Reconstrucción del ‘hackeo’: el Senado asegura ahora que los informáticos despedidos no accedieron a perfiles de los senadores

Varios senadores abandonaban sorprendidos el Senado en la tarde de este miércoles ante la noticia que acababa de saltar. La Mesa de la Cámara alta había despedido minutos antes a dos trabajadores eventuales de la casa, informáticos, por haber accedido sin autorización a perfiles digitales y correos electrónicos de varios senadores. Así lo confirmaron los servicios del Senado en un primer comunicado emitido ayer. Dos miembros del departamento de informática habían realizado accesos indebidos —por razones ajenas a sus cometidos profesionales—, a “los portafirmas de miembros de la Mesa del Senado, senadores, y diversos cargos e integrantes del personal de la Cámara, así como la descarga de documentos contenidos en los mismos, inclusive de carácter personal”, indicaba la nota de prensa. “¿Seré yo uno de ellos?“, se preguntaba uno de los parlamentarios en la escalera zarandeando su ordenador. ”¡Tengo documentos de la comisión de investigación!“, añadía inquieto antes de abandonar el majestuoso edificio en torno a las ocho de la tarde, tres horas después de que terminara el pleno en el que se había aprobado una cuarta comisión de investigación, esta sobre el apagón.
Otro hecho inaudito, el hackeo interno a sus señorías comenzaba a comentarse entonces entre los pasillos del hemiciclo. La Mesa del Senado se reunió de manera extraordinaria tras el pleno, en una cita que estaba prevista desde el viernes para abordar el problema de un expediente disciplinario abierto hace meses a dos trabajadores, J. A. R. y a N. M. G. El Partido Socialista desconocía los motivos del expediente, que fueron tratados durante el encuentro, en el que se dio cuenta de lo ocurrido. Con la constatación de los hechos, el órgano de Gobierno de la Cámara alta aprobó por unanimidad, con cuatro votos a favor del PP y tres del PSOE (que conforman la Mesa) despedir al matrimonio “por falta disciplinaria muy grave”.
Este jueves, un día después, el relato oficial de los hechos ha cambiado. Primero, y junto al hemiciclo, el presidente del Senado, el popular Pedro Rollán, ha dado su explicación sobre la motivación del hackeo: el matrimonio despedido buscaba información sobre un proceso de selección. “En un proceso de promoción para poder optar a una plaza de funcionario han accedido a carpetas de interés personal de la promoción”, ha afirmado. Y ha aportado más datos. “Estos dos trabajadores, en el momento en el que tuvieron conocimiento de una primera propuesta que consistía en una rescisión del contrato de tres meses de empleo y sueldo, presentaron una alegación. En la que compartían que había más trabajadores del departamento de informática que podrían haber accedido a expedientes de sus señorías. En ningún caso eso es así, se ha podido verificar. Pero por celo y prudencia se ha puesto en conocimiento de la fiscalía para que tome las decisiones que considere oportunas”, ha añadido. Aunque los socialistas se arrogaron ayer el mérito de haber enviado el caso al ministerio público. Rollán ha concluido sus declaraciones a los medios remitiéndose a una nota de prensa que posteriormente han difundido los servicios de la Cámara alta, pasadas las 15.30 de la tarde.
La relación que hacen de los hechos más destacados es la siguiente: “En octubre de 2024, los sistemas de control de la Cámara alta tienen conocimiento del acceso de dos personas de la Dirección de Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones, a información específica sobre los procesos de promoción interna y selectivos de personal laboral a través del portafirmas electrónico de altos cargos de la Secretaría General, en ningún caso de senadores. Todos los accesos son de carácter administrativo en beneficio de su posible promoción interna, sin apreciarse ningún interés político. Accedieron, además, a ficheros de trazabilidad de firma, donde la única información que se obtiene es quién accede y la hora, pero no el contenido”.
Pero esta versión no cuadra con el primer comunicado enviado el miércoles, en el que aseguraban que las cuenta digitales de los senadores sí se habían visto afectadas. De hecho, durante la reunión de la Mesa se distribuyó a los miembros un listado de nombres afectados, como el del socialista Guillermo Fernández Vara. Los servicios del Senado se justifican en la nota de hoy, así: “El listado de senadores que aparecen en el expediente ‘afectados’ a los que se ha hecho referencia en algunas informaciones, fue aportado por uno de los afectados como alegación en su defensa, para justificar que el acceso de funcionarios a aplicaciones y portafirmas es habitual, si bien todos los accesos que constan en ese listado son lícitos y en desarrollo de las funciones del personal de la dirección para solucionar las incidencias habituales”.
El PSOE desconfía
En la cúpula del grupo socialista dudan de que el proceso de selección sea el motivo del acceso no autorizado, pues algunos de los senadores afectados no disponían de datos relacionados con el mismo, destacan. ”No se lo cree ni él. ¡Tendrá que explicar muchas cosas!“, indican fuentes socialistas sobre las explicaciones dadas este jueves por Rollán. Y siguen sembrando sospechas sobre un posible ”espionaje”. Tampoco entienden por qué la Cámara alta, presidida por el PP con mayoría absoluta, no ha desvelado los motivos del expediente disciplinario hasta ahora. “Hasta el día de ayer, 21 de mayo, el expediente tenía carácter reservado”, responde el Senado en su comunicado.
El PSOE ha presentado un escrito en el que solicita más información y el contenido detallado del expediente disciplinario. El portavoz socialista en el Senado, Juan Espadas, ha criticado en una entrevista en TVE que los hechos se hayan “ocultado durante meses” y destaca que “se quería pasar de puntillas” por parte de la presidencia de la Cámara alta “sobre esta cuestión”.
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