Los presos de ETA piden que se acaben los homenajes públicos a los exreclusos de la banda porque causan “dolor” a las víctimas

El colectivo de presos de ETA (el autodenominado EPPK) ha hecho público este lunes un comunicado en el que admiten que los recibimientos que se les hacen cuando abandonan la cárcel, los conocidos como ongi etorri, causan “dolor” a las víctimas. En el documento, parte del cual ha sido adelantado por los diarios Berria y Naiz, piden que ese tipo de homenajes se hagan “en lo sucesivo” únicamente en espacios privados y “entre allegados”. Las asociaciones de víctimas han esgrimido en los últimos meses la celebración de estos recibimientos para pedir al Ministerio del Interior que cesase en la política de acercamiento de los reclusos de la organización terrorista a prisiones del País Vasco, Navarra y de las provincias limítrofes a ambas comunidades.
El observatorio de radicalización del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) tiene contabilizados 94 homenajes realizados en 2019, 158 en 2020 y 80 hasta agosto de este año. EH Bildu, en un debate en la Cámara vasca del pasado 11 de noviembre sobre estos recibimientos, afirmaba que de las 35 salidas de presos de ETA de la cárcel que se habían producido ese año solo dos ongi etorri habían tenido “eco público”. El último se produjo en el barrio bilbaíno de Santutxu, en agosto pasado, cuando el expreso Agustín Almaraz, condenado por cuatro asesinatos, fue recibido con un paseíllo de personas y música. En una entrevista a EL PAÍS del pasado octubre, Fernando Grande-Marlaska destacaba que este tipo de actos había “disminuido de una forma ostensible” en los últimos años, pero pedía a la izquierda abertzale que promoviera la desaparición de los ongi etorri.
En la parte del comunicado conocido este lunes, el EPPK asegura que con esta medida cortar la “polémica estéril” que, en su opinión, alimentan “ciertos agentes y partidos” a los que acusa de buscar “irresponsablemente la confrontación en vez de la convivencia”. En este sentido, el documento recuerda que se acaban de cumplir 10 años desde que ETA anunció el fin de su actividad terrorista. Sobre las víctimas, los presos etarras reconocen que “hay personas que han expresado honestamente que sienten dolor con los ongi etorri públicos. Son personas damnificadas a consecuencia de las acciones de nuestra militancia del pasado y comprendemos que puedan sentirse dolidas”, añade antes de mostrar su intención de “aliviar todo sufrimiento y abrir nuevas opciones, ir sanando heridas y fortalecer la convivencia entre la ciudadanía vasca”.
Por ello, y aunque el comunicado insiste en que todo recluso de la banda armada, cuando sale en libertad “tiene derecho a recibir el abrazo de sus allegados”, el EPPK considera “conveniente” que, a partir de ahora, las excarcelaciones no se vean acompañadas de homenajes públicos. “Que nuestra alegría por quedar libres sea compartida con quienes nos esperan en la misma puerta de la cárcel o con quienes nos reciben de modo discreto”, continúa el texto. Con ello, añade el texto, los presos aseguran hacer “una aportación individual y colectiva” a la convivencia y la paz. El EPPK destaca que el comunicado se ha hecho público tras consultar a los algo más de 200 miembros de la organización terrorista que permanecen encarcelados tanto en España como en Francia.
El debate sobre los ongi etorri no es nuevo en el seno del colectivo de presos etarras. Dos portavoces del EPPK, Ainhoa Mujika Goñi y Juan Antonio Olarra Guridi, ya trasmitieron, en octubre de 2020, al dirigente de una organización de apoyo que los visitó en la cárcel de Albolote (Granada) donde entonces estaban recluidos, que la intención de estos homenajes a los exreclusos cuando abandonaban definitivamente la prisión no era “en ningún caso” causar dolor y que, por ello, abogaban por “encontrar fórmulas que no fueran hirientes”, según se recoge en un acta de ese encuentro al que ha tenido acceso este diario. No obstante, Mujika y Olarra se quejaban entonces que la situación de los etarras en las cárceles no había cambiado en su opinión y que ello provocaba “rabia y frustración” en familiares y amigos, lo que alimentaba “las posiciones críticas” al abandono de la violencia terrorista por parte de ETA. “Si los presos cumplieran sus condenas como marca la ley, con permisos, esto seguramente cambiaría radicalmente”, afirmaban entonces. Desde el pasado julio, no queda ninguno recluso de la organización terrorista en cárceles situadas al sur de Madrid, y 83 están en cárceles de Euskadi y Navarra.
Enlace de origen : Los presos de ETA piden que se acaben los homenajes públicos a los exreclusos de la banda porque causan “dolor” a las víctimas