PP y Vox interpretan el discurso del Rey como un apoyo a su rechazo a la amnistía

Tan tradicional como el discurso del rey Felipe VI a los españoles en Nochebuena lo son las reacciones de los partidos a sus palabras. Las numerosas referencias del monarca en su discurso a la Constitución, a la que mencionó en 12 ocasiones, más de una vez por minuto; y la defensa de la unidad de España provocaron el aplauso de los principales dirigentes de PP y Vox ya el domingo por la noche a través de mensajes en X (antes Twitter). En sus mensajes, ambas formaciones coinciden en concluir que las referencias a la Carta magna suponían un respaldo a su oposición frontal a la ley de amnistía defendida por el ejecutivo de Pedro Sánchez a pesar de que el jefe del Estado no la citó en ningún momento y sus palabras fueron en ocasiones ambiguas y abiertas a interpretaciones en un sentido y otro.
Por contra, Sumar, socio de Gobierno, y el resto de partitos que apoyan en el Congreso al ejecutivo de Pedro Sánchez, han criticado la intervención, que han calificado de “decepcionante” entre otros motivos, por obviar “los derechos sociales y la vida cotidiana”, en opinión de Sumar, o no mencionar la guerra de la Franja de Gaza y sus consecuencias en la población palestina, según Podemos. Las formaciones independentistas catalanas, por su parte, criticaron a Felipe VI por considerar que sigue instalado en el discurso que hizo tras el referéndum de 2017, que el Tribunal Constitucional declaró ilegal. “La mejor muestra es que la derecha y la extrema derecha lo aplauden”, ha asegurado el president Pere Aragonès, que ha participado este domingo en el acto de homenaje a Francesc Macià en el cementerio de Montjuïc. El PSOE no se había pronunciado a las 11.30 de la mañana sobre el discurso.
El líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo, se apresuraba a publicar en su perfil de la red social X (antes Twitter) poco después de la emisión del discurso por televisión un mensaje en el que incidía en el supuesto respaldo que, en su opinión, tienen las palabras del Rey a sus reiteradas críticas a la ley de amnistía al asegurar que el jefe del Estado “ha defendido la vigencia de la Constitución como único garante de la convivencia y de un futuro con certidumbre para todos. Fuera del respeto a la Constitución y a las instituciones no hay ley sino arbitrariedad”.
En similares términos se ha manifestado la secretaria general de la formación, Cuca Gamarra ―”en el momento en el que existe un claro objetivo de desbordamiento de nuestras reglas comunes, S. M. el Rey ha sido rotundo en la defensa de la unidad de la sociedad española”― y los presidentes de Andalucía, Juan Manuel Moreno ―que se ha declarado “orgulloso” del monarca por “la reivindicación” que ha hecho de la Carta Magna―; de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso ―quien considera que Felipe VI ha advertido que fuera de la Constitución “no hay democracia ni convivencia posibles”―; de Galicia, Alfonso Rueda ―que lo ha calificado de “n mensaje a la altura de las circunstancias”―; de Baleares, Marga Prohens ―que lo ha calificado de “claro y nítido”―, y de Extremadura, María Guardiola ―ha reafirmado el compromiso de la región “siempre” con la Constitución―.
Por su parte Vox ha reproducido una frase literal del discurso del monarca en el que este ha afirmado que “España seguirá adelante”. Sectores de la extrema derecha llevan semanas intentado presionar al jefe del Estado para que abandone su papel de árbitro y se implique en la batalla política. En las concentraciones alentadas por Vox frente a la sede federal del PSOE, en la madrileña calle de Ferraz, se ha escuchado a manifestantes gritar contra la Monarquía. “¡Felipe, masón, defiende a la Nación!” o “Los Borbones, a los tiburones” han estado entre los lemas más coreados. Además, las banderas de España con un agujero en el centro no solo representaban el rechazo al escudo constitucional, sino también a la corona.
Por el contrario, las formaciones de izquierda y los nacionalistas han sido muy críticos con las palabras de Felipe VI. Marta Lois, portavoz parlamentaria de Sumar en el Congreso, lo ha tildado de “decepcionante” y recriminado al monarca que hablase de polarización política cuando, en su opinión, la actual situación de crispación política es fruto de la actitud de “la extrema derecha contra la democracia”. La diputada del partido que lidera la vicepresidenta Yolanda Díaz ha lamentado que el Rey hiciera “un discurso alejado del país real”. “Felipe VI ha elegido no hablar de derechos sociales y las preocupaciones de la ciudadanía”, ha añadido en su mensaje en X.
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También dura con las palabras de Felipe VI ha sido Ione Belarra, exministra y secretaria general de Podemos. Belarra, que pasó junto a los otros cuatro diputados de la formación al Grupo Mixto por discrepancias con Sumar, ha lamentado que el Rey no hiciera “una sola mención al genocidio en Palestina” y ha calificado sus palabras como “intentos desesperados de lograr la simpatía de la derecha que hace unas semanas le insultaba”. “Cada vez más convencida de que la monarquía se ha quedado definitivamente atrás y de que Felipe VI va a ser el último [monarca español]”. Horas después, la secretaria de Acción Institucional de Podemos, María Teresa Pérez, cargaba también contra el discurso y, sobre todo, la defensa dee la Cponstitución al considerar que con sus palabras el rey la presenta como “intocabl3e” pese a que, en opinión de sui partido, no está sirviendo para proteger los derechos y libertades de la ciudadanía.
El secretario general de Junts, Jordi Turull, ha asegurado que es el Rey quien fomenta la división, tras “renunciar” a su papel de árbitro. “Siempre actúa de parte, de parte de estos que son ‘afectos al régimen’. Siempre se mueve, sólo actúa, cuando está en riesgo aquello del ‘atado y bien atado” ha dicho el exconsejero de la Generalitat, condenado en el juicio al procés y posteriormente indultado por el Gobierno, durante el acto en memoria de Macià. Aragonès, por su parte, cree que Felipe VI no se ha movido de su discurso posterior al 1-O. Los secesionistas siempre han considerado que la intervención del 1-O justificó las cargas policiales y la “represión”.
“Resonaban aquellas palabras del 3 de octubre del 2017, aquella fecha en que los pocos lazos que tenía la Monarquía aún con algunos catalanes se rompieron”, ha dicho. En esa intervención, el jefe del Estado lamentó el “inaceptable intento de apropiación de las instituciones históricas de Cataluña”, al “margen del derecho y de la democracia” y consideró “responsabilidad de los legítimos poderes del Estado” hacer lo posible para mantener “la vigencia del Estado de derecho”. Parte del secesionismo cree que se trata de una justificación a las cargas policiales.
Desde el resto de izquierdas nacionalistas también han llovido las críticas al discurso real. Néstor Rego, diputado del BNG en el Congreso, ha considerado las palabras del monarca como un apoyo de este a “los sectores más reaccionarios e inmovilistas del Estado”. Rego, en línea con la crítica de Sumar, también ha lamentado la falta de referencias sociales en el discurso: “Felipe de Borbón no intenta siquiera empatizar con los problemas de la mayor parte de la sociedad”.
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