Los ingresos hospitalarios se multiplican por cuatro en dos semanas en la provincia sudafricana donde se detectó ómicron

Los casos de nuevos positivos de la covid-19 no dejan de aumentar en Sudáfrica. El Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles (NICD, en sus siglas en inglés) registró el lunes 2.963 nuevos casos, con un aumento en la detección de positivos de un 15,2% (el día anterior estaba en 10,6%), situando la incidencia en 4,9 por cada 100.000 personas. Son datos que las autoridades sanitarias sudafricanas siguen con especial preocupación, por su impacto directo en el número de pacientes hospitalizados. Estos se han multiplicado en dos semanas por más de cuatro (un 330%) en la provincia de Gauteng, la región donde se detectó ómicron por primera vez, con uno de los índices más bajos de vacunación del país (menos del 40% tiene la pauta completa de la vacuna). Es también la más poblada del país, al incluir las ciudades de Pretoria y Johannesburgo. En la semana del 8 de noviembre había 135 personas ingresadas, una semana después 276 y la semana siguiente alcanzaron los 580 pacientes enfermos de la covid-19 ingresados. No es posible saber cuántos de ellos tienen la variante ómicron, porque la secuencia genética solo se realiza a un pequeño porcentaje de los test positivos.

Desde el Ministerio de Sanidad sudafricano aseguran que la variante ómicron ya se ha extendido a otras provincias, porque muchos de los casos detectados presentan síntomas relativamente leves. La semana pasada se detectaron en Gauteng 77 casos, de los que más de la mitad no estaban vacunados, pero lo que llamó la atención fue que personas que habían recibido la pauta completa de las vacunas autorizadas en Sudáfrica también se habían contagiado.

Hace tres meses la provincia de Gauteng (15 millones de habitantes) vivió un aumento de casos y luego una disminución que había continuado hasta la aparición de ómicron. Entre los casos detectados en los últimos días, hay un elevado número de jóvenes que podrían haberse contagiado en encuentros del final del curso académico, en los que se habrían relajado las medidas de precaución como el uso de la mascarilla o la distancia social. “Los síntomas que presentaban mis pacientes en las últimas dos semanas eran muy diferentes y mucho más leves a los que había tratado antes con contagiados por la covid-19. Se limitaban a dolor muscular y un cansancio que hacía que llevaran uno o dos días sintiéndose mal sin haber hecho ningún esfuerzo. También observamos que no habían perdido el sentido del olfato ni del gusto, y que el resfriado que presentaban era leve, por lo que podían pasar el virus en casa”, explicó el lunes a varios medios sudafricanos Angelique Coetzee, miembro de la Asociación Médica Sudafricana, que dio la señal de alarma para que se investigase este nuevo comportamiento detectado en sus pacientes.

A la espera de los resultados de la campaña de aceleración en la vacunación que lanzó esta semana el Gobierno —solo el 35,6% de población está inoculada—, los científicos sudafricanos siguen recibiendo el apoyo de los que valoran su concienzudo trabajo de segmentación del virus. Entre ellos, el de la Asociación de Científicos Españoles en Sudáfrica, que emitió ayer un comunicado para compartir “la frustración y desesperación por la injusta estigmatización, sin justificación científica, a un país que, a pesar de desarrollar investigaciones de primer nivel en múltiples ámbitos, ha visto sus recursos financieros mermados y a una sociedad extenuada por las trágicas condiciones socioeconómicas provocadas por la crisis de la covid-19″.

Fórmula completa

En el país austral también se celebró ayer que finalmente la multinacional Johnson&Johnson anunciase un acuerdo con la farmacéutica sudafricana Aspen para que esta última fabrique sus propias vacunas contra la covid-19 al recibir la fórmula completa, el acceso a la propiedad intelectual. Hasta el momento, existía un acuerdo de “llenado y acabado” de la vacuna —con el que se han manufacturado más de 100 millones de dosis de la de Jansen hasta la fecha que, según la farmacéutica, en su mayoría se han quedado en el continente–, pero con el nuevo acuerdo Aspen fabricará la primera vacuna hecha en el continente y que se distribuirá en África.

En el comunicado, se asegura que Aspenovax será fabricada hasta el 31 de diciembre de 2026, y se especifica que “contempla un buen compromiso entre las partes para discutir la expansión del acuerdo para incluir cualquier versión nueva del fármaco como las desarrolladas para nuevas variantes o fórmulas diferentes o la administración de refuerzos”. Stephen Saad, jefe Ejecutivo del Grupo Aspen, recordó que “la covid-19 ha subrayado de forma global el desigual acceso a las vacunas, algo que no hay lugar donde sea más evidente que en África, donde históricamente no ha habido más opción que exportar el 99% de las vacunas que precisaba”. Y concluyó asegurando que “África sigue constreñida por las vacunas, lo que impide una respuesta eficaz a la necesidad de proteger a los africanos contra el virus”.

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