercero de la ESO. El número de alumnos va en aumento desde 2016. Este curso ya son 51. “Todavía no hemos tenido clase esta semana, pero vamos a tratar este asunto. Muchas niñas y niñas no han denunciado por miedo porque esto repercute en sus círculos de amistad”. En todos los centros educativos de Almendralejo tienen prohibido el uso del móvil en clase, pero según cuentan los directores y jefes de estudio de cuatro de ellos, a muy pocos se les olvida en casa. O como dice uno de los profesores del centro Ruta de la Plata:
—Es el regalo estrella de las comuniones.
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