La tensión vuelve a Wall Street ante los nuevos aranceles de Trump a Apple y la UE

Donald Trump no está dispuesto a conceder tregua a los inversores. Cuando los mercados estaban intentando asimilar su proyecto de ley de impuestos y gastos, el presidente estadounidense ha vuelto a enarbolar la bandera del proteccionismo. La tregua comercial y el avance de las negociaciones entre EE UU y sus socios comerciales habían permitido a las Bolsas sobreponerse al susto del Día de la Liberación, pero los analistas ya lo advertían: la improvisación de la Casa Blanca hacía complicado cantar victoria.

En una jornada en la que los inversores esperaban una menor actividad por la cercanía de la festividad del Memorial Day, el republicano ha vuelto a echar mano de las redes sociales para avanzar nuevas sanciones sobre Apple y la UE. Las Bolsas que en las últimas semanas se habían recuperado con fuerza, vuelven a sentir la presión. Los índices europeos registran pérdidas de más del 2% mientras Wall Street inicia la jornada con recortes que rondan el 1%. Las caídas de este viernes sumados a los descensos de las sesiones anteriores en las que la renta fija volvió a poner en alerta a los mercados, llevan la renta variable estadounidense a registrar pérdidas cercanas al 2,5% en la semana, el peor registro desde mediados de abril.

Trump ha dicho que estudia imponer un gravamen del 50% a las importaciones de la UE a partir del 1 de junio. Las Bolsas europeas, que desde primera hora habían intentado la remontada, se han dado la vuelta y registran pérdidas de más del 2%. El Ibex 35 no queda al margen. El selectivo español baja más de un 2,5% y, además de despedirse de los 14.000 puntos, dice adiós a las ganancias en la semana.

En paralelo a las amenazas a Europa, el republicano ha puesto en el centro de la diana a Apple. “Hace tiempo que informé a Apple de que espero que los iPhone que se vendan en EE UU se fabriquen aquí y no en India ni en ningún otro lugar. Si no es así, Apple deberá pagar un arancel de al menos el 25%”, ha escrito el mandatario en la red social Truth.

La advertencia reaviva las tensiones sobre la dependencia de la compañía tecnológica de su cadena de suministro en Asia, justo cuando intenta diversificar la producción fuera de China. La respuesta de los inversores no se ha hecho esperar. Poco antes de la apertura, las acciones del gigante de la manzana ceden más del 3,5% en el mercado de futuros.

Caídas generalizadas

En los mercados del Viejo Continente, los números rojos afectan a todos los sectores, siendo las entidades bancarias y los fabricantes de coches los más afectados. Entre las automovilísticas, Stellantis, Ferrari, Mercedes-Benz y BMW registran caídas superiores al 3%. Mientras, en el sector financiero, BBVA lidera los recortes al dejarse un 3,5%.

Como ya ocurrió con el anuncio de la tregua comercial, los nuevos aranceles llegan en plena sacudida en el mercado de deuda. La rebaja de la calificación por parte de Moody’s y las crecientes preocupaciones acerca de la sostenibilidad de las finanzas públicas habían llevado a los inversores a acelerar la venta de bonos estadounidenses. En las últimas sesiones, la rentabilidad de la deuda a 30 de la primera economía del mundo había escalado a máximos de 2022, con un dólar que se había debilitado hasta las 1,13 unidades por euro.

Después del débil dato de PMI de la zona euro en el mes de mayo, los gravámenes resucitan los temores de recesión entre los inversores. Los gestores van desprendiéndose de las acciones y acelerando la compra de bonos, especialmente, los de la zona euro. Como resultado de esa mayor demanda, la rentabilidad de la deuda española a 10 años cae del 3,2% mientras que la de los títulos de Alemania se repliega al 2,5%. La referencia de EE UU a 30 años hace equilibrios sobre el 5%.

A medida que el rumbo de la Casa Blanca se va haciendo más errático, Europa está pasando a ser percibida por los mercados como una opción algo más estable. A las expectativas generadas por el plan fiscal Alemán, se le suma un marco político que tiende a dar menos volantazos y la convicción de que el BCE podría actuar si la situación empeorara. A diferencia de Estados Unidos, donde la inflación continúa siendo resistente, los precios en la zona euro se siguen moderando. Esto da más margen de maniobra a Christine Lagarde para acelerar la rebaja de tipos para contener el impacto de los aranceles.

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