Guillermo de Inglaterra confiesa que en su familia son fans de Shakira y habla de los “movimientos de cadera y disfraces” de Carlota

“Una de las canciones que recuerdo con frecuencia y se ha quedado conmigo todo este tiempo, y hasta el día de hoy todavía disfruto en secreto, es The Best, de Tina Turner, porque sentarse en el asiento trasero del coche y cantar constituía uno de los verdaderos momentos familiares”. La música como elemento fundamental en su vida, actual y pasada. Y en gran parte, gracias a su madre, Diana de Gales. Así lo ha confesado Guillermo de Inglaterra este domingo en una entrevista en el diario británico The Times, en la que recuerda cómo los trayectos hasta la escuela eran uno de los momentos familiares más divertidos y entreñables. “Mi madre conducía cantando a todo pulmón. Incluso algún día metíamos al policía en el coche y de vez en cuando también cantaba. Íbamos cantando y escuchando música hasta la puerta de la escuela donde te dejaban”, ha asegurado.

Durante la inusual conversación, realizada a lo largo de un paseo por los jardines del palacio de Sandringham —donde la familia real se reúne en Navidad—, las confesiones musicales de Guillermo, de 39 años, no acaban con el recuerdo de su madre Diana. El príncipe asegura que sus hijos, Jorge, Carlota y Luis, de ocho, seis y tres años, han heredado su gusto por las canciones, algo que siembra de alegría —y discordia— el día a día de los duques de Cambridge. “La mayoría de las mañanas hay una gran pelea entre Carlota y Jorge sobre qué canción se pone”, dice, al tiempo que revela que una de las favoritas en la actualidad es Waka waka, de la colombiana Shakira. “Hay muchos movimientos de cadera, muchos disfraces. Carlota particularmente corre por la cocina con sus vestidos y sus cosas de ballet. Ella se vuelve completamente loca con Luis siguiéndola tratando de hacer lo mismo. Es un momento muy feliz en el que los niños simplemente disfrutan bailando, jugando y cantando”, cuenta.

En cuanto a él, afirma que se estremece cuando recuerda el momento en el que se unió a Jon Bon Jovi y Taylor Swift en 2013 para interpretar el famoso tema Livin’ on a prayer del cantante estadounidense durante una gala benéfica para personas sin hogar. “Estaba sentado al lado de Taylor Swift y ella se volvió hacia mí, me puso la mano en el brazo, me miró a los ojos y me dijo: ‘Vamos, Guillermo, vamos a cantar’. Hasta hoy todavía no sé qué me pasó. Pero, francamente, si Taylor Swift te mira a los ojos, toca tu brazo y dice: ‘Ven conmigo’… Me levanté como un cachorro, y dije: ‘Sí, está bien. Me parece una gran idea, te seguiré’. Subí al escenario en trance y luego a mitad de camino de Livin’ on a prayer, de Bon Jovi, me desperté y me dije a mí mismo: ‘¿Estoy subido en el escenario cantando Livin’ on a prayer, cuando ni siquiera me sé la letra?”, asegura, aunque pronto se dio cuenta de que no valía la pena dejarse llevar por la vergüenza. “Los chicos y chicas jóvenes de Centrepoint [el nombre de la asociación] estaban allí entusiasmados y vitoreando, así que pensé, ‘si están disfrutándolo, entonces la noche es para ellos, así que al diablo, no puedo ser el tonto que va y lo arruina”, agrega, pese a que confiesa que debajo de su corbata negra “había mucho sudor”.

El recuerdo de dicha anécdota, explica Guillermo, no es casual. Con ello quiere alentar a las personas a no juzgar demasiado su propia imagen. “Cuando te sacan de tu zona de confort, tienes que seguir adelante. Creo que hemos llegado a un momento en el que nos juzgamos a nosotros mismos. Nos preocupamos por cómo nos vemos en las redes sociales, quién dijo qué sobre mí y qué llevamos puesto. Hay demasiada presión. Y creo que está bien hacer el ridículo; está bien no tomarte demasiado en serio y tener esos momentos en los que te dejas llevar. Entonces, sí, continúa, ríete, no huyas y mira mi vídeo cantando”, aconseja. La archiconocida canción de Jon Bon Jovi no es el único tema rockero que inspira al duque de Cambridge, quien cree que “el mejor tónico para un lunes por la mañana” es Thunderstruck, de la banda AC/DC.

La conversación musical del hijo mayor de Diana de Gales y Carlos de Inglaterra ha tenido lugar en el marco de una campaña de Apple Music llamada Time to walk (Hora de andar, en castellano) y con la que se quiere animar a las personas a caminar para cuidar la salud física y mental, este último, un aspecto que en los últimos meses ha ganado relevancia y sobre el que él también ha querido pronunciarse desde su propia experiencia, tal y como ya ha hecho en varias ocasiones su hermano Enrique. Guillermo recuerda, por ejemplo, que mientras sirvió como piloto de ambulancia aérea entre 2015 y 2017 se llevaba “a casa el trauma de la gente” y veía “pacientes y familias destrozados”. El punto de inflexión fue, rememora, a raíz de una llamada para atender a un niño gravemente herido que había sido atropellado por un coche. “Me fui a casa esa bonita noche bonita molesto por dentro. Sentí que algo había cambiado. Sentí una tensión real dentro de mí. Me di cuenta semanas después. Fue como si alguien hubiera puesto una llave en una cerradura y la hubiera abierto sin que yo le diera permiso para hacerlo. Sentí que todo el mundo se estaba muriendo… Seguí mirándome a mí mismo y pensando ‘¿Por qué me siento así? ¿Por qué me siento tan triste?’ y entonces comencé a darme cuenta de que me estaba llevando a casa el trauma de la gente… y me estaba afectando”.

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