El Gobierno elimina los topes para los contratos temporales en la reforma laboral

El Gobierno ha movido ficha tras la propuesta de reforma laboral que la patronal CEOE presentó la semana pasada. Con la discusión centrada desde hace tiempo en la temporalidad, cuya reducción es uno de los motivos por los que se aborda la reforma, los empresarios apostaron la semana pasada por dejar el asunto prácticamente como está ahora. Y este martes, en una nueva propuesta dirigida a las partes, el Ejecutivo insiste de nuevo en acotar mucho más las causas que permiten firmar un contrato temporal, aunque con una regulación menos estricta que en anteriores borradores.
El cambio más evidente es que ya no se establecería un tope de trabajadores a los que las empresas, en función de su tamaño, pudieran emplear ocasionalmente. Y se refuerza la idea de que la eventualidad pueda usarse en campañas que supongan un pico de demanda para la compañía, aunque el planteamiento principal es que para este tipo de situaciones se use el contrato fijo-discontinuo.
Según la propuesta de reforma del artículo 15 del Estatuto de los Trabajadores (el que regula la duración de los contratos) que el Gobierno ha puesto este martes sobre la mesa, y a la que ha tenido acceso EL PAÍS, los contratos de duración determinada serán posibles “por circunstancias de la producción para atender campañas ocasionales y previsibles”. La condición para ello es que dichas campañas, aunque sean esperadas en el tiempo, sorprendan por su volumen “o tengan una duración reducida y delimitada”. Se mantiene, no obstante, el tope de 90 días al año en los que puede usarse un contrato eventual para atender este tipo de circunstancias.
El límite que desaparece, sin embargo, es el de cuántas personas puede contratar una empresa ante estas situaciones. En anteriores borradores el Gobierno proponía que las empresas más pequeñas, hasta cinco personas, solo pudieran contar con un eventual. Las de seis a 10 personas podían contar como máximo con dos trabajadores de este tipo; y así se iban poniendo topes sucesivamente hasta las más grandes (más de 500 empleados), que como máximo podían contar con 30 eventuales o un 4% de su plantilla. Todas estas referencias han sido suprimidas en la nueva propuesta, que sí incorpora la posibilidad de introducir planes de reducción de la temporalidad en el marco de la negociación colectiva.
Fijos-discontinuos
Junto con las causas productivas, lo que no cambia es el otro motivo por el que se podrá contratar a una persona por tiempo definido: la sustitución de un trabajador. En este asunto, que actualmente ya contempla cuatro supuestos legales —vacaciones, reducción de jornada, reserva de puesto y cobertura de vacantes— siempre ha habido bastante consenso entre Ejecutivo y agentes sociales. El Ejecutivo prevé además, según detalla el borrador, que la sustitución pueda iniciarse hasta una semana antes de que la persona que va a ser sustituida deje de trabajar. Esto tiene por objetivo que el trabajador que va a incorporarse se prepare mejor para el desempeño de las funciones que debe cubrir.
El Gobierno propone, además, algunos cambios en la regulación de los contratos fijos-discontinuos. Si anteriormente apoyaba un desarrollo normativo más específico sobre su funcionamiento, el nuevo borrador señala que será en los convenios colectivos o en acuerdos de empresa donde se fijará cómo deben las empresas llamar a este tipo de trabajadores para que se incorporen a sus puestos. Las compañías deberán cada año presentar a los representantes sindicales sus previsiones en ese sentido y comunicarles las altas que se vayan haciendo efectivas en la plantilla.
Si se incumple el orden establecido, el trabajador afectado podrá recurrir judicialmente. Por el contrario, si se llama a alguien y no se incorpora, la empresa podrá considerar extinguida la relación laboral. Este era otro de los puntos que la CEOE reclamaba en su propuesta de la semana pasada y el Gobierno la recoge aunque “siempre que no exista causa que la justifique [la incomparecencia del trabajador]”.
Para reforzar la empleabilidad de estos trabajadores, se contempla además que los convenios sectoriales establezcan bolsas de empleo. Y también que estas personas tengan un acceso “prioritario” al sistema de formación profesional durante los periodos en que permanecen inactivas. Con el nuevo planteamiento. el Ejecutivo intenta acercarse así a su objetivo de contar con todas las partes del diálogo social en la reforma laboral. Según señaló este lunes la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, el calendario comprometido con Bruselas se mantendrá y el Gobierno prevé tener listo el cambio legislativo antes del 31 de diciembre.
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