Junts plantea una consulta interna sobre su continuidad en el Gobierno catalán

Jordi Turull, en su discurso, el pasado sábado, tras ser elegido en Francia como nuevo secretario general de Junts.
Jordi Turull, en su discurso, el pasado sábado, tras ser elegido en Francia como nuevo secretario general de Junts.RAYMOND ROIG (AFP)

Junts per Catalunya ya tiene nueva cúpula, pero aún queda pendiente la aprobación de su hoja de ruta, que se verá reflejada en su ponencia política y organizativa, que debe validarse en julio. La elección de la nueva dirección, el pasado sábado en su congreso, no ha logrado matizar la rivalidad de las dos sensibilidades que conviven en la formación y, muy seguramente, volverán a chocar en la negociación de la hoja de ruta para los próximos dos años. El borrador del texto abre la puerta a que se consulte a la militancia sobre la continuidad del acuerdo con ERC en el Govern, aunque condicionándolo a un documento aún en proceso: el balance interno de un año de Ejecutivo compartido. El nuevo secretario general de la formación, Jordi Turull, ha recordado, en una entrevista a Catalunya Ràdio, su apuesta por enterrar la mesa de diálogo y “ponerle la directa” a la independencia, aunque no ha fijado ningún calendario para lograrlo.

La propuesta de someter a las bases de Junts la continuidad en el Gobierno la puso sobre la mesa Laura Borràs, flamante presidenta de la formación, tras cerrar a mediados de mayo su candidatura unitaria con Turull. Ambos lograron, in extremis, acordar una lista que, aunque profundamente independentista, conjugara las posiciones más enfrentadas con el Estado de la también líder de la Cámara con la concepción más convergente del poder y la necesidad de mandar en las instituciones. Se logró así evitar que el partido se abriera en canal y enviar un mensaje de unidad, pero las votaciones del pasado sábado dibujaron un voto de castigo hacia dos apuestas personales de Borràs (Aurora Madaula y David Torrents) que no superaron el 50% de los votos. No son castigos menores, especialmente en el caso de David Torrents, que estaba llamado a ser el número tres del partido desde la secretaría de organización. El sector del exconsejero de la Presidència mostró su poder a través de estas votaciones.

El partido decidirá este martes, en su primera ejecutiva bajo el mandato Borràs- Turull, cómo se ha de encajar ese resultado y si tiene implicaciones en el diseño interno que se había planeado antes. Pero el primer encontronazo ya está servido y sirve de ejemplo para el primer gran reto que tiene la nueva cúpula: cómo luchar contra una bicefalia más que evidente. Ese choque, además, tendrá posiblemente un segundo episodio, a cuenta del borrador de las ponencias política y organizativa que ya está abierta a enmienda de los militantes.

La hoja de ruta política, de 45 páginas, incluye entre otras cosas la posibilidad de que se haga una consulta a las bases sobre si se ha de continuar compartiendo Ejecutivo con ERC en la Generalitat. El texto, sin embargo, es muy genérico y ahí es donde, efectivamente, las dos sensibilidades podrán terminar chocando, incluso aunque se comparta el fondo. La ponencia reconoce que se tendrá que “valorar” la auditoría interna que están haciendo sobre “el grado de cumplimiento” del pacto firmado con los republicanos y se analice “por qué no se ha avanzado más y se evalúe qué medidas hay que tomar”. En este escenario, sin explicar cuál sería esa gradación, la nueva ejecutiva plantearía a sus bases “la posibilidad de continuar o no en el Govern o tomar otro tipo de iniciativas adecuadas”.

El año pasado, Junts preguntó telemáticamente a sus bases sobre si debería entrar al Govern con ERC o estar en la oposición y la primera opción ganó con más de un 80% de los votos. Una de las grandes dudas sobre esa votación era cómo militantes que llevan años ocupando altos cargos en la Generalitat podrían estar en contra de una decisión que les afectaba directamente o como precisamente ese espíritu convergente de vocación de poder quedaría en suspenso. Turull ha defendido este martes que la militancia tiene la última palabra sobre “cualquier decisión, cualquier replanteamiento” que la Ejecutiva plantee sobre los pactos.

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Borràs también se ha mostrado contraria a los pactos con el PSC, como el que tiene Junts en la Diputación de Barcelona. A raíz del caso de espionaje a independentistas con el software Pegasus, la presidenta del partido pidió suspender cualquier relación con “los que nos espían”. Sin embargo, la ponencia política, en lo que respecta a los temas municipales, defiende la “autonomía local” para llegar acuerdos y solo sugiere que se de primacía a pactos con independentistas.

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