Pedro Sánchez lanza una ofensiva en España y en Europa para pactar el plan de choque por las consecuencias de la guerra

Dos semanas de vértigo político y económico para tratar de tapar el enorme boquete creado por las consecuencias de guerra de Ucrania. Pedro Sánchez y todo su Gobierno, incluido el sector de Unidas Podemos, con Yolanda Díaz al frente, desplegarán una ofensiva con viajes y reuniones con presidentes, grupos políticos, patronal y sindicatos para lograr un gran acuerdo en España y la UE para hacer frente a las consecuencias de la guerra. La parte más difícil, la que intentará Sánchez, implica convencer a los socios europeos para que en el próximo consejo del 24 y 25 se apruebe un cambio profundo en el mercado energético de la UE que implique, por una parte, desacoplar el precio del gas del de la electricidad, como viene reclamando España hace meses, y, por otra, permitir a los países que establezcan topes máximo al precio de la electricidad.

Sánchez se verá en una semana con presidentes de ocho países y viajará a cinco de ellos (aunque es posible que la lista se amplíe), Eslovaquia, Italia, Alemania, Irlanda y Rumania, para intentar rematar la negociación que ya comenzó en Versalles y la semana pasada y que, sin embargo, es compleja sobre todo por las resistencias de Alemania. Este miércoles el presidente español se entrevistará con su homólogo eslovaco. Eslovaquia. El viernes el presidente empezará la jornada en Roma con el italiano Mario Draghi y el portugués António Costa y la terminará en Berlín con el canciller, Olaf Scholz. El martes, día 22, viajará a Dublín. También se verá en las próximas semanas con los primeros ministros de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, y Croacia, Andrej Plenković.

Si las negociaciones fracasan y España, apoyada en este caso por Italia, Portugal y otros, no logra aprobar un límite de precios en la UE, el Gobierno está dispuesto a establecerlo de forma individual. Después de esta semana frenética, el Ejecutivo se reunirá el 29 en Consejo de Ministros para aprobar un paquete de medidas que incluirá una importante bajada de impuestos a la energía pero también ayudas y un plan completo que se negociará con los distintos partidos y con patronal y sindicatos en estos días. En esta negociación participarán las tres vicepresidentas, incluida Díaz, líder de Unidas Podemos, como muestra de unidad del Ejecutivo, a pesar de que las discrepancias internas son cada vez más evidentes no solo en la cuestión del envío de armas a Ucrania o el aumento del gasto en Defensa, sino también en las medidas económicas a tomar.

El PSOE prefiere centrarse en las bajadas de impuestos y garantizarse así un gran pacto con el PP y otros grupos, algo inédito que no se produjo ni siquiera en el peor momento de la pandemia, mientras en Unidas Podemos quieren también medidas sociales ambiciosas y sobre todo atacar de lleno a los beneficios de las eléctricas, algo que los populares difícilmente apoyarían. Las tres vicepresidentas empezarán mañana mismo la ronda de partidos con el PP, todo un gesto claro de que esta vez, después de la unidad mostrada en la conferencia de presidentes, el Gobierno confía en incluir al principal partido de la oposición en el acuerdo en el que también aspiran a incorporar a patronal y sindicatos. “Efectivamente creemos que esta vez el acuerdo se va a dar. La situación es inédita, histórica, no estar en este acuerdo sería un error histórico”, ha resumido la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, tras el Consejo de Ministros.

La situación económica que provoca la guerra es inquietante, y de hecho hay sectores ya con mucha tensión. No en vano hoy hay comparecido dos ministros clave, el de Agricultura, Luis Planas y la de Industria, Reyes Maroto. El primero ha anunciado una serie de ayudas y también flexibilidad a la hora de cumplir la reforma laboral en el campo como forma de intentar aplacar unos ánimos muy caldeados en el sector primario, que se está preparando para una gran manifestación el día 20 en Madrid en la que Vox está buscando un gran protagonismo. Planas ha insistido en el apoyo del Ejecutivo al campo. “Hay preocupación, hay problemas pero también hay un Gobierno que trabaja por resolverlos. Nuestro compromiso con sector primario es inequívoco. Mi percepción es que el sector primario no quiere quedarse atrás y quiere ser tenido en consideración en las decisiones que adopte el Gobierno, y lo estará”, ha asegurado en referencia a la manifestación del domingo. Por su parte, Maroto ha reconocido que han tenido más de 600 consultas de empresas preocupadas por el aumento de los precios de la energía y los problemas de algunos suministros, pero ha pedido “sosiego” para dar tiempo a que el Gobierno busque ese acuerdo en Bruselas que tendría un impacto inmediato en la bajada del precio de la energía y daría mucha tranquilidad a la industria.

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