El Gobierno se lanza contra el congreso del PP y el liderazgo “averiado” de Feijóo

Tras dos semanas de incursión en la “teoría del caos”, a cuenta del apagón y las incidencias ferroviarias, la sesión del control al Gobierno retornó este miércoles con la melodía habitual del último año. Es decir, Begoña Gómez, Air Europa, un presidente convertido en el “capo de una organización criminal” -palabra de Miguel Tellado- o un diputado popular que pregunta a una ministra si duerme con tapones en los oídos “para no enterarse de las orgías con mujeres prostituidas” que el PP atribuye al exministro José Luis Ábalos.
El primer partido de la oposición se dio un festín a cuenta de la publicación de los antiguos mensajes privados entre Ábalos y Pedro Sánchez. Apelando a ellos, Alberto Núñez Feijóo redobló su gran estrategia opositora: reclamar por enésima vez la convocatoria de elecciones con el ya clásico estribillo del “váyase” dirigido al presidente. Nada que sorprendiese a nadie. Tampoco a Sánchez y al Gobierno, que traían preparado el contraataque. En este caso se trataba de cuestionar el liderazgo de Feijóo tras la convocatoria del congreso del PP para julio. Así, entre estacazo y estacazo de unos y otros -y ningún debate sustancial- se agotó el rifirrafe de la semana.
Feijóo se encomendó a dos conversaciones privadas aparecidas en la prensa. Una, del 8 de septiembre de 2020, publicada por El Mundo, en la que Sánchez y su entonces ministro de Transportes hablan de las compañías aéreas que han solicitado ser rescatadas tras parar su actividad por el confinamiento. “Es una operación que debemos meditar y ver cómo enfocarla”, dice el presidente. La otra conversación, interceptada por la UCO, se produjo cinco días antes y en ella el empresario Víctor de Aldama comenta a Koldo García, asesor de Ábalos, que el máximo responsable de Air Europa, Javier Hidalgo, se está “buscando la vida” con el Gobierno y “acaba de llamar a Begoña”. De todo eso Feijóo dedujo, con timbre de escándalo, que Sánchez se “implicó personalmente” en la operación por la que fue rescatada la compañía, al que igual que otras grandes aerolíneas europeas rescatadas por sus respectivos Gobiernos. Y que lo hizo “tras una llamada a su esposa”, de la que no existe constancia más allá de esa conversación entre terceros. El líder del PP se adornó de toda la solemnidad:
-Dé la cara ante los españoles, diga la verdad por una vez y actúe con la dignidad que merece nuestra nación.
Sánchez hizo lo de siempre: ignorar los emplazamientos de Feijóo y contraatacar con otra cosa. Tras acusar al líder del PP de “regodearse con el delito”, en referencia a la divulgación de mensajes privados, pasó él mismo a regodearse con la convocatoria del congreso popular. Una prueba, según el presidente, de que Feijóo es un “líder averiado” y que solo dedica a la “casquería”. “Pretende ganar por agotamiento y lo que va es a perder por aburrimiento”, percutió con su sonrisa más cáustica.
Feijóo siguió con los mensajes para reiterar la conclusión de que el presidente estaba “al tanto de todo” y que le “tiene miedo a Ábalos”. Como remate, las frases rituales: “Váyase, convoque elecciones. Nadie le echará de menos”. Sánchez no se apeó de su sonrisa y siguió cuestionando la talla de su rival: “Es usted la nada absoluta”.
Quien obvió los mensajes fue Santiago Abascal. El líder de Vox salió con un tema poco habitual en él: afear al Gobierno las compras de gas a Rusia. “Es de aurora boreal”, le replicó Sánchez tras recordar que quien se opone en la UE a castigar con más sanciones a Moscú es precisamente un estrecho aliado de Vox, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán. Aprovechando que Abascal pasaba por allí, Sánchez, en su vena sarcástica, volvió a regodearse en el futuro congreso popular: “Le felicito porque ha tenido una buena semana. El PP le ha comprado el pack completo: aborto, eutanasia…”
Si Sánchez pareció muy cómodo ante Abascal, tampoco es que se complicase mucho cuando le tocó a Gabriel Rufián. El portavoz de ERC lo instó a tomar medidas frente a la “ofensiva política, judicial, digital y mediática” contra él. “Un golpe de Estado blando”, llegó a decir entre murmullos de la bancada popular. El presidente no quiso meterse en líos. Más bien al contrario: expresó que la “amplísima mayoría” de los jueces españoles “hace su trabajo de forma imparcial”.
Los populares llevan tiempo cañoneando a discreción contra María Jesús Montero, no tanto por su condición de vicepresidenta primera como por su recién adquirido liderazgo del PSOE andaluz. Este miércoles la examinaron hasta cuatro diputados de Feijóo. Montero acabó en brazos del triunfalismo: “España va como un cañón”.
Para que no decayese el ambiente, llegó el turno de Tellado. Y con él, la prueba de que los oídos del Congreso están ya anestesiados. El portavoz del PP disparó con eso de que Sánchez es “el capo de una organización criminal”. Nadie se sobresaltó ni un poquito. Dicho esto -y tras extenderse en los mensajes publicados- Tellado se quejó de que el ministro de la Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, le respondía con “chascarrillos”. Incluso se puso irónico: “¡Vamos, chascarrillos!”.
El broche final lo firmó el popular Jaime de los Santos, que ya lleva meses descollando con hits como calificar al PSOE de “confederación de puteros”. De los Santos insistió con la supuesta fiesta de Ábalos con mujeres en el parador de Teruel. La interpelada era la ministra de Educación, Pilar Alegría, quien supuestamente durmió esa misma noche en el parador cuando era delegada del Gobierno en Aragón. De los Santos afiló su ingenio para calificar a Alegría de “feminista que debe de dormir con tapones”. Y, elevando el nivel de las preguntas, la inquirió así:
-¿Usa tapones solamente para no enterarse de las orgías con las mujeres prostituidas que traía el ínclito en un minibús o también para las reclamaciones de los españoles?
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