España y Portugal remiten a Bruselas el detalle de su plan para rebajar la luz

La Comisión Europea ya tiene en su haber los detalles de la propuesta hispano-lusa para limitar el precio del gas y rebajar así la factura de la luz. El Ejecutivo comunitario ha confirmado la recepción del papel en el que los Gobiernos de Pedro Sánchez y António Costa desglosan los flecos técnicos que quedaban por cerrar para recibir el visto bueno definitivo del Ejecutivo comunitario para su puesta en marcha definitiva. Bruselas estudiará la propuesta por la vía de “urgencia”. La vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, contaba con haber sometido la semana pasada el pacto —que ya tiene el visto bueno político— a consideración del Consejo de Ministros, pero el retraso en la negociación con Portugal provocó un retraso respecto al calendario inicial.
“La Comisión ha recibido ahora información de las autoridades españolas y portuguesas, que evaluará lo antes posible. Sobre la base de la información proporcionada por España y Portugal, los contactos continuarán a nivel técnico”, ha declarado este viernes una portavoz del departamento comunitario de Competencia. El Ejecutivo de Ursula von der Leyen “mantiene su compromiso de evaluar con urgencia si las medidas temporales de emergencia en el mercado de la electricidad propuestas por España y Portugal se ajustan tanto a las normas sobre ayudas estatales de la UE como a la ley del mercado interior de la energía, en el marco del acuerdo político en principio alcanzado en el pasado semanas”, ha agregado.
España y Portugal recibieron a finales de marzo la luz verde del resto de socios europeos a su propuesta de poner en marcha medidas específicas de intervención del mercado eléctrico. Lo hicieron alegando tanto su condición de isla energética, dadas las escasísimas interconexiones con el resto del continente, vía Francia; como la elevada penetración de las renovables, con una de las tasas más altas de la Unión. Este último factor es fundamental, ya que provoca que la brecha entre el coste medio de generación y el coste marginal (el que fija la tecnología más cara en cada franja horaria) sea particularmente alto.
El plan español pasa por limitar —primero a 40 euros por megavatio hora (MWh), después a 50— el precio del gas natural y el carbón que nutren las centrales de generación eléctrica. Con ese tope, cuyo coste será asumido por los propios consumidores en un complejo sistema que les permitirá salir claramente beneficiados en términos netos, el coste de la luz en el mercado mayorista debería bajar hasta el entorno de los 130 o 140 euros por MWh, frente a los más de 200 actuales. Esta sustancial rebaja tendrá incidencia sobre los clientes que cuenten con un contrato regulado (aproximadamente el 40% del total) no así para aquellos que tienen una tarifa del mercado libre, que probablemente se vean penalizados.
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