Las víctimas que denuncian abusos de Albert Benaiges estudian una acción conjunta

Joana, nombre ficticio, se siente angustiada. Está inquieta desde que salieron a la luz este viernes las denuncias de abuso sexual contra el excoordinador del futbol base del FC Barcelona, Albert Benaiges, en su etapa de maestro de educación física en la Escola Barcelona, situada en el barrio barcelonés de Les Corts. Ella, exalumna, le sufrió. Y hace dos días que sus recuerdos vuelan descontrolados. “Es como si se hubiera abierto una puerta que tenía cerrada”.
Su caso no es excepcional. Muchos de sus compañeros viven una situación parecida y ahora pretenden actuar contra el que fuera su maestro tras la publicación del diario Ara que sacó a la luz el caso. El sábado crearon un grupo de whatsapp llamado Clase para poner en contacto a todos los exalumnos de su generación y analizar las opciones que podía tomar. “Hay mucha gente que quiere denunciar de forma individual”, explica Joana, “pero ahora estudiamos realizar alguna acción conjunta. Es una opción que contemplamos”. Los Mossos investigan el caso a raíz de una primera denuncia. Algunos de los excompañeros que residen actualmente lejos de Cataluña tienen previsto volver a casa por Navidad y aprovechar su estancia para unirse a las denuncias.
Admite Joana que su experiencia de niña cerca de Benaiges la ha marcado de adulta. Especialmente cuando buscaba escuela para sus dos hijos. “Todo aquello me afectó y sufrí ansiedad al buscar la escuela para los pequeños. Lo planteé a mi psicólogo, que me ayudó a tomarlo con perspectiva. Tuve que ser consciente de que lo que pasamos no ocurre en todos los colegios”. La exalumna rememora la tendencia de Benaiges de entrar en los vestuarios de chicas, cuando ellas tenían entre 10 y 12 años, y se duchaban. “Nos ponía muy nerviosas”, dice. “Le pedíamos que picara a la puerta antes de entrar, pero hacía lo contrario: abrir la puerta y picar luego, como si hiciera una broma”.
Existe una sensación generalizada de que Benaiges actuaba con cierta “impunidad”. “Nadie cuestionaba lo que hacía en la escuela”, analiza. “Parecía que todo estaba bien. La dirección y los profesores alucinaban con él porque estaba en contacto con el Barça”. El excoordinador del futbol base azulgrana entró en el club en 1991 y traía a jugadores a la escuela en jornadas especiales. “Por allí pasaron Koeman, Zubizarreta y muchos otros”, agrega Joana. “Y aquello le convertía en especial. Él jugaba con esta condición”.
Comportamientos extraños
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Los alumnos, en todo caso, tenían la sensación de que “pasaba algo que no estaba bien”. “Benaiges se llevaba a los chicos con aptitudes deportivas al gimnasio y hacían juegos en los que se bajaba el pene o se tocaban”, dice, confirmando la investigación del Ara. “En el patio había unas ventanas que daban al gimnasio, y allí nos poníamos a mirar si veíamos alguna cosa”, insiste Joana. Con el paso del tiempo, en los encuentros de exalumnos, los comportamientos de su exprofesor se fueron conociendo con más profundidad. “Siempre hablábamos de ello”.
La investigación sobre el caso de Benaiges pretende ahora poner el foco sobre su paso por el futbol formativo del Club Chivas de Guadalajara de México. La periodista Gemma Montero, de la emisora Rac-1, conocía los casos de la escuela Barcelona antes de que la información de Albert Llimós en el diario Ara saliera a la luz, y asegura que existen publicaciones en México que aseguran que las familias de los niños del club se quejaron de su manera de trabajar. “Se dan detalles que coinciden con la escuela de Barcelona, en el que se repiten escenas en las duchas”, apunta Montero. Llimós entiende que “hubo malas praxis, pero de momento no se han confirmado casos de abusos”. Benaiges llegó al Chivas de Guadalajara en verano del 2014 y fue despedido en octubre del mismo año.
EL PAÍS se ha puesto en contacto con Benaiges pero no ha obtenido respuesta. Su entorno familiar admite que “está jodido”.
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