Piedras, perdigones y bombas lacrimógenas: el sexto día de las protestas en Lima deriva en choques con la Policía

El sexto día de las protestas, Lima se convirtió en un intercambio masivo de perdigones, bombas lacrimógenas, piedras, palos y pintura. La Policía lo sospechaba y por eso este martes dispuso a 6.800 agentes custodiando el centro de la capital, el foco principal de las movilizaciones. Allí es donde se encuentran el palacio presidencial, el Congreso, la sede del poder judicial y demás instituciones en los que los manifestantes peruanos ya no creen. Desde temprano, además, un grupo de tanques reforzó la avenida Abancay, una de las principales arterias de la ciudad.

Bajo el lema “Universitarios de todo el Perú, unidos”, diversos grupos de estudiantes de la universidades públicas del interior del país se concentraron en la Plaza Dos de Mayo a las cuatro de la tarde junto a las bases del sindicato Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP). Después de darse ánimos tocando zampoña y tambor, la protesta se encaminó hacia el Congreso. A lo largo de la tarde y hasta caer la noche se produjeron enfrentamientos en los jirones Puno, Lampa y Miroquesada, además de la avenida Emancipación y la Plaza San Martín.

A diferencia de las jornadas anteriores, esta vez la Policía reprimió con mayor dureza a los manifestantes. Prueba de ello son los heridos con perdigón, quienes poseen lesiones en las piernas e incluso en el rostro. Todavía no puede precisarse la cantidad de los afectados. “Aquí, allá, el miedo se acabó”, se decían a sí mismos para darse ánimos. El bloque de los universitarios se asentó frente al Palacio de Justicia para lanzar sus arengas.

Horas antes, la presidenta, Dina Boluarte, había llamado a una “tregua nacional” y había pedido perdón a los familiares del más de medio centenar de fallecidos desde que estallaron las protestas tras el autogolpe fallido de Pedro Castillo el pasado 7 de diciembre. La mandataria trató de lanzar un mensaje conciliador al asegurar que es una “mujer provinciana, víctima del odio y la venganza, que solo quiere trabajar con las manos limpias sin robarle un sol al Perú”. Pero al mismo tiempo Boluarte remarcó que las protestas son “azuzadas por grupos radicales que tienen una agenda política y económica basada en el narcotráfico, la minería ilegal y el contrabando”. También presumió de la actuación policial en Lima y deslizó que las víctimas de Puno fallecieron a manos de un sector radical de las protestas, no por disparos de los uniformados.

Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.

Suscríbete

Enlace de origen : Piedras, perdigones y bombas lacrimógenas: el sexto día de las protestas en Lima deriva en choques con la Policía