La Aemet alerta de la posible primera ola de calor del verano con hasta 44° en Sevilla

El verano meteorológico, que comenzó el 1 de junio, comienza a calentarse. Tras un primer aviso ―el episodio de calor extraordinario en mayo que a punto estuvo de convertirse en la ola de calor más tempranera de la historia― llega un nuevo pico de calor intenso, que afectará a buena parte del país durante la segunda mitad de esta semana y comienzos de la que viene. ¿Será la primera ola de calor del verano 2022? La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) lo considera “posible”, aunque a día de hoy “todavía hay incertidumbre”, señala su portavoz, Rubén del Campo.

La escalada de las temperaturas comenzó el domingo y, aunque habrá un cierto alivio el miércoles en las horas centrales del día, a partir del jueves se dispararán los termómetros. “La subida será generalizada y se prolongará por lo menos hasta el lunes o el martes, con máximas muy elevadas, que podrán superar los 35° en buena parte del país, incluso los 40° en los valles del Guadalquivir y Guadiana y quizá en el Ebro de cara al fin de semana y comienzos de la próxima semana”, explica el experto. “En Baleares también se superarán los 35° el fin de semana y quizá los primeros de la próxima, mientras que Canarias también hará calor los días previos a este episodio, aunque las temperaturas bajarán el fin de semana”, añade Del Campo. Y las mínimas, completa el portavoz de la Aemet, también serán sofocantes, con noches tropicales, en las que los termómetros no bajan de 20°, en el Mediterráneo, mitad sur, zona centro y cuenca del Ebro.

Son unos valores diurnos entre 5 y 10° por encima de los normales para la época del año y nocturnos, entre 3° y 5°. Por ejemplo, el viernes se llegará a 40° en Badajoz, Córdoba y Sevilla. El sábado, 41° en Córdoba y 42° en Badajoz y Sevilla. El domingo 40° en Cáceres, Jaén, Toledo y Zaragoza; 42° en Córdoba, 43° en Badajoz y 44° en Sevilla. Y el lunes, 40° en Cáceres, Ciudad Real, Lleida y Madrid; 41° en Badajoz, Jaén, Sevilla y Toledo; 42° en Zaragoza y 43° en Córdoba.

Pero, aunque vaya a hacer mucho calor, no siempre se trata de una ola de calor. Para que se produzca este fenómeno se tienen que cumplir tres criterios: intensidad, extensión y duración. En resumen, se tienen que producir temperaturas muy extremas, afectar al 10% de las estaciones y durar al menos tres días. En este caso, el criterio que está en el aire es el de la duración, indica Del Campo.

Hoy por hoy, ya se dan parte de los ingredientes para que la Península se convierta en un horno, a los que se puede sumar, o no, una masa de aire cálido en origen que amplificaría y extendería el calor tórrido al martes. “Tenemos altas presiones y una gran dorsal anticiclónica, en cuyo seno se producen movimientos descendentes de niveles altos a la superficie y, en ese descenso, el aire se comprime y se calienta todavía más”, detalla el meteorólogo. Además, brilla el sol a causa de las altas presiones y, en junio, está muy alto sobre el horizonte, “por lo que calienta de manera muy eficiente la superficie y, al no correr mucho viento por ser una situación estable, impide que se distribuya”.

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De cara al domingo y lunes, es posible que llegue más gasolina. “El calor podría incrementarse por la formación de un área de bajas presiones en el Atlántico que, desde su posición, inyectaría aire muy cálido procedente del norte del continente africano”, avanza Del Campo. Esta es la clave para que no se pueda dar por segura todavía al 100% la ola de calor: “La evolución de la atmósfera no está clara a partir del domingo/lunes. Todo depende de la formación de esta borrasca y de la posición que adopte y también es posible que una vaguada ―área de bajas presiones en niveles medios y altos de la atmósfera― afecte a partir del martes al norte de la Península”. De todo ello “depende que haga más calor y que la situación persista durante más días o que se trunque antes el ambiente cálido o que el lunes y martes no sean tan cálidos como ahora parecen”.

La conclusión es que, “aunque todavía es pronto para afirmarlo con rotundidad, los valores tan elevados que se van a registrar durante tres o cuatro días en amplias zonas de la Península y Baleares hacen que no podamos descartar que se trate de la primera ola de calor climatológica del verano”. De confirmarse, sería además “una de las más tempranas desde que se tienen registros”, porque comenzaría “el sábado 11 o el domingo 12″.

Lo más común en España es que las olas de calor ocurran en julio y en agosto, pero en las últimas décadas se observa cómo se están volviendo cada vez frecuentes en junio. Desde 1975, año en el que arranca el informe de Aemet sobre las olas de calor, la sexta parte de las que han sufrido la Península y Baleares han ocurrido en junio ―10 de 65― y siete de ellas se concentran en lo que va de siglo. “Junio se está calentando”, alerta Del Campo, quien subraya que, a consecuencia del cambio climático, el calor extremo cada vez llega antes, dura más tiempo y es más intenso a consecuencia del cambio climático. Las dos olas más tempraneras datan del 11 de junio de 1981 y del 13 de junio de 2017, mientras que el precedente más cercano se produjo en 2019, una ola que duró del 26 de junio al 1 de julio. De producirse, la de esta semana sería la 11ª ola de junio y empataría con la más madrugadora hasta la fecha, la de 1981.

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