Indian Wells inscribe a Djokovic pese a que no puede acceder a los Estados Unidos

Djokovic, hace dos semanas durante un partido en el torneo de Dubái.
Djokovic, hace dos semanas durante un partido en el torneo de Dubái.Kamran Jebreili (AP)

El caso Djokovic, es decir, el caso de nunca acabar, ofreció esta madrugada un nuevo giro con la inesperada inclusión del serbio en el cuadro principal del Masters 1000 de Indian Wells. Pese a no estar vacunado contra la covid y, por tanto, no estar dentro de los parámetros sanitarios requeridos para poder acceder a los Estados Unidos, el nombre del serbio (34 años) figuró en el sorteo efectuado este miércoles y se abrió la caja de las especulaciones, alimentada además por la precisión hecha por los organizadores.

“Novak Djokovic figura en la lista de participantes y, por consiguiente, forma parte del sorteo de hoy. Actualmente estamos en comunicación con su equipo; sin embargo, no se ha determinado si podrá jugar el torneo obteniendo la aprobación de los CDC [los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades] para acceder al país. Proporcionaremos más información en cuanto sepamos algo más”, transmitieron desde Indian Wells, sembrando la duda.

Técnicamente, Djokovic, que en enero fue detenido y deportado en Australia por suponer una “amenaza para la salud pública” –además de haber cometido irregularidades en el formulario de acceso que debía presentar en la aduana–, tampoco puede desplazarse a los Estados Unidos dada la normativa actual, clara y concisa, fijada a principios de noviembre y ratificada a principios de diciembre.

“La orden de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que entró en vigor el 8 de noviembre de 2021, exige a todos los viajeros aéreos no inmigrantes y no ciudadanos que viajen a los Estados Unidos que estén completamente vacunados y que presenten una prueba de su estado de vacunación antes de embarcar en un avión con destino a los Estados Unidos”, precisa el código de la oficina de asuntos consulares.

La inercia de Nadal

En cualquier caso, Djokovic estudia la posibilidad de que los CDC le concedan algún tipo de exención médica como ya hiciera en Melbourne, donde los organizadores del Open de Australia (que no el Estado, finalmente) validaron su ingreso al haber contraído el coronavirus (por segunda vez) un mes antes, el pasado 16 de diciembre. De momento, el balcánico ni ha viajado ni, lógicamente, ha podido completar entrenamiento alguno en las instalaciones de Indian Wells.

Ahora mismo, Djokovic –contra Jordan Thompson o David Goffin en el estreno, en el remoto caso de que pueda competir– posee el récord en el territorio de los Masters 1000, la segunda categoría de los torneos por detrás de los Grand Slams. Ha elevado 37, cifra a la que aspira Rafael Nadal. El español, de 35 años, llega lanzado al desierto californiano, donde se ha coronado tres veces (2007, 2009 y 2013) y pretende prolongar su fabuloso arranque de temporada: 15 partidos, 15 victorias y tres trofeos en Melbourne, Open de Australia y Acapulco.

Según el sorteo, en el teórico horizonte del mallorquín aparecen nombres como los de Sebastian Korda para el debut (sábado o domingo), Daniel Evans, Denis Shapovalov, Casper Ruud, el propio Djokovic (si jugara, o Alexander Zverev) y Daniil Medvedev en una hipotética final. En todo caso, el prolegómeno vuelve a levantar una polvareda con el rastro de Nole, que hace dos semanas reapareció en Dubái, donde no tuvo ningún problema para cruzar la frontera y cayó en la segunda ronda, contra Jiry Vesely.

Badosa, defensora del título

Aquella derrota contra el checo (123º del mundo) le costó el número uno, en posesión hoy de Medvedev. Si el de Belgrado queda finalmente excluido por una negativa gubernamental antes de que la organización anuncia el orden de juego, el búlgaro Grigor Dimitrov –primer no cabeza de serie en el listado– ocuparía su hueco en el cuadro; si el nombre de Djokovic desaparece después de que se sepa la programación inicial, el beneficiado sería un lucky loser (jugador apeado en la fase clasificatoria).

Al margen del posible lío a la vista, uno de los alicientes será de nuevo Carlos Alcaraz, eliminado el curso pasado en la primera ronda y que viene de estrenarse con nota en la Copa Davis. El murciano, de 18 años, tiene una cita con el ganador del duelo entre un jugador de la fase previa y Marton Fucsovics o Mackenzie McDonald.

Badosa, este miércoles durante una exhibición en Indian Wells.
Badosa, este miércoles durante una exhibición en Indian Wells.CLIVE BRUNSKILL (AFP)

Los focos, en cualquier caso, iluminan de entrada a Paula Badosa, campeona en la edición disputada el año pasado en octubre –por el trastoque del calendario, a raíz de la pandemia– y que se ha consolidado entre las más fuertes del circuito. La catalana, de 24 años, ocupa el séptimo puesto en el ranking de la WTA y sonríe estos días en el Valle de Coachella, un antes y un después de su carrera. Batió a Victoria Azarenka en un maravilloso pulso de tres horas y se encumbró en un torneo que hasta entonces no había conseguido ganar ninguna española. En la primera parada chocará con Tereza Martinkova o una rival de la previa.

Sin Ashleigh Barty ni Barbora Krejcikova, las dos primeras en el listado, la otra alternativa española es Garbiñe Muguruza, que se enfrentará a la local Alison Riske o una clasificada.

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