El INE rebaja el crecimiento del primer trimestre en una décima, hasta el 0,2%, y confirma el enfriamiento de la economía

La economía española apenas creció un 0,2% trimestral entre enero y marzo, una décima menos que el 0,3% que había estimado inicialmente el Instituto Nacional de Estadística (INE) en su avance publicado a finales de abril. Aunque solo sea por una décima, esta revisión a la baja del dato del primer trimestre supone un nuevo jarro de agua fría sobre unos datos económicos que encadenan sucesivas rebajas de previsiones desde que empezó la guerra de Ucrania.

En todo caso, se trata de una importante desaceleración de la actividad, comparado con el vigoroso 2% de crecimiento trimestral que se registró en el trimestre anterior, entre octubre y diciembre. El arranque de este año se vio muy perjudicado por la última ola de la variante ómicron del covid, los problemas de suministro, la huelga de transportistas y una inflación rampante agravada por la guerra de Ucrania que está erosionando el consumo: aunque en euros se pueda estar gastando más, en volúmenes reales se está comprando menos.

Y todo ello asfixió el consumo de las familias, que se hundió un 2% trimestral. Mucho menos que el desplome del 3,7% que había calculado el INE en el dato adelantado. Pero aun así, todavía representa una caída muy fuerte. El ahorro acumulado durante la pandemia sigue sin dar el impulso esperado al consumo. En cambio, el INE ha rebajado la demanda externa (del 3,1% al 2,3%) y el gasto final de las Administraciones públicas.

En tasa interanual, el Producto Interior Bruto crece un 6,3% en lugar del 6,4% que apuntó en su primera estimación el INE. Este ritmo de expansión es superior al 5,5% interanual del trimestre precedente. El motivo de que sea tan robusto se debe a que se compara con el primer trimestre del año pasado, cuando todavía abundaban las restricciones por la covid y el temporal Filomena torpedeó la actividad.

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