La policía de Nueva York irrumpe en el edificio ocupado por manifestantes en el campus de Columbia

Calles cerradas al tráfico en un amplio perímetro en torno a la Universidad de Columbia (Nueva York) y el despliegue de cientos de policías de operaciones especiales, con equipamiento antidisturbios, dieron esta noche la señal de alarma de que un desalojo a la fuerza de la protesta propalestina del campus era inminente. Pasadas las siete de la tarde, hora local, tras un día de calma tensa, jalonado por concentraciones de estudiantes en apoyo de los manifestantes encerrados desde primera hora de la mañana en uno de los edificios del campus, miembros del Grupo de Respuesta Estratégica del Departamento de Policía de Nueva York se han dirigido a uno de los dos accesos principales del campus de la prestigiosa universidad. En torno a las 21.15, hora local, entre 30 y 40 miembros del grupo han entrado a través de una escalera articulada, casi a cámara lenta, por una ventana de la fachada del edificio, el Hamilton Hall, con una larga tradición de encierros universitarios.

En las inmediaciones del edificio administrativo, situado junto al único portón de acceso practicable hoy, se han producido forcejeos entre alumnos y fuerzas del orden. El Departamento de Policía avisó a los estudiantes que viven en alguna de las siete residencias del campus que volvieran a sus dormitorios y a los que habían salido fuera del campus, que regresaran. En uno de los edificios de dormitorios hubo momentos de tensión hasta que los alumnos se retiraron a la entrada del mismo. Los manifestantes que se encontraban a las afueras del campus fueron maniataron con bridas de plástico, que los antidisturbios llevaban colgadas en abundancia del cinto. Decenas de ellos fueron detenidos y evacuados del lugar en autobuses policiales, según la CNN. La policía no ha precisado el número total de arrestos.

Personas cargan barricadas mientras la policía intentaba acordonar el campus.
Personas cargan barricadas mientras la policía intentaba acordonar el campus.David Dee Delgado (Reuters)

Antes de intervenir, y mientras la formación de agentes, especializados en movilizaciones, desórdenes civiles y acontecimientos relativos al orden público, se dirigía a pie al campus desde las calles adyacentes, el equipo de Operaciones de Gestión de Emergencias de la Universidad envió una advertencia por correo electrónico a los estudiantes: “Refúgiense en un lugar seguro debido a una mayor actividad en el campus de Morningside [nombre del barrio donde se levanta el campus]. El incumplimiento puede dar lugar a medidas disciplinarias. Eviten la zona hasta nuevo aviso”.

La ocupación por parte de un denominado “grupo autónomo” compuesto por docenas de manifestantes del edificio administrativo, a primera hora de la mañana de este martes, ha sido el punto de inflexión que ha hecho cambiar de opinión a la junta de gobierno de Columbia, hasta este martes reticente, al menos en teoría, al uso de la fuerza para restablecer el orden en el recinto. La policía debe ser invitada a intervenir, no puede hacerlo motu proprio; así sucedió hace dos semanas cuando fue llamada por el rectorado para desmantelar el primer campamento de solidaridad con Gaza, cuyo desalojo se saldó con un centenar de arrestos y que prendió la llama de las protestas en el país.

Paralelamente, otro destacamento policial intervenía en el campamento del cercano City College de Nueva York, más reducido y accesible que el de Columbia, donde también se han efectuado detenciones. El campamento ocupaba la plaza central del campus de Harlem, fácilmente abordable desde la calle a diferencia del fortificado recinto de Columbia, con enormes portones de acceso hoy cerrados a cal y canto, menos el contiguo al edificio ocupado. Durante el desalojo de Columbia, el Departamento de Policía de Nueva York, el mayor del país, ha negado haber utilizado gases lacrimógenos, aunque sí confirmó el uso de “dispositivos de distracción” como granadas de sonido y efecto luminoso que buscan aturdir al objetivo.

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La policía utiliza un vehículo táctico para que sus elementos accedan al edificio administrativo ocupado este martes por la mañana.
La policía utiliza un vehículo táctico para que sus elementos accedan al edificio administrativo ocupado este martes por la mañana.Caitlin Ochs (Reuters)

Los estudiantes atrincherados desde esta mañana en Hamilton Hall —rebautizado como Hind’s Hall en memoria de Hind, una niña palestina que murió sola, entre cadáveres, rogando ayuda durante horas después de que el vehículo en que viajaba cayera bajo fuego cruzado— se enfrentan a la expulsión del campus, avisó este martes la universidad. La víspera, el fracaso del diálogo entre autoridades y manifestantes llevó a la junta de gobierno a amenazar con la suspensión académica —incluida la posibilidad de perder el semestre— a quienes no abandonasen voluntariamente la protesta una vez cumplido el ultimátum dado para el desalojo, a las dos de la tarde del lunes. Pese al fracaso de las negociaciones, hasta el último minuto se ha mantenido abierto un canal de comunicación entre ambas partes, según el canal NBC News, para evitar precisamente el recurso a la fuerza.

Si la represión policial del primer campamento ha sido el detonante de la movilización masiva que recorre EE UU y se ha saldado con casi 1.100 detenciones en al menos 20 Estados, la intervención de las fuerzas especiales esta noche puede tener efectos indeseados para el restablecimiento del orden en el campus, el propósito confeso de las autoridades de Columbia. Las presiones de muchos donantes, dispuestos a retirar fondos millonarios si continúan las protestas; la inminencia del fin de curso y las ceremonias de graduación y, en fin, la instrumentalización política de la movilización, con republicanos y algunos demócratas presionando a la universidad en contra de los manifestantes propalestinos, han sido factores más poderosos que la determinación mostrada por los alumnos acampados, dispuestos hasta el último minuto a permanecer acampados hasta que la universidad accediese a su principal demanda: la desinversión, o retirada de inversiones, de empresas ligadas a capital israelí.

Manifestantes formaron una cadena humana en la puerta del edificio administrativo, llamado Hamilton Hall, para evitar ser desalojados.
Manifestantes formaron una cadena humana en la puerta del edificio administrativo, llamado Hamilton Hall, para evitar ser desalojados.OLGA FEDEROVA (EFE)

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