La negativa de La Moncloa a que el rey emérito pernocte en La Zarzuela complica su visita

Juan Carlos I, en Sanxenxo (Pontevedra) en julio de 2019, cuando acudió por última vez a sus regatas.
Juan Carlos I, en Sanxenxo (Pontevedra) en julio de 2019, cuando acudió por última vez a sus regatas.Iago Lòpez (GTRES)

La negativa de La Moncloa, asumida por la Casa del Rey, a que el rey emérito pernocte en el Palacio de la Zarzuela está complicando la primera visita de Juan Carlos I a España en casi dos años, prevista para el próximo fin de semana. Si no cambian los planes, sometidos a revisión, el rey emérito llegará a Sanxenxo (Pontevedra) el próximo viernes, para asistir o competir en la copa de España de regatas de la clase 6mR, en la que participa el velero Bribón, con el que Juan Carlos I ganó la copa del mundo en Finlandia en 2019.

Lo lógico, reconocen fuentes próximas al rey emérito, es que Juan Carlos I visitara, en primer lugar, el Palacio de La Zarzuela, y se reuniera con su hijo, Felipe VI, y con el resto de la Familia Real, antes de desplazarse a Galicia. Sin embargo, el plan actual, si no se altera a última hora, es que don Juan Carlos vaya en primer lugar a Sanxenxo, donde le esperan sus amigos y compañeros de regatas, y solo el domingo por la tarde o el lunes viaje a Madrid para encontrarse con su familia en La Zarzuela.

Desde allí regresaría a Abu Dabi, donde ha fijado su residencia permanente desde que, el 3 de agosto de 2020, se marchó de España cuando aún estaban abiertas varias causas en las fiscalías española y suiza por su supuesta fortuna en el extranjero (ahora esas causas ya han sido archivadas). La idea, en todo caso, es que la primera visita del rey emérito a su país se prologue solo unos pocos días y luego regrese con frecuencia y su presencia se vaya normalizando.

El encaje de bolillos que está suponiendo la organización de este viaje se ve dificultado por las objeciones del Gobierno a que el rey emérito pernocte en La Zarzuela. El argumento es que este palacio no es la residencia privada de la Familia Real, sino la sede de la Jefatura del Estado, y que Juan Carlos I, aunque exonerado de cualquier responsabilidad penal ―por la inmunidad de que gozaba como anterior titular de la Corona, por la prescripción de los delitos o por la regularización fiscal que presentó―, no ha dado explicación alguna ni ha pedido disculpas a los españoles por su comportamiento.

Sin embargo, el hecho de que el rey emérito, de 84 años, no pueda pernoctar en La Zarzuela a su llegada de un viaje de avión de más de siete horas, si lo hace directamente procedente de Emiratos Árabes Unidos, o de seis, si viaja desde Sanxenxo por carretera, puede plantear un problema añadido: la necesidad de buscarle un alojamiento en Madrid para pasar la noche en condiciones adecuadas de privacidad y seguridad.

En todo caso, estas fueron, según las fuentes consultadas, las condiciones que se pactaron a tres bandas entre La Moncloa, La Zarzuela y el entorno del rey emérito para su primera visita a España y que el propio Felipe VI rubricó con su padre durante la conversación telefónica que ambos mantuvieron el pasado domingo.

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La noticia de que Juan Carlos I visitará Sanxenxo el próximo fin de semana ha alterado radicalmente el panorama, al generar una expectación mediática inusitada. Fuentes próximas a Juan Carlos I no descartan que este acabe aplazando su visita, para no perjudicar a la competición deportiva, mientras en la Casa del Rey se contempla con tanto mutismo como preocupación una visita que se querría lo más discreta posible, lo que a estas alturas resulta inviable. El último que confirmó la visita de Juan Carlos I fue el propio alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín. “Estamos encantados de poder demostrarle el cariño que sentimos por él después de casi dos años de ausencia”, afirmó.

El ruido ha llegado hasta el Congreso, donde los grupos políticos han vuelto a mostrar este martes su división. El portavoz socialista, Héctor Gómez, ha defendido que este viaje está dentro de la legalidad y ha mostrado su “máximo respeto” al rey emérito y a las decisiones de la Casa Real. Gómez ha reiterado su total confianza en la Monarquía y en el “importante” papel que sigue desempeñando. Su socio de coalición, Unidas Podemos, y la mayoría de sus aliados parlamentarios han criticado las circunstancias que rodean la visita. “No sé si lo más adecuado es aparecer en una regata”, ha reprochado el portavoz del PNV, Aitor Esteban. Pablo Echenique, de Unidas Podemos, consideró “infame” ese retorno y denunció que así se demuestra que la Monarquía “puede delinquir con total impunidad”. La portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, aprovechó para criticar que la inviolabilidad “perpetua” del jefe del Estado siga sin ser regulada. Por el contrario, PP, Vox y Ciudadanos han remarcado que el rey emérito no tiene ninguna causa pendiente y puede volver cómo y cuándo quiera.

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