Gobierno y transportistas negocian “hasta el final” un acuerdo para acabar con la huelga

Desde las 11.30 de esta mañana permanecen reunidos en el Ministerio de Transportes los representantes del Comité Nacional del Transporte por Carretera, el órgano que representa a las asociaciones mayoritarias de transportistas (CETM, Fenadismer, ACTE, Anatrans, Astic, Atfrie, Feintra, Feteia, Fetransa, Fitrans, FVET y UNO) con la vicepresidenta primera del Gobierno y titular de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la titular de Transportes, Raquel Sánchez, para lograr un acuerdo sobre la subida del precio del gasóleo y poner fin a los paros de los transportistas que se iniciaron el 14 de marzo. La consigna que han repetido transportistas y Administración es que no se levantarán de la mesa hasta que no hayan cerrado un acuerdo. “Vamos a negociar hasta el final”, ha sido la frase más repetida de los distintos representantes a la entrada de la reunión.
Ambas partes son conscientes de la importancia de la reunión, que el Gobierno ha calificado de “definitiva” y los transportistas como “trascendental”, tras varios encuentros anteriores en los que se acercaron posturas, pero sin ninguna propuesta concreta que permitiera frenar las movilizaciones. El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, ha asegurado en Bruselas que de la negociación de este jueves saldrá un acuerdo definitivo que satisfaga las demandas de los transportistas. “Estoy convencido de que llegaremos a un acuerdo, porque tenemos la voluntad, entendemos sus demandas y haremos todo lo que esté en nuestras manos para que se alcance un acuerdo. Nos vamos a sentar y no nos vamos a levantar hasta que lo logremos”, ha dicho Sánchez.
José María Quijano, secretario general de CETM, la patronal mayoritaria en el ámbito de las mercancías, ha defendido a la entrada de la reunión que la mejor forma de ayudar al sector ahora mismo es a través de “ayudas directas a las empresas” por un plazo de meses a determinar, y no vía rebaja de los impuestos que gravan el carburante. “Confiamos en que se llegue a un acuerdo hoy. En las últimas reuniones ya adelantaron estas medidas, cuantificaron en una cifra global —500 millones de euros— y hoy pretendemos que nos digan cómo se van a aplicar”, ha apuntado. Por su parte, Julio Villaescusa, el representante de Fenadismer —la segunda asociación en importancia—, ha señalado instantes antes de entrar a la reunión que la voluntad de la entidad es “arreglar este enorme problema”, y para ello no se levantará de la mesa “hasta que haya un acuerdo”.
No obstante, Manuel Hernández, el presidente de la Plataforma Nacional por la Defensa del Transporte, convocante del paro, ha descartado “totalmente” desconvocarlo, pase lo que pase en la reunión que mantiene este jueves el Gobierno con el CTNC, al considerar que los camioneros y conductores “de base” no están representados en ella. “Hasta que yo no me siente con la señora ministra [de Transportes], no se desconvoca el paro”, ha advertido el presidente de la plataforma, que también ha subrayado que no reclaman “ni subvenciones ni limosnas”, en alusión a los 500 millones de euros en ayudas que ha planteado conceder el Gobierno inicialmente para paliar la subida del precio de los combustibles. La Plataforma, a la que el Gobierno le ha negado desde el principio participar en las negociaciones al considerar que no es un interlocutor válido, ha convocado para este viernes una manifestación frente al Ministerio de Transportes que espera que sea “multitudinaria”.
Unidas Podemos, socio de Gobierno del PSOE, también se ha desmarcado de la postura oficial y ha pedido que se tenga en cuenta a la Plataforma. La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Empleo, Yolanda Díaz, ha rechazado etiquetar como de “extrema derecha” a los transportistas que llevan una semana de paro y ha asegurado que se trata de “los más vulnerables” dentro de la cadena de transporte, que llevan tiempo trabajando a pérdidas. Frente a la posición defendida hace unos días por la ministra de Transportes y otros miembros socialistas del Gobierno, que “llegaron a calificar de ultraderechistas a estos transportistas y de hacerle el juego a Putin”, la vicepresidenta morada ha marcado distancias rechazando esa etiqueta.
