Sánchez reivindica en la ONU la gestión social de la coalición mientras Feijóo busca su investidura
Pedro Sánchez está absolutamente convencido de que seguirá al frente del Gobierno otros cuatro años. No solo lo dijo de forma rotunda el domingo en un mitin en Sigüeiro (A Coruña), poco antes de viajar a Nueva York para participar en la asamblea general de la ONU. También lo ha dejado claro de forma indirecta en su primera participación en esta cita, en una cumbre sobre los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) en la que ha compartido escenario con líderes como el canciller alemán, Olaf Scholz, o el presidente colombiano, Gustavo Petro. Sánchez ha reivindicado en la ONU la gestión social de la coalición, especialmente el escudo que promovió durante la pandemia, y también ha ofrecido España como sede en 2025 de la IV Cumbre de Financiación para el Desarrollo Sostenible, una prueba más de que el presidente aspira a seguir por entonces en La Moncloa. Sánchez está en funciones, y por tanto en España el Gobierno tiene limitado su margen de acción, pero en la escena internacional no hay ese límite y el presidente ha preparado una agenda en Nueva York muy similar a la de otros años, con reuniones, entrevistas y participación activa en los foros de la ONU como este.
Mientras Alberto Núñez Feijóo se esfuerza en la recta final de esta semana por lograr algún voto más para su investidura, de momento sin éxito, Sánchez refuerza la idea de su continuidad ofreciendo la imagen de absoluta normalidad en Nueva York, en la sexta cumbre de la ONU en la que participa como presidente. Mientras Scholz y Petro ofrecían un análisis muy pesimista de la situación actual de los objetivos de desarrollo sostenible —”las cosas están peor, los objetivos ODS están más lejos. El éxodo de millones de migrantes del sur al norte es la prueba más evidente del fracaso de la humanidad”, dijo el colombiano; “no vamos en la senda adecuada, debemos regresar al camino para lograr los ODS”, remató el alemán—, el español fue más optimista —“no podemos fallar, la década para la acción no está perdida, debemos actuar”—, pero sobre todo reivindicó el compromiso de España con la Agenda 2030 de la ONU, uno de los ejes centrales de las críticas de la ultraderecha en todo el mundo y en España anatema para Vox.
Sánchez ha reivindicado ante la ONU la gestión social de la coalición. “En el plano doméstico, en estos años hemos dedicado ingentes esfuerzos económicos para armar un escudo social robusto que protegiera a los más vulnerables. Hemos puesto en marcha profundas reformas e implementado políticas públicas en el ámbito del empleo, la educación, la salud, la igualdad de género, la inclusión social, la digitalización y la lucha contra la emergencia climática sin que nadie quede atrás. Y hemos hecho de las políticas de prevención y reducción de riesgos una prioridad, que incluyen la publicación del Marco de gestión del riesgo de catástrofes en España”, ha explicado el presidente.
El líder del PSOE también reivindica lo que ha hecho España en el plano internacional. “Mi país seguirá contribuyendo de manera decisiva a los distintos instrumentos de Naciones Unidas para avanzar en el cumplimiento de la Agenda 2030 y hacer realidad los objetivos de desarrollo sostenible en todo el mundo. Nos hemos dotado de una nueva Ley de Cooperación internacional, en la que nos comprometemos a dedicar el 0,7% de nuestra renta nacional bruta a ayuda oficial al desarrollo en el año 2030. Además, entre 2024 y 2027, aumentaremos nuestra contribución al Fondo Conjunto ODS, del que ya somos el segundo donante, llegando a 120 millones de euros. Apoyaremos al Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola con 20 millones de euros para seguir reforzando la seguridad alimentaria y aspiramos a estar entre los 10 primeros donantes del Fondo Fiduciario para Propósitos Especiales”, ha insistido Sánchez.
El presidente se concentra pues esta semana en su agenda internacional, después de que la covid le impidiera asistir al G-20, mientras Feijóo hace los últimos intentos por salvar una investidura que sabe fallida. Ya en esa cumbre del G-20, en Nueva Delhi, Nadia Calviño les dijo a todos los presidentes que le preguntaron que Sánchez seguirá en La Moncloa y mantendrá su apuesta por el multilateralismo. Es lo mismo que hará el presidente estos días a todo el que le pregunte. Este lunes se lo ha visto conversando un rato con Petro en el plenario.
El presidente sigue pendiente de las noticias en España, donde sigue la presión contra la ley de amnistía, ahora del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. Precisamente frente al líder de la patronal y en su sede, el viernes pasado, Sánchez insistió en que el PSOE respetará “el espíritu y la letra de la Constitución” en cualquier acuerdo que firme con Junts y los demás posibles aliados, pero las suspicacias sobre esta ley de amnistía siguen ahí. El presidente y sus portavoces están evitando las concreciones y la palabra amnistía, pero fuentes del Gobierno insisten en que la negociación acaba de empezar, aunque sí admiten que uno de los elementos centrales será el intento de los socialistas y Sumar para convencer a Junts de que renuncie a la unilateralidad, esto es, la amenaza de hacer otro procés, si quiere abrir la puerta a una amnistía.
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