“Me preocupa que las bajas por la menstruación refuercen el estereotipo de que las mujeres son débiles”

Jerilynn Prior, directora científica del Centro para la Investigación del Ciclo Menstrual y la Ovulación de Vancouver.
Jerilynn Prior, directora científica del Centro para la Investigación del Ciclo Menstrual y la Ovulación de Vancouver.Martin Dee

Jerilynn Prior (Mt. Vernon, Washington, 78 años) es una de las mayores expertas en salud menstrual del mundo. Se fue a Canadá cómo “exiliada” porque quería trabajar en un sistema sanitario público y actualmente es directora científica del Centro para la Investigación del Ciclo Menstrual y la Ovulación de Vancouver (Cemcor, por su acrónimo en inglés), el único especializado en esta materia en el mundo.

Tuvo noticias de la ley española de salud sexual y reproductiva, que incluye una baja por periodos dolorosos, a través de EL PAÍS. Cuando este periódico le solicitó la entrevista, todavía se barajaba un permiso de tres días (el texto final, aprobado el martes, recoge que durará el tiempo que sea necesario en cada caso). Contesta desde su casa por videoconferencia.

Pregunta. Al enterarse del contenido del borrador de esta nueva ley preguntó si eran tres días al mes o al año. ¿Le sorprendió?

Respuesta. Sí.

P. ¿Por qué?

R. Porque no creo que las mujeres necesiten bajas de enfermedad por la regla todos los meses. La mayoría de las mujeres pueden recibir un tratamiento eficaz para los calambres con medicamentos de venta libre y económicos si saben cómo hacerlo.

P. ¿Qué tratamiento?

R. En la mayoría de los casos vale con ibuprofeno, que supongo que en España tampoco necesitará receta médica. La dosis estándar aquí es de 200 miligramos. Si la mujer se toma dos pastillas en cuanto nota las primeras sensaciones en la parte baja de la pelvis, y luego, tan pronto como comience a sentir que el dolor regresa, toma otra pastilla [de 200 miligramos]; si sigue haciendo esto, se adelanta al dolor. Con estas tomas, prácticamente todas las mujeres pueden evitar el dolor menstrual más fuerte. El problema es que los farmacéuticos y los médicos dicen que necesitas tomar ibuprofeno, sí. Pero cada cuatro o seis horas. Y para entonces ya tienes mucho dolor y no funciona.

P. Finalmente, el texto definitivo no estipula un número de días. Lo que viene a decir es que en cada caso el médico evaluará y que la baja será de los días necesarios, pagada por la Seguridad Social.

R. Este debería ser el caso para cualquiera que tenga dolor. Sea hombre, mujer, trans, quien sea. En otras palabras: no debería haber una norma concreta para una condición específica de las mujeres. Me preocupa que refuerce ciertos estereotipos: la idea cultural básica que hemos tenido durante siglos de que las mujeres son débiles, que son enfermizas, que no se puede confiar en ellas porque sus cuerpos las van a traicionar.

P. Es un debate que existe en España. Hay quien dice que puede acabar estigmatizando a las mujeres o que pueden perder oportunidades laborales. ¿Está de acuerdo con esto?

R. Sí. Hay algunas mujeres que tienen un tipo de dolor muy severo causado por una enfermedad llamada endometriosis, que produce que una parte del tejido del revestimiento del útero entre en el abdomen, en lugares donde no debería estar. Y todos los meses ese tejido sangra causando un gran dolor. Pero no es común. No es que sean el 10% de las mujeres. No se sabe el porcentaje exacto, pero son pocas. Así que cada uno debería ser tratado por su dolor sin necesidad de una baja específica.

