La rival de Garbiñe Muguruza: un rodillo llamado Anett Kontaveit

Estonia, un país de la fracturada y extinta Unión Soviética, tiene rostro de mujer. La república báltica, de 1,3 millones de habitantes, tiene al frente de la jefatura de Gobierno a Kaja Kallas, elegida primera ministra por el Parlamento en enero de 2021. De sus 14 ministerios, la mitad están dirigidos por mujeres. El poder femenino también está en el tenis. Anett Kontaveit (Tallin, 25 años) es el rostro deportivo y la mejor raqueta para Estonia (la octava mejor del mundo). La tenista afrontará su quinta final en casi tres meses.

La estonia está bajo las órdenes del entrenador Dmitri Tursúnov, quien ganó una Copa Davies para Rusia en 2006. Los inicios de Kontaveit se remontan a cuando tenía seis años: bajo el amparo de su madre, Ulle, poco a poco fue escalando en las disciplinas nacionales hasta disputar torneos de la antesala del profesionalismo organizados por la Federación Internacional de Tenis (ITF) en 2011. Su eclosión ocurrió en 2015 al ganar un certamen en Eastbourne, en el Reino Unido. Su meta, según confesó en su biografía, era estar dentro del Top 10 de jugadoras. Una década después ha alcanzado el octavo puesto del ranking y una final de la Copa de Maestras.

Kontaveit quiere una mano de títulos para coronar su mejor temporada en el máximo circuito. Ya brilló en Cleveland, Ostrava, Moscú y Transilvania. Guadalajara es el último paso para cerrar un laureado 2021. Llegó a la cancha mexicana como un rodillo: encadenaba 16 parciales seguidos a su favor. Los 12 triunfos consecutivos de la estonia la hacían ver como la favorita. Pasó por encima de las checas Krejcikova (6-3 y 6-4) y de Pliskova (6-4 y 6-0). Hasta que se topó con Garbiñe Muguruza en el último encuentro de la primera fase y se acabó su racha (doble 6-4). Meses antes, en la Copa Kremlin Kontaveit venció a la española (doble 6-1). Este jueves volverán a encontrarse. Ahora en la final. “Es un momento emocionante para mí, esta es mi gran final. Creo que tengo mucha confianza en mí misma. Lo voy a disfrutar”, contó la estonia horas antes de encarar dicha final (2.30, hora española) contra la exnúmero uno del mundo. “Estoy lista para un juego duro”, agregó la jugadora que, según admite, se ve en el espejo de Maria Sharapova, Victoria Azarenka o Roger Federer.

Para alcanzar la final del Masters en México pasó por encima de Maria Sakkari (6-1 y doble 6-3). Le bastó destapar el jarrón de la astucia y elegancia para doblegar a una efusiva griega, impulsada por las gradas, que no supo cómo atacar y mantener la ofensiva. Un grupo de no más de cinco estonios intentaron impulsar a su tenista vestidos de gorra roja y una bandera del país. “Siempre ha sido un honor representar a mi país. Es un país pequeño, pero es realmente bello”, dijo en conferencia de prensa. Vestida con una camiseta sin mangas color verde esmeralda, en un guiño para los mexicanos, ha salido imperturbable a la pista y por los pasillos. La imagen que ha inundado los medios es el festejo con grito incluido de la estonia.

“Los últimos meses me han mostrado que puedo jugar bastante bien, que puedo vencer a grandes jugadoras constantemente. Tengo esta confianza en mí misma. Cuando vine aquí, por supuesto, no tenía nada que perder”, zanjó Kontaveit, quien hizo madrugar a las tres de la mañana a sus compatriotas para seguirle por televisión desde Estonia. El duelo entre Muguruza y Kontaveit, con un primer round ganado por la española, llega a su momento cumbre.

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