La subida de precios contagia a la alimentación y el transporte

El Instituto Nacional de Estadística ha revisado este miércoles a la baja el dato de inflación española. Los precios subieron finalmente en noviembre un 5,5%, una décima menos de lo anunciado en la estadística preliminar. La corrección no cambia lo fundamental: se trata de la cifra más elevada de los últimos 29 años, y un ritmo muy superior al que crecen los salarios. También el dato mensual más alto del año, por encima del 5,4% de octubre. Han contribuido a que la escalada del IPC continúe categorías como los precios asociados a la vivienda, en los que se incluye la electricidad (+16,8%); el transporte, muy penalizado por el alza de los combustibles (+13,5%); la alimentación y bebidas no alcohólicas (+3,3%) y los hoteles, cafés y restaurantes (+2,5%).
La inflación subyacente, que no tiene en cuenta los precios de la energía y de los alimentos frescos ―los elementos más volátiles―, no sufre ninguna rectificación, y pasa del 1,4% al 1,7% como se había anunciado hace dos semanas. Canarias es la comunidad donde más subieron los precios en noviembre en términos anuales, y Asturias la única en la que baja.
El anuncio del INE llega en un momento culminante de la temporada para el comercio, la campaña navideña. Y con los precios de la energía disparados en diciembre: este miércoles la electricidad alcanzará su máximo histórico con 291 euros por megavatio hora. Estas son las principales conclusiones de la información suministrada por la entidad.
Alimentos y bebidas no alcohólicas. Es la categoría que más ha contribuido en noviembre a la subida del IPC. Todos los tipos de carne suben de precio salvo la de cerdo, que baja ligeramente, lo cual contrasta con lo sucedido el pasado año, cuando su precio bajó. De hecho, la carne de ovino y caprino, con un avance respecto al mes pasado del 6,9%, es la segunda partida que más sube de todas las que cubre el índice. En menor medida, también suben el pescado y los mariscos, la leche, el queso, los huevos, el pan y los cereales. Y las frutas bajan menos de lo que lo hicieron el año pasado.
Si en lugar de mirar mes a mes, se comparan los precios con el año pasado, hay productos que acumulan una fuerte revalorización, como el aceite de oliva (+25,5%), la carne de ovino y caprino (15%), los refrescos (+10,5%), las pastas alimenticias y el cuscús (+10,3%), los alimentos para bebé (7,2%) y las frutas frescas o refrigeradas (+6%).
Transporte. La segunda área con más influencia en el IPC de noviembre es la del transporte personal. La gasolina y el gasóleo se encarecieron un 1,9% respecto a octubre, y frente a noviembre del año pasado valen un 29,4% y un 32,8% más respectivamente. La subida de los precios del petróleo, que en el caso del barril de Brent ha sido del 44%, ha empujado al alza lo que los consumidores pagan en las gasolineras.
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Hoteles, cafés y restaurantes. Los precios de los hoteles, hostales, pensiones y servicios de alojamiento similares han caído en noviembre menos de lo que lo hicieron el año pasado, posiblemente gracias a que el sector ha buscado extender la temporada de verano, incentivando las visitas para paliar las pérdidas estivales. Los precios repuntan frente a noviembre del año pasado un 24,2%. En el caso de los restaurantes y cafés, subieron sus tarifas un 0,3% frente al mes pasado, y acumulan en 12 meses un alza del 1,8%.
Vivienda. La caída del precio de la electricidad en noviembre respecto al mes pasado ha sido clave para la bajada que ha experimentado esta categoría. La luz bajó un 6,8% frente a octubre, pero sigue siendo un 46,7% más cara que en noviembre de 2020. El gas natural se mantuvo sin cambios respecto al mes pasado, y su revalorización anual es inferior, del 11,3%, mientras que los hidrocarburos licuados como el butano y el propano suben un 2,4% (el 33,6% anual). Otros componentes también se han encarecido: los muebles para el hogar suben en un año un 4,7%.
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