Mientras negocian un acuerdo, prosiguen las manifestaciones y actos de protesta. Alrededor de 350 transportistas de contenedores, según datos de la Guardia Urbana, se han concentrado este jueves en Barcelona para reclamar al Gobierno que concrete las medidas anunciadas para solucionar la subida del precio de los carburantes. Desde que comenzó, el paro de transportistas ha alcanzado la cifra de 67 detenidos y 6.969 convoyes de camiones con mercancías y bienes escoltados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, según el Ministerio del Interior.
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Problemas de abastecimiento
La huelga cumple este jueves 11 días y la situación se agrava cada día que pasa en supermercados, fabricantes de alimentos, cooperativas, hosteleros y empresas de los sectores más afectados, con problemas de suministro cada vez más importantes. La industria alimentaria ha pedido al Gobierno que actúe con rapidez para pactar una salida a la crisis que, según el sector, está bloqueando la economía del país. La automovilística Mercedes y Legumbres Luengo se han unido a la lista de compañías que han tenido que cerrar algunas plantas de forma temporal o han avisado que lo harán en pocos días, si siguen los paros. La planta del grupo alemán del automóvil en Vitoria, que da empleo directo a 5.000 personas, volverá a parar el lunes por la incertidumbre existente respecto al suministro de piezas. El pasado lunes ya hubo otro parón en Mercedes por la misma razón.
El paro también ha llevado a Legumbres Luengo a interrumpir la actividad en sus instalaciones de Riego de la Vega (León), debido a las limitaciones para cargar determinados productos y para aprovisionarse de materias primas y auxiliares, como tarros, pallets y diversos materiales de embalaje. “La actividad de la fábrica permanecerá interrumpida hasta que se pueda volver a contar con los materiales y factores necesarios para su actividad”, ha explicado la empresa.
Otro de los sectores afectados es el del aceite. Oleoestepa, la mayor fábrica de producción de aceite de oliva de la provincia de Sevilla, con siete millones de olivos, cerrará este viernes su planta central de embotellado en Estepa y dejará de producir aceite ante la imposibilidad de contar con materia prima por la huelga del transporte. La empresa mantiene la actividad al 50% en la zona de embotellado, aunque sufre una importante falta de botellas, cajas o tapones.
El temor al desabastecimiento crece. Ir al supermercado y ver algunas estanterías vacías, sobre todo en el caso de la leche, el aceite y las harinas, es cada vez más habitual. El sector alimentario, que insiste en que al menos de momento los problemas de escasez son puntuales y manejables aunque con un elevado sobrecoste para los supermercados (130 millones de euros al día), ha hecho un llamamiento a los consumidores a no hacer compras masivas en las puertas del fin de semana para evitar el desabastecimiento. Así lo ha manifestado la directora de Competitividad y Sostenibilidad de la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), Paloma Sánchez Pello, para quien la situación es “muy complicada”. “La gente se pone nerviosa ante la posibilidad de desabastecimiento, el problema está muy complicado, pero el sector es responsable y lo ha demostrado durante toda la pandemia e intentará por todos los medios abastecer siempre que pueda”, ha afirmado en declaraciones a Telecinco.
La situación empieza a ser “crítica” en los puertos, según han coincidido en señalar este jueves los presidentes de las autoridades portuarias de Algeciras, Barcelona, Bilbao y Valencia. El presidente de la Autoridad de Algeciras, Gerardo Landaluce, ha descrito la situación en este puerto como “límite y muy delicada”, en un desayuno informativo organizado por Diario del Puerto. Ha precisado que esta crisis “no solo se vive en los puertos, sino en todo el país pues afecta a toda la cadena logística y al cinturón industrial”.
Damiá Calvet, del puerto de Barcelona, ha descrito que las terminales están “a tope de su capacidad” y ha apuntado que si no salen contenedores “vamos a tener que parar la actividad portuaria y marítima”. Según las cifras que ha aportado, el movimiento de camiones diarios el miércoles pasado en el puerto varió entre solo un 15% y un 20% de la actividad normal, lo que a su juicio es “muy preocupante”.
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