La Cámara de Representantes vuelve al caos: los trumpistas fuerzan a Tom Emmer a retirar su candidatura

Los congresistas del Partido Republicano en la Cámara de Representantes se han instalado en el caos. Las diferencias ideológicas y los agravios personales les impiden llegar a un mínimo consenso. Solo horas después de que designaran a Tom Emmer como candidato para relevar al destituido Kevin McCarthy como speaker, el ala dura del partido, bajo la larga sombra de Donald Trump, le ha obligado a retirar su candidatura. De nada han servido los compromisos del resto de candidatos de apoyar al que resultase ganador en las votaciones internas. Los más extremistas no están dispuestos a aceptar la decisión de la mayoría si no les gusta.
De ese modo, tres semanas después de que triunfase el voto de censura contra McCarthy, la Cámara de Representantes sigue sin presidente, con la actividad legislativa paralizada y en un callejón sin salida. Los republicanos tienen 221 congresistas y hacen falta 217 votos para garantizarse la elección, así que basta un puñado de ellos para imponer su veto. En ese tiempo, ha habido tres nominados a puerta cerrada por el grupo parlamentario para el cargo, pero dos de ellos han tenido que tirar la toalla antes de empezar y el otro se ha estrellado contra el rechazo del pleno.
El drama en que se han instalado los republicanos muestra un grupo parlamentario profundamente dividido y con el ambiente envenenado, en una especie de guerra civil permanente. En esta ocasión, el ala radical del partido se venga del fracaso de su candidato, Jim Jordan, que recibió el respaldo simultáneo de Donald Trump y del propio McCarthy, las dos personas con mayor liderazgo dentro del partido, pero que fue rechazado por los congresistas moderados en el pleno.
Entre los republicanos moderados cundía el malestar por la forma en que la candidatura de Jordan se había abierto paso. En una primera votación interna del grupo parlamentario para buscar el sucesor de McCarthy, el ganador había sido Steve Scalise, pero los partidarios de Jordan dejaron claro, al igual que ahora con Emmer, que no se plegarían a la decisión de la mayoría y bloquearían su nombramiento, así que renunció enseguida.
Entonces el designado fue Jordan, pero tras la tercera votación perdida, los republicanos decidieron el viernes retirar su nominación y volver a la casilla de salida en busca de una alternativa. Durante el fin de semana, nueve congresistas manifestaron su interés en aspirar al puesto, aunque uno no llegó a formalizar su candidatura y otro se retiró a última hora. Este martes, el grupo parlamentario se ha reunido a puerta cerrada y, tras varias rondas de votaciones en que han ido quedando al margen los candidatos con menos apoyos, el elegido fue Emmer, que logró 117 votos entre los 221 miembros de su grupo, por los 97 del ultraconservador Mike Johnson.
Luego, sin embargo, el candidato designado se ha encontrado con que no había forma de convencer a los miembros del ala radical del grupo parlamentario para que le apoyasen. El expresidente Donald Trump, mientras le atacaba desde sus redes sociales y decía que su elección sería “un trágico error”.
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“Tengo muchos amigos maravillosos que quieren ser presidentes de la Cámara, y algunos son verdaderamente grandes Guerreros. El RINO Tom Emmer, a quien no conozco bien, no es uno de ellos”, ha escrito en su red, Truth social, acusándole de ser un republicano de boquilla, con el acrónimo despectivo de RINO, republicano solo de nombre. “Él está totalmente fuera de contacto con los votantes republicanos. Creo que ahora ha aprendido la lección, porque está diciendo que es Pro-Trump todo el tiempo, pero ¿quién puede estar seguro? ¿Solo ha cambiado porque eso es lo que se necesita para ganar? El Partido Republicano no puede correr ese riesgo, porque ahí no están los votantes de America First. ¡Votar por un RINO globalista como Tom Emmer sería un trágico error!”, ha añadido.
Emmer, de 62 años, que venía ocupando el puesto de número tres del grupo parlamentario por detrás de McCarthy y Scalise, fue uno de los republicanos que votó a favor de certificar la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de 2020. El expresidente no se lo ha perdonado. Otros congresistas le pasan factura por haber votado a favor de la protección federal de los matrimonios entre homosexuales. Emmer apoyó también la prórroga presupuestaria que evitó hace unas semanas el cierre parcial de la Administración.
Con congresistas tan fieles a Trump como Marjorie Taylor Greene y gran parte de los miembros más radicales del grupo, las posibilidades de que Emmer fuera elegido por el pleno con el expresidente en contra eran nulas. De ese modo, ha decidido retirar su candidatura, como ya hizo en su momento Scalise, el primer nominado.
Con el bloqueo, la Cámara queda paralizada cuando tiene pendiente votar un paquete de 105.000 millones de dólares que ha solicitado el presidente Joe Biden, con ayuda destinada sobre todo a Ucrania, pero también a Israel, a asistencia humanitaria en la franja de Gaza y a reforzar el control de la frontera con México. Para salir adelante, necesita la aprobación tanto del Senado, de mayoría demócrata, como de la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos y bloqueado en estos momentos.
Los radicales republicanos se oponen también a la propuesta de los demócratas de otorgar poderes limitados temporalmente al presidente interino de la Cámara, Patrick McHenry, que tomó el mazo de speaker al cesar McCarthy y por designación de este. La idea sería que la Cámara pudiese volver a funcionar, aunque no tenga un presidente permanente. Con ello, podría evitar el cierre parcial de la Administración cuando, dentro de menos de un mes, expire la prórroga presupuestaria aprobada hace unas semanas. También podría tramitar el paquete de ayuda a Ucrania e Israel.
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