El PP cree que juzgar los crímenes de la dictadura “dinamita los acuerdos de la Transición”

El vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Montesinos (izquierda), conversa con el líder del PP, Pablo Casado, en una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, a 10 de noviembre de 2021, en Madrid, (España)
Eduardo Parra - Europa Press
El vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Montesinos (izquierda), conversa con el líder del PP, Pablo Casado, en una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, a 10 de noviembre de 2021, en Madrid, (España)
Eduardo Parra – Europa Press
Eduardo Parra – Europa Press (Europa Press)

“El comodín de Franco”. El vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Montesinos, considera tacticismo político la iniciativa del Gobierno de coalición progresista para intentar sortear la Ley de Amnistía de 1977 y abrir un resquicio para que puedan investigarse y juzgarse los crímenes del franquismo. A juicio del portavoz del PP, “con la que está cayendo en España”, por la inflación, la subida de la luz o la crisis del gas, carece de sentido abordar este asunto, que al principal partido de oposición le parece que no es ni mucho menos prioritario y defiende que “divide” a los españoles. Los conservadores se oponen frontalmente a juzgar los crímenes de la dictadura porque entienden que “dinamita los acuerdos de la Transición”, ha manifestado Montesinos en TVE.

“No vamos a contribuir a dinamitar los grandes consensos”, ha expresado el vicesecretario de Comunicación popular, dejando claro el rechazo del PP a esta iniciativa del Gobierno y sus socios parlamentarios. “Es el comodín de Franco. Cuando hay muchos problemas en España sacan el comodín de Franco. Los socios radicales de Sánchez hablando del pasado”, sostiene Montesinos.

La fórmula que han encontrado el PSOE y Unidas Podemos no toca, ni anula, ni deroga la ley de Amnistía de 1977, como exigía ERC, pero sí establece, a través de una enmienda a la ley de Memoria Democrática registrada este miércoles, un posible resquicio para sortearla y que los tribunales la interpreten de una manera diferente a la que han consolidado hasta ahora. Los efectos prácticos de esta modificación, sin embargo, serán muy limitados, según reconocen sus promotores, porque la inmensa mayoría de los autores de los crímenes franquistas ya han muerto. Pero al menos se busca un resarcimiento moral y simbólico. Y otras enmiendas pactadas proponen facilitar compensaciones económicas a las víctimas.

El PP de Pablo Casado se opone a esta iniciativa y además quiere derogar las leyes de memoria democrática. El líder popular pretende aprobar, en su lugar, una “ley de concordia” cuyo contenido se resiste a revelar. Según el PP, su ley defendería el derecho de las personas a recuperar los restos de sus seres queridos que yacen en fosas comunes, pero no “hurgaría en las heridas”. “Nuestra posición es una ley en positivo para unir, también teniendo en cuenta las víctimas, que tienen que recuperar a sus seres queridos, por supuesto”, ha defendido Montesinos este jueves en televisión.

En la misma línea, aunque en un tono más beligerante, se ha pronunciado la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, también en contra de la iniciativa gubernamental. Una vez más se demuestra que la disputa entre Casado y Ayuso no es ideológica, sino de poder. “Ustedes, si pudieran impondrían ahora mismo la República por decreto”, ha reprochado Ayuso a la izquierda en la Asamblea de Madrid. “Lo harían dando la espalda las instituciones, como lo están haciendo con la Monarquía, con la unidad de España y como lo están haciendo con la memoria de la Transición. De esta no les va a salvar ni Franco, ni llevarlo en un helicóptero ni hablar de la Guerra Civil, que es el último recurso que les queda”.

La derecha española quiere derribar las leyes de memoria vigentes, un compromiso que ha asumido públicamente Casado. En el mitin de clausura de la convención nacional del PP del pasado octubre, el líder del PP avisó que aprobará una ley de concordia “que dejará sin efecto las leyes de memoria histórica”, y criticó al Gobierno por “desenterrar los rencores”, aunque no se opuso a la apertura de fosas y dijo que ayudará “de verdad a las familias a encontrar los restos de sus seres queridos”.

Casado sigue la estela de su mentor, el expresidente José María Aznar, que en la convención del PP le instó a que, si llega al poder, derogue “inmediatamente” la ley de memoria democrática, porque “activa los mecanismos del odio”, según cree Aznar. “La legitimidad de origen de las elecciones democráticas del 77 y con el rey Juan Carlos está hoy en cuestión por la ley de memoria democrática”, subrayó Aznar ante Casado en un acto conjunto en Sevilla. “Todas esas cosas tienen que ser inmediatamente suprimidas y derogadas. Es una incitación completa al enfrentamiento y al revisionismo absurdo de la historia, no tiene sentido”, se quejó. El PP no derogó la Ley de memoria histórica aprobada en 2006 por el Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero en las dos legislaturas de Gobierno de Mariano Rajoy (2011-2018), pero Casado asegura que lo hará si llega a La Moncloa, aunque para elaborar una nueva norma “en positivo”, de la que no se conocen los detalles.

Mientras el Gobierno de Pedro Sánchez avanza en iniciativas de corte progresista, el PP sufre para lograr el foco por su labor de oposición, por sus problemas internos. El partido ha sumado a la guerra con Díaz Ayuso por el control del PP de Madrid la publicación del libro de Cayetana Álvarez de Toledo, en el que la exportavoz lanza duras invectivas contra el secretario general, Teodoro García Egea. Este jueves, la dirección ha invitado a la diputada a marcharse del partido y dejar su escaño. “Yo estoy en la vida política por Casado. Si considero que no estoy ilusionado, seguramente daría las gracias por haberme permitido estar en este lugar, pero luego daría un paso atrás”, ha afirmado Montesinos, preguntado por las críticas de Álvarez de Toledo al PP. “Yo creo que si no estás contento con el devenir de tu formación… Si yo perdiera la ilusión o las ganas o no me sintiera contento, actuaría de la forma que le he dicho anteriormente”, ha abundado el vicesecretario de Comunicación del PP. Álvarez de Toledo asegura, no obstante, que no se marchará, como ha dejado por escrito en su libro.

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