Mañueco insiste en reemplazar el decreto de memoria por una “ley de concordia” y en proteger a las víctimas de la “violencia intrafamiliar”

El futuro presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco (PP), ha prometido este lunes que la ley autonómica de violencia de género se va a mantener más allá de la inminente aplicación de una legislación de “violencia intrafamiliar”. Durante su discurso de investidura ante las Cortes, el mandatario ha asegurado además que se va a impulsar un decreto “de concordia” sin aludir a si reemplazará al actual de Memoria histórica. El líder de Vox en la comunidad y próximo vicepresidente, Juan García-Gallardo ha asegurado a EL PAÍS que la sustituirá. Mañueco ha alabado la “generosidad” de su partido y de Vox para fraguar el acuerdo que ha facilitado su investidura, que se celebra este lunes en las Cortes. El mandatario, que revalidará el cargo gracias a esta nueva coalición, ha defendido en su discurso de investidura un Ejecutivo conjunto “sin complejos” y que va a trabajar “como una piña”.
El pacto entre ambas formaciones supone la primera alianza de los conservadores con la extrema derecha. El líder de Vox, Santiago Abascal, ha asistido este lunes por la mañana al discurso de Mañueco en el Parlamento. El PP ha enviado al vicesecretario de Coordinación Autonómica, Pedro Rollán, y la vicepresidenta del Congreso, Ana Pastor. Javier Maroto, portavoz en el Senado y miembro del comité de dirección, tiene previsto acudir al debate por la tarde.
La impronta de la extrema derecha se ha dejado notar en dos ejes claves para la futura normativa de Castilla y León: la gestión del decreto de Memoria histórica y la ley de violencia de género. El candidato ha instado a “reivindicar nuestra historia común y entenderla como elemento integrador para la reconciliación”, imitando el mensaje de García-Gallardo la semana pasada en las Cortes. “Vamos a comenzar la tramitación de una normativa de concordia que integrará toda la regulación en la materia, como elemento de reconciliación y evitando la utilización de la historia para dividir a los españoles”, ha explicado, sin aludir al futuro del decreto actual de Memoria histórica en la comunidad.
Vox no ha aplaudido a su socio cuando ha anunciado que se mantendrá la ley de lucha contra la violencia de género. “No vamos a dar un paso atrás en los derechos reconocidos”, ha pregonado Mañueco, que sí ha expuesto que se propugnará una “nueva Ley de Lucha Contra la Violencia Intrafamiliar, para generar nuevos derechos y proteger a las víctimas”. El sello de la formación de Abascal también se ha colado en menciones al “fenómeno delictivo de la ocupación” o contra un “adoctrinamiento ideológico” que para Mañueco “no existe”, pero contra el que ha aseverado que trabajará. Otra clave de su comparecencia ha sido la búsqueda de una “migración ordenada”, una línea de su acuerdo firmado con Vox”, criticando supuestas “mafias ilegales” y que contribuya “al futuro de España y de Castilla y León”.
Vox no duda del apoyo de Feijóo
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El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha sostenido al llegar a las Cortes que “no hay ninguna duda del apoyo” del líder del PP nacional, Alberto Núñez Feijóo, al gobierno de coalición en la Comunidad castellana y leonesa. Abascal ha justificado la ausencia de su homólogo por la agenda del dirigente. Feijóo, que tenía una reunión de su comité de dirección este lunes, ha trasladado a este órgano interno “su interés en asistir a la toma de posesión de Mañueco, [prevista para el próximo 18 de abril] siempre que lo agenda se lo permita”, informa Elsa G. Blas.
“Este es un gobierno que va a tener muchos enemigos, y por eso es una buena razón para estar defendiéndolo hoy aquí”, ha manifestado sobres su presencia en Valladolid. El presidente de Vox ha evitado valorar el cordón democrático que los partidos franceses han pedido contra Le Pen, mientras que García-Gallardo se ha referido a ello como “cordón antidemocrático”.
El discurso de Mañueco, de una hora de duración, ha reiterado las claves que ha ido pronunciando desde que ganó las elecciones y se alió con Vox. El dirigente ha insistido en que así ha evitado la repetición electoral y ha traído “estabilidad” para el territorio, pero ha intentado marcar distancias con un Vox cuya “generosidad, responsabilidad y capacidad de acuerdo” ha alabado. “Quiero expresar a este partido, personalizándolo en [el futuro vicepresidente y líder autonómico de Vox] Juan García-Gallardo, mi reconocimiento por su voluntad de llegar a un acuerdo viable y firme”, ha agradecido Mañueco, que ha acusado al PSOE de no buscar consensos: “Algunos se autoexcluyeron de inmediato, lo que lamento profundamente”. Los socialistas ofrecieron su abstención para evitar que los ultras entraran en la Junta a cambio de que el PP rompiera con Vox en el ámbito nacional, algo que ambos rechazaron. El PP se levantó de la mesa de negociación con el PSOE a los 15 minutos al hablar estos de “corrupción”.
El aún presidente en funciones, respaldado por sus 31 procuradores y los 13 de Vox sobre los 81 de la Cámara, ha sostenido que el acuerdo suscrito con el partido de extrema dercha es “la única alternativa viable para evitar una repetición electoral que nadie quería” y que “garantiza cuatro años de estabilidad”.
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