Los datos de la EPA desmontan las argucias catastrofistas

Trabajadores de la construcción en una localidad de Valencia.
Trabajadores de la construcción en una localidad de Valencia.Mònica Torres

En creación de empleo, población ocupada y paro, las cifras son rotundas. España ha dado la vuelta en 2021 a su peor crisis desde la Guerra Civil y supera ya los niveles de 2019, previos a la pandemia. Pero entre el dicho y el hecho, hay un abismo que algunos se resisten a superar. Generan falsas profecías, mitos, inexactitudes o falsedades. Como estas:

1. “A este paso el paro llegará al 35%” en 2021, declaró Daniel Lacalle, entonces secretario de Economía del PP, a El Mundo (31/3/2020). Ha sido del 13,3%, 2,8 puntos menos que en 2020 (16,1%). La tasa más alta de la serie histórica —el 26,94% de la población activa— fue la de 2013, bajo el Gobierno Rajoy y tras el rebote de la crisis europea de 2008 en 2011.

2. “Hay más malas noticias” que “buenas” en la EPA, ha reaccionado ahora Pablo Casado. Incluye como parados a 100.000 de los ERTE, 100.000 autónomos y otros tantos que “ya no buscan empleo”. Esas categorías nunca han figurado en los datos históricos de paro de la EPA. Incluso si tuviese razón en que hubieran esos parados no contabilizados, su cuantía conjunta no desautoriza la superior creación de empleos en el año: 840.600, cifra solo superada en 2005.

3. El empleo privado “no ha crecido, aún no se ha recuperado”, añadió Casado, en la estela de la portavoz Cuca Gamarra con las cifras del SEPE del 4 de enero: son datos “dopados de gasto público”, dijo significando que los empleos en las Administraciones públicas crecieron más que los privados. Falso. La ocupación del sector privado aumentó en 2021 en 744.300 personas (un 4,66%); la del sector público, 96.400 (un 2,85%). Ambos dirigentes se equipan con datos de anticuario: la prevalencia de creación de puestos en el sector público se produjo en 2020 y en el primer trimestre de 2021 por las exigencias de la pandemia en la sanidad pública.

4. “Hay un problema de competitividad”, insistió Casado, calcando el argumento de los medios afines de hace un mes para caricaturizar el logro de la recuperación del mercado laboral. Confunde conceptos. Es obvio que a más gente trabajando e igual producto generado, menor es la productividad por unidad. El reto de la economía española es la dotación tecnológica y formativa que cualifiquen empleos para que aumenten su productividad, lo que debe conseguirse con los fondos europeos que el PP obstaculiza. La competitividad internacional se mide, entre otros datos, según las exportaciones. Las españolas alcanzaron en 2021 su récord histórico (229.963 millones de euros), listón un 6,7% superior al prepandémico de 2019.

5. Madrid, ¿autonomía campeona? Isabel Díaz Ayuso reaccionó destacando que los datos de empleo de la Comunidad de Madrid se han conseguido “con libertad, estabilidad y apertura”; ya dijo en abril que “es la única comunidad que está creando empleo”. Falso, entonces y ahora. La campeona en términos absolutos en 2021 ha sido Andalucía (166.800), seguida de Cataluña (157.600). En reducción del paro le ha precedido Cataluña (142.500 desempleados menos, contra 122.500).

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6. Los ERTE ¿son una trampa? La especie de que los ERTE eran unos falsos ERE para enmascarar el paro se hizo popular, en ambos sentidos de la palabra. “Se están convirtiendo en expedientes estructurales” y “tarde o temprano tiene que aflorar un paro que ahora está disfrazado” declaró al respecto a Vozpópuli el presidente de una patronal (1/8/21).

Datos del SEPE del día 4 de enero (no estos de la EPA): a final de 2021 había 102.000 trabajadores acogidos a ERTE. Eran 520.000 menos que un año antes. En el pico de la pandemia habían superado los tres millones. Lo que ha aflorado es un amplísimo mantenimiento de empleos, gracias a los ERTE.

Mejor un empacho de datos que una indigestión de ocurrencias.

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