Portugal, el país más vacunado contra la covid de la UE, retoma las restricciones

Varias personas con mascarilla, este martes en Sintra (Portugal).
Varias personas con mascarilla, este martes en Sintra (Portugal).Jorge Mantilla (NurPhoto via Getty Images)

Portugal también impondrá restricciones para hacer frente a la nueva ola de la pandemia a pesar de ser el país de la Unión Europea con mayor cobertura frente al coronavirus, al tener al 86,5% de la población con la pauta de vacunación completa —en España es del 79,2%— . Esto está restando gravedad a los casos, como evidencian las bajas cifras de hospitalización y derivaciones a UCI, pero no ha impedido la expansión de una nueva ola. El aumento de la incidencia acumulada a 14 días, situada el jueves en 173,7 casos por 100.000 habitantes, ha decidido a las autoridades a recuperar algunas medidas de contención para tratar de atajar el rebrote de la pandemia, entre las que se barajan la recuperación de la mascarilla obligatoria al aire libre y en establecimientos de restauración, así como el rastreo de casos mediante la elaboración de test gratuitos.

A la expansión de los contagios puede haber contribuido la relajación de medidas de protección como el uso de mascarillas, que desde el 13 de septiembre no son obligatorias en la calle, y desde el 1 de octubre tampoco en el interior de locales de restauración, a diferencia de lo que ocurre en España, donde sigue siendo obligatoria en estos establecimientos y donde la tasa de incidencia acumulada a 14 días es de 92 casos por 100.000 habitantes.

El primer ministro, el socialista António Costa, convocó para esta tarde una reunión de Infarmed, el organismo multisectorial donde se juntan técnicos y responsables políticos, para escuchar las propuestas de actuación de los especialistas. Al encuentro asiste también el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, que estos días se ha mostrado partidario de actuar para frenar la nueva ola con la obligatoriedad de la mascarilla aunque sin caer en alarmismos. “Vamos a valorarlo serenamente. Tenemos una vacunación que antes no teníamos”, explicó a comienzos de esta semana. De las propuestas de este viernes es probable que salgan las indicaciones para las fiestas navideñas. La permisividad adoptada durante la Navidad de 2020 acabó colocando al país ante el peor momento de la pandemia.

Dado que algunas de las restricciones requieren de la aprobación de la Asamblea de la República, que se encuentra a las puertas de la disolución, Rebelo de Sousa se ha mostrado dispuesto a retrasar al máximo el decreto que pondrá fin a la actual legislatura para permitir que los diputados puedan tomar las medidas contra la covid. El plazo máximo para disolver el Parlamento sería entre el 1 y el 6 de diciembre, ya que esto tiene que ocurrir entre 55 y 60 días antes de la celebración de elecciones, fijadas para el 30 de enero. La semana próxima Costa se reunirá con los diferentes grupos políticos para abordar las nuevas restricciones, que serán aprobadas en el Consejo de Ministros del próximo jueves. El país aborda esta cuarta ola en un momento de crisis política, que ha llevado al adelanto electoral.

Un anticipo de lo que podría ocurrir en todo el país ya se vio el jueves en el archipiélago de Madeira, donde el presidente de la región, Miguel Albuquerque, anunció que a partir del sábado las mascarillas serían obligatorias en los espacios públicos y al aire libre. Lo más controvertido, sin embargo, es la prohibición de entrar en establecimientos de ocio, deportivos o culturales a los no vacunados. Algunos juristas portugueses han expresado sus dudas sobre la legalidad de que esta medida pueda ser adoptada por un presidente regional.

El aumento de los contagios y las hospitalizaciones en los últimos días está, sin embargo, bien lejos del escenario dramático que se registró hace un año. Si este miércoles había 523 internados (72 de ellos en unidades de cuidados intensivos) en los hospitales portugueses, los datos del 17 de noviembre de 2020 se multiplicaban casi por seis: 3.028 ingresos y 431 en UCI. El contraste en la cifra de fallecidos es también similar. El miércoles murieron 12 personas por covid frente a las 79 que fallecieron el 17 de noviembre de 2020. “Si comparamos las tasas de internamiento, la diferencia es enorme. El impacto sobre los servicios de salud es mucho menor. Esta es de hecho la mejor respuesta ante el negacionismo, la evidencia científica de que la vacunación tiene un impacto sobre los servicios sanitarios y la mortalidad”, señala el secretario de Estado Adjunto y de Salud, António Lacerda Sales, en una entrevista con EL PAÍS.

Poco rechazo a las vacunas

La tasa de rechazo a la vacunación está en Portugal entre el 1% y el 2%, una cifra muy alejada de la resistencia mostrada en otras sociedades del centro de Europa. “Es residual”, explica Lacerda, que atribuye la gran acogida que ha tenido la campaña de inmunización en el país a una cultura favorable a las vacunas y al apego de la población al sistema nacional de salud. “Los portugueses tienen una alta adhesión a las vacunas, esta es una razón histórica”, afirma. Los otros factores que, en su opinión, han influido para lograr una exitosa vacunación ha sido la propia logística. “Ha funcionado muy bien la integración y el trabajo entre diferentes sectores, autoridades de salud, ayuntamientos, seguridad social, protección civil o fuerzas de seguridad, ha sido un trabajo intersectorial enorme, aliado con las diferentes formas de convocatoria, desde el modelo de casa aberta donde se vacuna a quien quiera a la hora que quiera a las citaciones”, apunta.

Portugal está vacunando con la dosis de refuerzo a todos los mayores de 65 años y al personal sanitario. Para la próxima semana está previsto que se extienda a bomberos y trabajadores de servicios sociales. El objetivo del Ministerio de Salud es que 1,5 millones de portugueses dispongan ya de la tercera dosis el próximo 19 de diciembre.

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