Marruecos y España abren las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla esta medianoche

Un vehículo circula en las inmediaciones del puesto fronterizo de Beni Enzar (cercano a Melilla), en las horas previas a su reapertura, este lunes.
Un vehículo circula en las inmediaciones del puesto fronterizo de Beni Enzar (cercano a Melilla), en las horas previas a su reapertura, este lunes.Adriana Thomasa

Las fronteras de Ceuta y Melilla abren este martes a la medianoche después de 26 meses cerradas. La fecha coincide con el primer aniversario de la entrada de más de 10.000 personas en Ceuta gracias a la permisividad de los guardas marroquíes, el episodio que mejor ejemplificó la mala relación entre España y Marruecos en aquella época. Durante esas semanas de mayo fueron atacados con el programa de espionaje Pegasus los teléfonos del presidente del Gobierno español, la ministra de Defensa, el ministro del Interior y el ministro de Agricultura.

Pasadas las once de la noche, la delegada del Gobierno en Ceuta, Salvadora Mateos, se acercará a la frontera para encontrarse en un acto con autoridades locales marroquíes. Irá acompañada de los responsables policiales de Ceuta como gesto de confraternización.

La frontera se cerró el 13 de marzo de 2020, a causa de la pandemia, pero Marruecos la mantuvo cerrada después con la intención de presionar a España para que modifique su postura sobre el Sáhara. La reapertura, negociada por autoridades españolas y marroquíes, en las últimas semanas, es solo un pequeño paso hacia la normalidad. El tránsito por las fronteras estará abierto hasta el 31 de mayo únicamente para los ciudadanos y residentes de la Unión Europea y para aquellas personas autorizadas a circular en el espacio Schengen.

El colectivo de trabajadores transfronterizos, acostumbrados a entrar cada día en Ceuta y Melilla para trabajar y volver a dormir a sus casas, no podrá cruzar los pasos hasta el próximo día 31 de mayo. Tampoco la entrada de estos empleados marroquíes supondrá un gran flujo de personas: antes de la pandemia había cerca de 5.000 transfronterizos, pero ahora, los que tienen sus papeles en vigor (requisito indispensable para entrar y salir) rondan los dos centenares de personas.

La frontera, en cualquier caso, ya no será la misma. Ambos países tienen claro que el comercio atípico o contrabando dejará de formar parte del día a día de las dos ciudades autónomas. Ese era un deseo expreso de las autoridades marroquíes, que habían adoptado en octubre de 2019 medidas unilaterales en ese sentido, como el cierre del paso de Tarajal, por donde entraban a Ceuta las porteadoras. Por lo pronto, está prohibido la entrada de mercancías de un país a otro.

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Los preparativos se han intensificado en los últimos días a la espera del pistoletazo de salida a medianoche. A los más de 2.000 agentes de Policía Nacional y Guardia Civil desplegados en las dos ciudades, se suman otros 120 en Melilla y 100 en Ceuta.

Tranquilidad en la frontera

Al otro lado de la frontera, en Findeq (antigua Castillejos), a solo 15 kilómetros de Ceuta, el ambiente permanecía muy tranquilo la tarde de este lunes. La clientela del hotel más próximo a la frontera eran estaba formada básicamente por periodistas españoles y policías marroquíes. El paso hacia la frontera con España estaba impedido a viandantes y conductores por una verja situada en la glorieta, pero a las 19.17 se abrió solo para que pasaran cuatro furgonetas blancas de las fuerzas de seguridad marroquíes. A las siete de la tarde —una hora menos que en la España peninsular—, a solo cuatro horas para que abriesen la frontera, no había ni un solo coche al margen de dos vehículos policiales en la última rotonda antes del paso fronterizo. Un agente explicaba: “La gente sabe, ya que se abrirá a partir de las once de la noche, la medianoche en España. Por eso aquí no hay nadie. Pero creo que en el otro lado de la frontera hay mucha gente que quiere venir”.

En Ceuta, a cuatro horas de la apertura, varios vecinos comentan que habrá más tránsito hacia Marruecos que a la inversa y lo explican en el hecho de que muchos españoles y residentes en Ceuta tienen casa y familiares al otro lado de la frontera. Aseguran estos ceutíes que no tienen claros los requisitos sanitarios de entrada en territorio marroquí.

Para los que salgan hacia Marruecos no habrá restricciones más allá de las sanitarias y el pasaporte. La exigencia de pasaporte para ir a Marruecos supondrá un cambio para los españoles que residen en Melilla porque, hasta ahora, podían cruzar a la provincia vecina de Nador con su DNI, sin necesidad de sellar en frontera, como sí debían hacerlo otros ciudadanos españoles. En el paso de Ceuta, sin embargo, sí se exigía el pasaporte a todos los residentes en la ciudad autónoma. Por su parte, los vecinos de Nador y Tetuán, que antes podían transitar con su documento de identidad, no están, de momento, contemplados en las dos primeras fases, y no está claro qué ocurrirá con ellos cuando sigue sobre la mesa la posibilidad de empezar a exigirles visado para entrar.

Las horas previas a la apertura transcurren con tranquilidad en la frontera ceutí. Seis pintores pasan frenéticamente sus rodillos para terminar de pintar de azul la verja que da acceso a la frontera. Mientras, otra media decena de operarios barre y riega el polvo de las obras de acondicionamiento terminadas in extremis. Fuera de la valla, el tránsito es intenso, pero de curiosos. Los coches llegan hasta la última rotonda de la verja de El Tarajal, echan un vistazo por la ventanilla bajada, graban, y siguen su camino. Un grupo de jubilados y algunos niños en bañador también se han acercado hasta aquí para ver el movimiento de policías, cámaras de televisión y operarios.

En Melilla, el humor alternaba expectativa con desconfianza a unas horas de la reapertura. En el barrio fronterizo, negocios que llevaban dos años sin abrir han vuelto este lunes a levantar las persianas, especialmente los de comestibles. “Es muy precipitado”, se refería Sadiq, comerciante de 45 años, a prepararse para cruzar la misma madrugada de la reapertura, “hasta el sábado o el domingo no paso, que se sepa ya cómo va”. La esquina de su tienda va a dar directamente al paso internacional de Beni Enzar, el único de los cuatro pasos en Melilla que abrirá en esta primera fase. Los de Barrio Chino, Farhana y Mariguari, considerados pasos de vecindad solo para residentes en Nador y Melilla, permanecerán cerrados sin que se haya especificado cuándo y cómo abrirán. Otros empresarios, como Rachid Al-Lach, de 61 años, aguardan impacientes. “Me iba a ir por avión, tenía el billete y todo, pero es un fastidio”, explicaba la tarde del lunes, mientras preparaba el viaje por carretera. En 2004, trasladó su empresa de construcción a Saidia, una villa costera en la frontera con Argelia a 90 kilómetros en coche de Melilla. Desde 2020, ha viajado cada dos meses dando media vuelta en avión a España y a Marruecos: “Primero por Palma de Mallorca, luego por Barcelona y al final por Málaga; catastrófico, a veces había que irse hasta Fez para volver a Nador”.

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