Yo Amo el Fútbol

¡Hola! Soy Marian Otamendi. Esto que les voy a contar no puede decirlo mucha gente: he ‘fichado’ a Ronaldo Nazário, a dirigentes del Atlético de Madrid, de la Juve o del Liverpool y hasta al mismísimo presidente de LaLiga, Javier Tebas. Todos reunidos en el mismo lugar durante 48 horas frenéticas. ¿Que de qué les hablo?

Desde hace seis años estoy en el centro de una revolución que ha cambiado el deporte más seguido del mundo, que llevaba casi intacto desde que nació hace dos siglos. Dirijo el World Football Summit.

No puedo decir que de pequeña fuera la más futbolera de la familia, pero eso no me impedía ir cada domingo a El Sadar de la mano de mi padre y mi hermano, creando recuerdos imborrables que aún me acompañan hoy. Aún recuerdo el impacto que me produjo ver jugar a Jorge Valdano y a Hugo Sánchez, con su famosa voltereta que hizo rugir a El Sadar, y el ambientazo cada vez que nos visitaba el Madrid, ¡el estadio se venía abajo! La pasión que genera el fútbol es inigualable. Por cierto, ¡viendo jugar a Hugo Sánchez descubrí que mi corazón era también un poco merengue!

Cuando echo la vista atrás, pienso en las tres lecciones importantes que me aportó aquella etapa:

En primer lugar, la importancia de los vínculos que forjan una identidad y crean lazos que con el tiempo se van traspasando a otros ámbitos de la vida.

Luego, la disciplina de seguir trabajando y de dar el máximo de uno mismo en cada situación.

Y por último, y por encima de todo, creer siempre en uno mismo.

Esos valores me acompañan ya para siempre, y se afianzaron en los 8 años en los que viví fuera de España. Pasé más de dos años de mi vida trabajando en África, en 15 países distintos. Allí descubrí el potencial del fútbol en sus facetas más sociales, para propiciar la inclusión o la escolarización. ¡Hasta en las comunidades más remotas se veían camisetas del Barça y del Madrid! Creo que fue entonces cuando me di cuenta de que el deporte rey llega a todos los rincones del mundo. Una lección que aplicaría años después, de vuelta ya en Madrid, cuando mi socio Jan Alessie y yo tuvimos una intuición. ¿Por qué una industria tan potente como la del fútbol no contaba aún con una convención que reuniera a todos sus actores?

Nos lanzamos a la piscina y fue todo un éxito. Estábamos en el sitio adecuado en el momento adecuado. En el año 2016, o quizá un poco antes, el fútbol tomó de verdad conciencia de su potencial como negocio. Se empezó a hablar entonces de internacionalización. De fair play financiero. De innovación y de introducir la tecnología en el juego. ¿Está o no está siendo una revolución?

Nosotros también la hemos propiciado. Hemos dado voz a los principales protagonistas del cambio, posibilitando que sucediera. Para eso sirven mis ‘fichajes’. En estos seis años hemos podido organizar 13 eventos en tres continentes distintos, por donde han pasado más de 20.000 asistentes y más de 1.000 ponentes. Algunos me han impresionado por su carácter visionario, y otros, como Michael Robinson, que ya no está entre nosotros y al que siempre extrañaremos, simplemente me han emocionado.

Antes había equipos que ni siquiera tenían un director de marketing. Y, sin embargo, hoy todos se gestionan como cualquier empresa. El mundo y la sociedad están cambiando, y por fin se dan cuenta del valor que aportamos las mujeres a la industria, desde los campos de juego hasta los despachos. Un gran ejemplo es el de Patricia Rodríguez, la primera directora general de un club de LaLiga o Cindy Cone, la primera presidenta de US Soccer. Ambas estarán presentes en el World Football Summit del mes de septiembre, donde nos hemos comprometido a que el 30% de las ponentes sean mujeres.

¿Que qué nos queda por hacer? Pues muchísimo. Pero yo siempre digo lo mismo. No hay mejor manera de progresar que mirar hacia atrás, hacia mi infancia, y recordar los valores que aprendí en el fútbol: esfuerzo, dedicación, superación, muchísimo trabajo, honestidad, valentía, y, fundamental, el trabajo en equipo.