Feijóo deja manos libres a Mañueco para que decida si mete a Vox en el Gobierno

El popular Alfonso Fernández Mañueco (derecha) y Juan García-Gallardo (candidato de Vox), mantienen la primera reunión formal sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo de gobernabilidad en Castilla y León el pasado 23 de febrero en Valladolid.
El popular Alfonso Fernández Mañueco (derecha) y Juan García-Gallardo (candidato de Vox), mantienen la primera reunión formal sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo de gobernabilidad en Castilla y León el pasado 23 de febrero en Valladolid.NACHO GALLEGO (EFE)

La dirección provisonal del PP ha emprendido un giro en la relación con Vox. Por un lado, la cúpula provisional que pilota el partido hasta el XX congreso extraordinario ha definido a Vox como “extrema derecha” y ha marcado distancias con varios de sus planteamientos políticos. Pero, por otro, a la vez que marca distancias levanta el veto a gobernar con la extrema derecha, y deja manos libres a Alfonso Fernández Mañueco para que decida gobernar con quien quiera. Lo paradójico es que una dirección en principio más moderada tenga una posición en el fondo más flexible con los ultras, mientras que Pablo Casado, que siempre se movió en una relación titubeante con Vox, se había opuesto a gobernar con el partido de Santiago Abascal justo antes de ser defenestrado como líder del PP. Por su parte, Mañueco no quiere una coalición con Vox y está intentando evitarlo, para lo que baraja ofrecerles la presidencia de las Cortes a cambio de que no entren en el Gobierno.

Cuca Gamarra, coordinadora general del PP en este tiempo de transición hasta el congreso del 1 y 2 de abril, confirmó ayer que la dirección del partido no establece ningún límite a Mañueco para decidir el próximo Gobierno de Castilla y León. Gamarra subrayó que Mañueco “tiene la capacidad de liderar esas negociaciones y llegar a los acuerdos que crea necesarios” y manifestó la “absoluta y plena confianza” de la cúpula en el presidente de Castilla y León.

El giro es evidente y compartido entre la dirección provisional y el único aspirante hasta la fecha a liderar el partido, Alberto Núñez Feijóo. El presidente de la Xunta de Galicia también delega en Mañueco la decisión del Gobierno y no se manifiesta en contra de gobernar con Vox. Feijóo lleva días pronunciándose en ese sentido, mientras insiste en que el PSOE no es quien para dar lecciones al PP sobre sus pactos mientras cogobierna con Unidas Podemos y se apoya en partidos independentistas.

La lista más votada

Feijóo pide al resto de partidos que dejen gobernar en solitario al PP en Castilla y León con el argumento de que ha sido la lista más votada, y no se moja sobre si prefiere que la decisión de la gobernabilidad descanse en el PSOE o en Vox. “Mañueco ha planteado una cosa bastante sensata: déjennos gobernar porque somos la lista más votada y en este momento necesitamos un poco de altura en la política española”, expresó ayer. “Vamos a ver qué partidos dejan gobernar al señor Mañueco”, añadió Feijóo sin desvelar sus preferencias para los pactos. El barón gallego insiste desde hace varios días en que la decisión le corresponde al presidente de Castilla y León, y él no va a entrometerse. “Mañueco es la persona elegida por los castellanoleoneses para intentar una sesión de investidura, y es la persona que asume la responsablidad, en el ámbito de sus competencias, para tomar decisiones”, dijo el jueves pasado.

La posición es muy diferente a la de Casado y su equipo, que pretendían incluso asumir una repetición electoral con tal de no gobernar con los ultras.

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Mañueco también trata de evitarlo, y de momento está defendiendo que quiere un Gobierno en solitario. Sin embargo, la negociación está en marcha y el PP de Castilla y León tiene encima de la mesa la opción de ceder a Vox la presidencia de las Cortes a cambio de que no entre en el Gobierno, según fuentes populares. El modelo que barajan en el PP es el del acuerdo entre el PSE y el PP que hizo a Patxi López lehendakari en 2009. En aquel pacto, la popular Arantza Quiroga se convirtió en presidenta del Parlamento vasco a cambio de que el PP diera estabilidad al Gobierno. Los populares tratan de conseguir que Vox acepte esta fórmula en Castilla y León y “se baje del caballo” de la coalición, pero constata que los ultras “lo quieren todo”, según fuentes de la negociación. PP y Vox se reunieron ayer en secreto para seguir negociando.

La estrategia de Mañueco tiene detractores entre sus filas. “Estos van en serio”, avisan dirigentes populares en referencia a Vox. “Están alargando mucho el paripé”, comentan otros en el PP, que temen que “cabrear demasiado a Vox” acabe con la paciencia de su posible socio y propicie una repetición electoral que podría castigar a sus siglas.

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