P. Uno de los problemas de la endometriosis es que el diagnóstico es complicado y suele demorarse.

R. El problema del diagnóstico es que se necesita cirugía para estar seguro. Pero también sucede porque en cualquier parte del mundo el dolor de las mujeres tiende a ser minimizado en comparación con de los hombres. Por ejemplo, hace algunos años se estudió en Canadá la artritis en la cadera. Es algo muy doloroso y necesitas usar un bastón, lo cual es degradante. Pues los hombres con la misma duración de los síntomas se sometieron a una cirugía de reemplazo de cadera mucho más comúnmente que las mujeres. El dolor de las mujeres simplemente no se toma tan en serio como el de los hombres. Eso está mal. En otras palabras, necesitamos reconocer, necesitamos entender. Necesitamos llegar a la raíz del dolor en cualquier persona que ocurra. No se puede asumir que el dolor de las mujeres está en sus cabezas o que solo se quejan o están histéricas.

P. ¿No cree que generar el debate de la menstruación y sus problemas es útil para visibilizarlos?

R. Sí, es útil tener el debate. Es algo de lo que deberíamos hablar. Es importante hablar también sobre las causas del dolor, lo que se conoce como dismenorrea. Lo que piensa la medicina actualmente es que solo se producen dolores en los ciclos normales, en los ovulatorios. Ese es el mensaje general que dan los médicos. Nosotros hemos publicado recientemente información prospectiva de más de un año completo de 53 mujeres y vimos que no había diferencia en una misma mujer en un ciclo con o sin óvulo. Así que la idea de que los dolores solo aparecen en ciclos ovulatorios es falsa. El dolor aparece en ambos. Pero parece que dura más y es más intenso cuando la ovulación no es normal. Es exactamente lo contrario a lo que se piensa. En la mayoría de los casos, la ovulación se altera cuando hay estrés: cuando la mujer no es tratada correctamente en el centro de trabajo, cuando tienen doble trabajo en casa y fuera porque tiene que cuidar a menores y ancianos. En otras palabras, las inequidades con las que el sistema trata a la mujer generan más dolores, así que para rebajarlos habría que abordar este problema de fondo.

Las inequidades con las que el sistema trata a la mujer generan más dolores menstruales

P. España es el primer país europeo que se dispone a regular estas bajas menstruales y uno de los pocos occidentales. ¿Cuál cree que es la razón de que no estén más extendidas?

R. La razón puede ser doble. O los países no están dispuestos a diferenciar a las mujeres como más débiles que los hombres, o que quizás no les importe cómo sufren cuando tienen estos dolores menstruales. Pero los países en los que existe este tipo de legislación son generalmente en los que las mujeres están más desfavorecidas y reciben un trato menos equitativo en comparación con los hombres.

P. ¿Piensa que necesitar esta ley no es una buena señal?

R. Eso es.

P. ¿Cree que una ley como la española se extenderá, que tendrá éxito?

R. No puedo predecirlo. Pero me preocupa que haya una reacción de los hombres que no tengan las mismas facilidades por otros dolores y puede que generen rechazo a que las mujeres tengan estas bajas si para ellos es difícil conseguirlas. Será interesante seguir la legislación menstrual sobre el dolor de las mujeres españolas para ver cómo funciona. ¡Solo espero que las que necesitan estas bajas (con endometriosis, migrañas y/o simplemente cólicos menstruales severos) no terminen perdiendo sus trabajos!

P. ¿En Canadá han tenido este debate?

R. No, al menos que yo sepa.

P. Asumo que si no lo sabe usted, no lo ha habido.

R. Sí, yo también.

P. Una de las razones de ser de su centro es precisamente investigar sobre la menstruación, porque incluso muchas mujeres conocen poco sobre sus ciclos. ¿Cree que ayudaría a que conocieran mejor sus propios cuerpos?

R. Ayuda mucho prestar suficiente atención. Alguien ha definido los dolores menstruales como un ataque al corazón en el útero. Eso es lo que se siente. Por lo tanto, puede ser muy grave y tener efectos en todo el cuerpo. Si tomas el ibuprofeno rápidamente antes de que sientas un dolor intenso y entiendes cómo funciona, sentirás menos dolor.

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