El periodista polaco Adam Michnik, premio Princesa de Asturias de Humanidades
El periodista polaco Adam Michnik (Varsovia, 1946), histórico director de la Gazeta Wyborcza e intelectual de referencia en la transición hacia la democracia del país centroeuropeo, ha sido galardonado con el premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades. Antiguo disidente y siempre comprometido con la libertad, fue miembro del Sindicato Solidaridad de Lech Walesa, y pagó su militancia con varias estancias en la cárcel, antes de dirigir el que fue diario progresista de referencia en Polonia, fundado tras la caída de la dictadura comunista en 1989. Amante de España, donde conoció a los actores fundamentales de la Transición, se ha mostrado siempre a favor de la reconciliación en estos procesos.
La llegada de la democracia no neutralizó su compromiso, y en los últimos años ha sido muy crítico con las derivas autoritarias que golpean a Europa del Este, así como con la creciente influencia que la Rusia de Putin ejerce sobre el territorio. “No se puede comparar lo que sucede ahora con la dictadura comunista, pero Putin tampoco es Stalin. Es un fenómeno nuevo que todavía no tiene nombre. De la misma forma que, cuando surgió el fascismo, tampoco tenía nombre”, reflexionaba en una entrevista en EL PAÍS en 2016, año en que recibió el premio Ortega y Gasset de periodismo por su trayectoria profesional. Tanto por su carrera periodística como por su defensa de los derechos humanos, ha recibido otros numerosos reconocimientos internacionales, como la Legión de Honor en Francia y el Premio de Periodismo Francisco Cerecedo.
Articulista de EL PAÍS, en una tribuna de febrero del año pasado, denunciaba de nuevo los reflejos autoritarios en Polonia, donde el Gobierno, aseguraba, intentaba estrangular a la prensa “con las tácticas de Putin y Orbán”. “Treinta años después de la caída del muro de Berlín, la abolición de la censura y el colapso de la URSS, la sociedad civil polaca vuelve a defender la democracia que tanto le costó conseguir frente a un Estado decidido a quitársela”, advertía.
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