Muere Monica Vitti, la ‘antidiva’ del cine italiano

La actriz italiana Monica Vitti en Venecia, en 1980.
La actriz italiana Monica Vitti en Venecia, en 1980.Archivio Cameraphoto Epoche

Fue la musa de Michelangelo Antonioni, pero también la colaboradora de Alberto Sordi, una intérprete capaz de transitar por igual por la tragedia y la comedia, en convertirse incluso en un icono de estilo gracias a su personalidad y su imagen poderosa. De devenir en referente de la mujer italiana emancipada y liberada. Y la recitadora de diálogos casi obtusos (”Me duele el pelo”, en El desierto rojo) o frases chistosas intraducibles (como cuando canta Ma ‘ndo hawaii se la banana non ce l’hai en Polvo de estrellas) Hoy, la actriz Monica Vitti ha fallecido en su Roma natal a los 92 años, según ha anunciado su marido, Roberto Russo. Llevaba años alejada de la vida pública, desde 2002, por culpa del alzhéimer que padecía. Vitti logró un equilibrio impresionante al aunar el cine de autor con comedia y a lo largo de su carrera estuvo alejada de los estereotipos del divismo que ha caracterizado a los actores.

Nacida Maria Luisa Ceciarelli, debutó con 14 años en el teatro justo al acabar la Segunda Guerra Mundial. Tras un salto titubeante al cine, los papeles con peso le llegaron gracias a Antonioni, que además se convirtió en su pareja sentimental: empezó, gracias a su voz profunda y singular, doblando al personaje de Dorian Gray en Il grido (1957). Después llegaría la trilogía de la incomunicación de Antonioni: La aventura (1960), La noche (1961) y El eclipse (1962), un mosaico de sentimientos y silencios con el que llegó al extranjero. Con Antonioni también colaboró en El desierto rojo (1964).

Su presencia en el cine de autor nunca desapareció, pero a finales de los años sesenta desembarcó, poderosa, en la comedia italiana, en títulos como La ragazza con la pistola (1968), de Mario Monicelli; El demonio de los celos (1970), de Ettore Scola, y El cinturón de castidad (1967) o Amor mío, ayúdame (1969), de Alberto Sordi, con quien encontraría un cómplice en ese género. Vitti además, por esta ambivalencia, trabajó con todos los actores grandes italianos como Vittorio Gassman, Ugo Tognazzi, Nino Manfredi, Marcello Mastroianni y el mismo Sordi.

Monica Vitti y Alain Delon en 'El eclipse' (1962).
Monica Vitti y Alain Delon en ‘El eclipse’ (1962).

Con Luis Buñuel trabajó en El fantasma de la libertad (1974), una serie de secuencias surrealistas sobre la moral en la sociedad, y con Antonioni repetiría, aunque para televisión, en El misterio de Oberwarld (1980). Diez años después debutó como directora en el cine con Escándalo secreto; había tenido una experiencia previa en televisión como realizadora de La fuggiDiva (1983). Escándalo secreto se convirtió, además, en su último trabajo como actriz en la gran pantalla, porque después solo actuó en el telefilme Ma tu mi vuoi bene? (1992). Con su pareja desde los setenta, Roberto Russo, también colaboró en varias ocasiones, entre ellas Flirt (1983), con la que ganó el Oso de Plata a la mejor actriz de la Berlinale.

Entre 1993 y 1995 publicó los dos volúmenes de su autobiografía. Primero llegó Siete sonatas y después La cama es una rosa, un libro más introspectivo, en los que hablaba de sus problemas oculares (era astigmática, miope, hipermétrope y sufría de presbicia), confesaba sus cuatro intentos de suicidio, sus dudas profesionales y vitales.

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