Galicia suma 35.000 hectáreas arrasadas por las llamas en 22 días
Mientras los trabajadores de los equipos de extinción enfrían la tierra y aplacan las columnas de humo que todavía cercan la villa de Verín por el fuego forestal, supuestamente intencionado, que arrasó 600 hectáreas, la lucha contra las llamas se traslada ahora a la ría de Arousa, entre Pontevedra y A Coruña. La Consellería do Medio Rural de la Xunta de Galicia ha activado la alerta por proximidad a un núcleo habitado de un virulento incendio declarado en el Ayuntamiento de Caldas de Reis, cerca del límite con el municipio de Vilagarcía. El nuevo frente arde sobre un monte varias veces quemado, el Xiabre, y se encuentra próximo al lugar de A Porteliña; está activo desde las 19,25 horas, ha calcinado ya cerca de 500 hectáreas.
Este jueves por la tarde, las llamas se declararon al norte y al sur de la ría, en Boiro (A Coruña) y luego en Caldas. El fuerte viento del Nordés (Noreste) tan temido en Galicia cuando hay incendios, irrumpió para avivar los focos y hasta las 8.30 horas de la mañana de este viernes el fuego había devorado ya cerca de 900 hectáreas de maleza desbordada y árboles en las dos márgenes de la ría. La alarma entre los vecinos se multiplicó cuando sonaron sucesivas explosiones: eran, supuestamente, las bombonas acumuladas en una chatarrería, al borde de un polígono industrial, que acabó calcinada. Al declararse el fuego por la tarde, los medios de extinción y los vecinos tuvieron que enfrentarse a la peor situación durante toda la noche, mientras llegaba la UME (Unidad Militar de Emergencias), que se centraba en la defensa de un grupo de viviendas próximo a la ciudad de Vilagarcía y se desalojaban casas en varias zonas habitadas donde prendían las réplicas del fuego. La Dirección General de Tráfico cortó la circulación en la VG-4.7 y en la PO-305.
Según los cálculos de la Consellería de Medio Rural, los fuegos que no dan tregua en la comunidad desde hace 22 días han arrasado ya unas 35.000 hectáreas, más que en los cuatro años anteriores juntos. Los más graves han sido los de Carballeda de Valdeorras (Ourense) y O Courel (Lugo), con más de 10.000 hectáreas e infinidad de viviendas, propiedades y elementos de importante valor patrimonial calcinados. Hay que remontarse a 2017 para encontrar una cifra mayor, 62.000 hectáreas quemadas en todo el año, de las que 50.000 ardieron en dos días de octubre, con la muerte de cuatro vecinos.
Además de los fuegos de la ría de Arousa, en Pontevedra siguen sin extinguirse dos incendios en Arbo, al sur de la provincia. Uno de ellos entró supuestamente desde Portugal, cruzando el río Miño, y obligó a activar la situación 2 de alerta por proximidad al polígono industrial. Entre ambos frentes, el municipio ha perdido 470 hectáreas, mientras que en otro Ayuntamiento cercano, Ponteareas, está controlado, pero no extinguido, un fuego de 20 hectáreas.
En Verín se investiga la existencia de un posible autor o autores del fuego que llegó a tener 10 focos y que en solo la tarde y la noche del miércoles engulló 600 hectáreas. El jueves a última hora ya fue desactivada la alerta por proximidad a las casas, pero en los momentos más críticos las llamas no solo llegaron al borde de varias aldeas que rodean Verín, sino que amenazaron una gasolinera del pueblo ourensano. En la misma provincia, la Xunta considera ya controlado el fuego de Maceda (150 hectáreas) y declara extinguido desde el mediodía del viernes el de Calvos de Randín (más de 50 hectáreas). El de A Mezquita, que prendió de nuevo en uno de los enclaves más veces quemado de Galicia, O Pereiro, permanece estabilizado después de calcinar 150 hectáreas.
Preocupación en Sierra Mágina
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Más de 550 hectáreas han ardido ya en el incendio forestal declarado en la tarde del jueves en el paraje Atarillas, en el término municipal de Jódar (Jaén). Más de un centenar de efectivos y numerosos medios terrestres y aéreos trabajan para evitar que el viento extienda las llamas del frente que va en dirección hacia el parque natural de Sierra Mágina. Con todo, se espera que las llamas puedan quedar estabilizadas en las próximas horas. No se descarta que su causa tenga que ver con las tormentas con fuerte carga eléctrica que descargaron este jueves tarde sobre esta zona de pinar y matorral, según informó el Infoca.

El nuevo consejero andaluz de Medio Ambiente, Ramón Fernández-Pacheco, ha cifrado en unas 550 hectáreas las calcinadas en este fuego, aunque se ha mostrado moderadamente optimista sobre la evolución del mismo. “Confiamos en que, al final, una vez que se extinga, esa cifra no sea superior”, ha declarado. “Los profesionales del plan Infoca llevan batiéndose el cobre en ese terreno complicado por su orografía y por las condiciones climáticas”, ha añadido.
Sobre el lugar trabajaron este jueves dos helicópteros de transporte y extinción, un avión de coordinación y uno de carga en tierra, dos autobombas, 60 bomberos forestales, tres técnicos de operaciones y un agente medioambiental. También hay una unidad médica, otra de análisis y una máquina pesada. Y desde este viernes trabajan un centenar de efectivos, siete vehículos pesados y tres buldóceres, además de un helicóptero Súper Puma y un avión de Coordinación, además de 18 bomberos forestales y un técnico de Operaciones Brica.
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