El paro del transporte entorpece la actividad de cada vez más empresas

El impacto económico del paro del transporte crece cada hora que pasa. El goteo de empresas que están anunciando que reducen o detienen su actividad no deja de aumentar debido a que no reciben los suministros necesarios para continuar con ella o bien no pueden enviar las mercancías a sus clientes, saturando los almacenes. Y golpea a sectores tan diversos como la automoción, la metalurgia o la alimentación, entre otros. La crisis llega en un momento especialmente inoportuno, en el que algunas de estas compañías también afrontan el encarecimiento de las materias primas, la electricidad y los combustibles, así como los cuellos de botella en el comercio global.

Entre las grandes empresas que han optado por cesar su actividad temporalmente está la siderúrgica ArcelorMittal. Según explica un portavoz, unos 900 trabajadores de sus plantas asturianas de Avilés y Gijón dedicarán los próximos días a realizar formaciones en seguridad, revisiones médicas y tomar días libres ante la imposibilidad de seguir haciendo su trabajo habitual. No les llegan los soportes de hojalata que utilizan para fabricar envases. Y en el caso de sus instalaciones dedicadas a producir alambrón (un producto de acero de bajo carbón utilizado para elementos en la construcción), ya estaba previsto un cierre entre los días 24 y 28 de este mes por el elevado precio de la energía. Pero la imposibilidad de dar salida a la producción por el paro del transporte ha provocado que la compañía estime más idóneo adelantarlo, y finalmente se llevará a cabo entre este lunes 21 de marzo y el viernes 25.

También en Asturias, Capsa, la dueña de Central Lechera Asturiana, está notando las consecuencias. Fuentes de la empresa señalan que los almacenes de productos que no necesitan refrigeración están al 96% de su capacidad, pese a que este fin de semana, gracias a un convoy escoltado con ayuda de la Delegación del Gobierno, pudo hacer entregas en la región. “Nuestros clientes nacionales siguen sin ser casi atendidos”, apuntan. Tampoco está operando con normalidad hoy el Grupo Calvo. La primera conservera de España y la segunda de Europa avisó de que paralizará toda su actividad en las factorías con sede en Carballo (A Coruña), en las que trabajan 650 empleados, por la falta de suministro de pescado. Ese problema se suma al encarecimiento del aceite de girasol debido a la invasión rusa en Ucrania.

En Navarra, Volkswagen ha detenido la producción de su planta en la comunidad foral este lunes debido a la falta de piezas, y no está garantizado que pueda trabajar el resto de la semana. En 2021, la instalación fabricó 221.122 vehículos, esto es, unos 60 al día, el 90% de los cuales se exportó, principalmente a Alemania, Italia y Francia. La Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas, por su parte, alerta de que algunas de las 1.300 gasolineras automáticas que hay en España están teniendo problemas para recibir combustible, sobre todo en Andalucía, Murcia y Comunidad Valenciana.

En esta última región, la huelga del transporte aún no ha provocado, por sí sola, un efecto de cierre de plantas o paros de producción o distribución. La planta de Ford en Almussafes ha parado este lunes la producción en operaciones de vehículos por la falta de suministros y componentes, pero no tanto por el paro, sino porque así lo está sufriendo la fábrica por la crisis de semiconductores tras la pandemia. Sin embargo, la ausencia de camioneros que saquen los motores ya fabricados de la planta sí está afectando a la industria, que ha convocado al comité de empresa para este mismo lunes para plantear otros posibles paros.

Respecto a los cítricos, las movilizaciones del transporte han restringido la llegada de fruta procedente de Andalucía y Murcia a la Comunidad Valenciana, desde donde se manipula y comercializa el 70% de la producción nacional, según el Comité de Gestión de Cítricos (CGC), la patronal nacional que aglutina a los principales operadores privados de naranjas, mandarinas y limones. Por ello se está reduciendo el suministro a los principales mercados mayoristas del país, como Mercamadrid, Mercabarna y, en menor medida, Mercavalencia. Sin embargo, los puertos no están registrando graves problemas y las terminales permanecen abiertas, mientras el tráfico con Baleares está garantizado, según fuentes del Puerto de Valencia.

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El paro del transporte es solo un factor más de preocupación para la industria cerámica valenciana, que está atravesando una de las peores crisis de los últimos años a causa del incremento del precio del gas, la electricidad y las materias primas. A la repercusión por el aumento de los precios se suma la amenaza de falta de arcillas blancas a causa de la guerra en Ucrania, país del que procede esta materia prima con la que, de momento, el sector cuenta con acopios. La patronal cerámica sí advierte de que los paros en el transporte “llegan en el peor momento y si no se resuelve la situación inmediatamente pueden llegar a forzar la parada de hornos por falta de suministros de ciertas materias primas, incluso provocando más ERTEs en el sector de los que ya se están registrando a causa del alza del precio del gas”.

Garamendi: “No podemos permitir que el país esté parado”

En total, las patronales del sector primario, industria, transporte y distribución calculan que las pérdidas alcanzan los 600 millones de euros, ponen en peligro más de 100.000 puestos de trabajo y están perjudicando especialmente a sectores igualmente afectados por el actual escenario inflacionista. “Solo en Almería las compañías hortofrutícolas están perdiendo en torno a diez millones al día. En Huelva cifran que cada camión de frambuesa contiene unos 100.000 euros en producto y los de fresa unos 50.000 y son muchos los que no están consiguiendo salir”, advierten en un comunicado conjunto.

En ese entorno de turbulencias, el presidente de la patronal de empresarios CEOE, Antonio Garamendi, ha defendido este lunes que la Policía debía haber intervenido antes para frenar los daños que está provocando el paro del transporte. “No podemos permitir que el país esté parado”, ha dicho en el transcurso de unas jornadas financieras en la Universidad de Deusto.

Garamendi ha criticado la falta de celeridad del Gobierno para ayudar a los sectores más tocados por la crisis energética, entre los que citó al campo, la pesca y el transporte. “Es cierto que muchos de los temas son por causas exógenas, pero que se pueden tomar medidas, también. Alguna de ellas se tenía que haber tomado antes, porque la situación es complicada y hay que arreglarla”, ha insistido. Esta tarde, la CEOE participará en la reunión de la vicepresidenta primera del Gobierno y las ministras de Hacienda y de Transportes con el Comité Nacional de Transporte por Carretera, el órgano representativo del sector que agrupa a la mayor parte de ellas, pero no a la plataforma que ha convocado las protestas. El sector exige subvenciones y ayudas directas a los transportistas como las aprobadas en Francia.

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