España pierde la final del Eurobasket en el último suspiro ante Bélgica (65-67)

Unas mujeres de oro ganaron una medalla de plata que sin embargo supo muy amarga. La selección femenina de baloncesto perdió en el último suspiro la final del Eurobasket ante Bélgica por 65-67 cuando tenía la gloria en la palma de la mano. España disfrutaba del balón con un punto de ventaja y 17 segundos por jugarse, pero una pérdida entre Mariona Ortiz y Alba Torrens concedió al conjunto belga una remontada impensable porque llegó a perder por 12: el parcial, demoledor, fue de 0-14 en los tres minutos finales. La desolación fue total en España porque cundió la sensación de que habían dejado escapar el oro en lugar de conquistar una plata de mucho valor.
Es la 15ª medalla para la selección femenina en 25 grandes citas en este siglo, una época imborrable porque antes solo había subido una vez al podio, en el oro europeo inaugural de 1993. En el pabellón de La Paz y la Amistad de El Pireo el baloncesto propinó una cruda lección a un equipo en construcción, inmerso en un acelerado relevo generacional que no hacía pensar en otra cosa que madurar y crecer con la vista puesta en los Juegos de Los Ángeles 2028. Pero España no sabe jugar si no es para ganar y así acabó por tutear a su bestia negra, la Bélgica que ganó la final del Eurobasket de 2023 y la eliminó en los cuartos de los Juegos de París. A punto estuvo esta vez de caer y solo los nervios de unos minutos finales mal jugados por España ante la presión belga dejaron a la selección sin el premio mayor.
La guerra empezaba por dentro. Awa Fam y Raquel Carrera juntas de inicio. Méndez alistó a sus dos mejores bazas interiores para lanzarse a la guerra bajo el aro contra Meesseman y Linskens. Fue sin embargo la eterna Alba Torrens quien abrió la lata a media distancia. La selección cerraba bien su defensa y obligaba a las jugadoras belgas a tiros forzados y fallos en los triples. Meesseman anotó la primera canasta de su equipo en una contra casi a los tres minutos. La estrella belga empezó a carburar para anotar y para generar juego. Fam respondió desde el perímetro en una demostración de su potencial en cada esquina. Quién diría que solo tiene 19 años y se estrenaba en una gran cita. Pueyo y Delaere intercambiaron aciertos desde el perímetro y apareció Raquel Carrera para hacer de todo. El primer cuarto era un toma y daca sin freno por la capacidad de los dos equipos para atacar de maneras diversas y defender con el cuchillo entre los dientes (19-18).
Bélgica es una con su quinteto titular y otra cuando entra la segunda línea. La diferencia es evidente, mucho más que en una selección española que mantiene altas las revoluciones aunque intercambie las piezas. Su juego es más coral, más de orquesta que de solistas. Ningún equipo corría a gusto ante el buen repliegue de los dos sistemas defensivos. Paula Ginzo sumó para España luciendo juego de pies para anotar en un revés y afilando la muñeca desde el arco exterior. Bélgica seguía nublada cuando se alejaba del aro (3 de 15 hasta el intermedio), huérfana de una de sus mejores armas y también de la conexión Meesseman-Linskens. El ataque fluía mucho más en el grupo de Méndez, solidario y paciente para encontrar la mejor vía hacia la red: Ginzo en el poste bajo, Andrea Vilaró abierta para el triple, Raquel Carrera a la contra para un dos más uno o Alba Torrens cuando tocaba jugarse la última posesión antes del descanso, una pausa que España alcanzó rebosante de confianza (37-31).
Que el oro pasaba por la defensa lo sabía cualquiera en el pabellón de la Paz y la Amistad de El Pireo. Algún despiste de la selección permitió a Bélgica enlazar un par de carreras, sumar canastas fáciles y acercarse en el marcador. Mariona Ortiz salvó con una penetración un ataque agónico porque el conjunto belga asfixiaba entonces en los marcajes y la imponente Meesseman engordaba poco a poco su hoja de servicios en la creación y en la destrucción. Contener a la pívot cuando enfila el aro con su corpachón es una tarea titánica. Un triple de Vanloo volteó el resultado en unos instantes de desconcierto de España (42-45). Pero este grupo siempre vuelve, como en cuartos frente a la República Checa, como en semifinales frente a Francia. Bajar los brazos no está en su vocabulario. Una defensa mosquetera y la energía de Aina Ayuso y de Elena Buenavida aún devolvieron el mando al grupo español antes de la última pausa (52-49).
España había cedido la final del Eurobasket de 2023 ante el mismo rival cuando acariciaba un oro impensable. Aquel recuerdo curtió el carácter competitivo del equipo pese a que en esta cita se presentó con muchos cambios. La derrota no se olvidaba y esta vez el conjunto español partió en el último cuarto con la convicción de que cada canasta rival debía exigir una proeza. Un triple de Ayuso y una contra de Pueyo tras un robo concedieron otro pequeño respiro y la diferencia se agrandó a los 12 puntos (63-51). Todo parecía encaminado para el oro español, pero la crudeza de la competición provocó que a la selección se le vieran entonces los dientes de leche. Bélgica cargó con toda su artillería y a España le temblaron las manos. Un 0-14 fue un castigo mayúsculo.
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