Pedro Sánchez intenta salvar la cumbre europea pidiendo un trato especial a la península Ibérica como isla energética

Pedro Sánchez busca una salida para intentar que la Unión Europea le permita desacoplar el precio del gas del de la electricidad en España sorteando las resistencias de los países más duros, en especial Holanda y Alemania. El presidente va a tratar de salvar la cumbre decisiva sobre la energía con una petición muy clara, a la vista de que lograr un acuerdo que se pueda aplicar en todos los países de la UE de momento parece casi imposible: que los Veintisiete permitan a España y Portugal, los dos países de la Península Ibérica, actuar como “isla energética” —apenas hay interconexiones con los demás, al contrario de lo que sucede en la mayoría de los países de la UE— y aplicar fórmulas diferentes a los demás sin romper el mercado energético común.

Una especie de excepción ibérica temporal con la justificación de ese aislamiento. Sánchez lo ha explicado muy claro ante la prensa a la entrada en la cumbre de Bruselas: “Ahora es importante tener una fórmula que se adecúe a la realidad geográfica de la península Ibérica. España y Portugal estamos prácticamente aislados del resto, tenemos unas interconexiones que no llegan al 2,8%. Estas particularidades nos dañan, porque estamos aislados, pero todas las normas comunes se aplican sobre nosotros. Por eso planteamos una solución para la península Ibérica”, ha asegurado el presidente.

Después de una intensa gira europea, y de recibir críticas de algunos países como Holanda que le acusan de “intervencionista”, Sánchez ya tiene muy claro que en este encuentro no podrá lograr un consenso para que toda la UE pueda cambiar el mercado eléctrico y desacoplar el precio del gas del de la electricidad.

Esto es algo que afecta a todos. El gas, disparado por la guerra de Ucrania, tira al alza del precio de la electricidad a pesar de que buena parte se genere sin gas. Pero es especialmente grave en el caso de España, que solo tiene un 15% de energía eléctrica generada a partir de gas (las centrales de ciclo combinado) y, sin embargo, marca el precio de toda, incluida la que se genera con energía renovable o nuclear, muchísimo más barata. Es un desajuste que Sánchez y otros países exigen cambiar. Pero no hay consenso para esta cumbre, así que el presidente busca una salida un efecto similar con la excepcionalidad ibérica.

Ahora hay que ver si España y Portugal consiguen esa meta. “Queremos una solución para todos, y tenemos el apoyo de países como Italia o Grecia y otros, pero como esto puede llevar unas semanas, proponemos de momento una solución para la península Ibérica sin vulnerar el mercado energético común ni poner en cuestión la política europea. Estamos viendo grandes avances para esta cumbre, hay una propuesta de compra conjunta de gas, se habla de poner topes a los precios, de eliminar los beneficios caídos del cielo [las ganancias que reciben algunos productores por generar electricidad de fuentes más baratas y venderla a los precios que marcan las tecnologías más caras]. Cuando hablamos de esto hace meses en España nos llamaban intervencionistas. Hay muchas propuestas encima de la mesa”, ha señalado Sánchez, quien intentará hasta el final arrancar un pacto europeo sobre la energía, pero en el peor de los casos forzará la máquina para lograr esa excepción ibérica. La cumbre terminará en principio este viernes y ahí se verá el resultado.

En cualquier caso, el presidente prepara un paquete de medidas para el próximo martes que deberían bajar el precio de la energía y dar ayudas a los más perjudicados. Pero lo haría con mucha más fuerza si en la cumbre lograra un margen real para desacoplar el precio del gas y la electricidad. El Gobierno ya ha dado un giro a su estrategia en España y está negociando este jueves sin hora límite, como ha recordado Sánchez, para parar la huelga de transportistas que está perjudicando a muchos sectores y que el presidente y su equipo necesitan resolver hoy mismo.

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